"La historia no transcurre
como uno la desea y no es
tampoco como una la idealiza.
Ella es y como tal hay que atraparle,
pese, en veces, nos revele
cosas que no nos gusta hubiesen
sucedido."
Para 1973, siendo presidente de Venezuela, en su primer periodo, el Dr. Rafael Caldera, los precios del petróleo habían descendido al miserable nivel de 3 dólares. Justamente a finales de ese año, en diciembre, se celebraron las elecciones presidenciales que ganó con amplitud Carlos Andrés Pérez, fundamentado justamente en las dificultades económicas que confrontaba el país debido a los bajos ingresos derivados del hidrocarburo durante todo ese período.
Dos meses antes de esas elecciones, justamente en octubre, se desató lo que se conoce como la guerra de Yom Kipur o guerra árabe israelí. Fue un conflicto entre Israel y países árabes, encabezados por Egipto y Siria por los motivos ahora demasiado frecuentes inherentes a los espacios en discordia.
Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética, tomaron cartas en el asunto, en el sentido de aportar recursos masivos de abastecimiento a sus respectivos aliados durante la guerra, y esto llevó a un corto enfrentamiento entre las dos potencias.
Como resultado de ese conflicto bélico, los países árabes miembros de la OPEP, que incluía a Irán, optaron por no exportar más petróleo a las naciones que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur. Fue ese, un momento que los grandes países consumidores, como Estados Unidos, gozaban del privilegio de un combustible excesivamente barato, mientras los productores recibían miseria a cambio de su mercancía y fundamental medio de subsistencia.
El aumento del precio, unido a la gran dependencia que tenía el mundo industrializado del petróleo, provocó un fuerte efecto inflacionario, una reducción de la actividad económica de los países afectados.
"En enero 1973-1974. Durante este subperíodo se produce el mayor incremento de los precios del petróleo conocido hasta la actualidad, ya que el precio del barril pasa de 1,62 dólares el barril en enero de 1973 a 9,31 dólares en enero de 1974, lo que equivale a una subida del 475%".
https://elpais.com/diario/1980/05/24/economia/327967216_850215.html
Otra fuente consultada, habla de un recio de 12 dólares para la misma fecha.
Vale la pena hacer mención aquí, como ese repunte de los precios del petróleo, derivado del conflicto árabe-israelí, hace posible que el gobierno de Dr. Caldera, en 1973 logre una significativa ampliación de la matrícula escolar. En este sentido es justo señalar como en ese año, " en ese llegó a la cifra récord de 108.000 unidades construidas en un año, para totalizar la cantidad de 291.233 en el periodo, lo cual equivale a 5,43 unidades de vivienda por cada mil habitantes».
Es decir, el ascenso de Pérez al poder coincide con el inusitado aumento del petróleo del cual hablamos y que dará fundamento a lo que se ha llamado la Venezuela Saudita, dado que dicha tendencia al aumento continuó incesantemente. Tanto que, según El País de Madrid, "En sólo siete años, el barril de crudo pasó de costar 1,62 dólares a más de treinta, según informa Unesa.
https://elpais.com/diario/1980/05/24/economia/327967216_850215.html
Entre 1974 y 1977, los precios del petróleo estuvieron entre entre 14,52 y 29.30 dólares, que si los comparamos con el precio ya mencionado de cuando Caldera casi termina su período de gobierno en 1973, de 1.62 dólares, no es difícil percatarse de la holgada bonanza y, en consecuencia, la capacidad para invertir que dispuso el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Las intervenciones de los Gumersindo en la historia nacional.
Por lo menos al hablar de la historia de la economía venezolana, resaltan dos personajes con el mismo nombre, Gumersindo Torres y Gumersindo Rodríguez.
Al mismo tiempo que Pérez asciende al poder, en un momento que los ingresos petroleros aumentan incesantemente, al crear su gobierno, entre otras designaciones de funcionarios, hace la de Gumersindo Rodríguez, como Ministro jefe del Gabinete Económico.
Es bueno, pensando en las nuevas generaciones, hablar aunque sea ligeramente de estos personajes.
Gumersindo Torres:
Juan Vicente Gómez, el 17 de septiembre de 1917, designa a Gumersindo Torres, un médico nacido en Coro, como Ministro de Fomento. Quien habiéndose percatado del significado del petróleo, como recurso natural y de la necesidad de manejarle y explotarle con racionalidad y equilibrio optó por disponer que "no debía seguirse la explotación sin programas ni objetivos definidos". Por eso "El 27 de junio de 1918 refrendó la Ley de Minas".
Por esta disposición el Estado se encargaría de la explotación de esos recursos mineros de manera directa o por arrendamiento. Y dejó sentado que no se le podrá conceder a ningún particular derechos reales sobre esos espacios y los recursos. Por gestión de Torres, como ministro de Fomento, el 9 de octubre de 1918, se emite un decreto en el cual se establece, por primera vez, el principio de reversión al Estado, sin pago de ninguna naturaleza, una vez vencido el plazo de concesión para la explotación a los privados, lo que incluye maquinarias y estructuras construidas por las empresas que operaban como concesionarias, Y el 19 de junio de 1820, por su gestión, el congreso, aprobó la primera Ley de Hidrocarburos que mejoraba la participación o los ingresos nacionales derivados de aquel negocio. Por aquella audacia, los inversionistas extranjeros, manejadores de la explotación de los recursos mineros, presionaron a Gómez y le obligaron destituir a Gumersindo Torres y modificar las disposiciones antes señaladas. No obstante, hasta Gómez tuvo algún gesto de audacia en ese sentido, asesorado por Gumersindo Torres.
Este principio, reiterado en las disposiciones venezolanos posteriores en relación a la explotación minera, va a jugar un rol trascendente para el momento que el gobierno de Carlos Andrés Pérez promulgue la "Ley de Nacionalización" del sector petrolero, faltando escaso tiempo para que se vencieran las concesiones. Por este gesto que benefició a los concesionarios, Pérez podrá comportarse con cierta audacia, sobre todo en el campo diplomático, con la anuencia o cierta discreción del gobierno de los Estados Unidos. Lo que incluye establecer un vínculo estrecho con Fidel Castro para los fines de sus políticas y posiblemente dentro de los planes de Estados Unidos. Gesto que le pagará Fidel, entre otras formas, condenando el alzamiento de Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992.
Gumersindo Rodríguez:
Este Gumersindo fue de apellido Rodríguez. Nació en Las Hernández, una población entre el puerto Pampatar y Porlamar en la isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, el 13 de enero de 1933; es decir, escasos 5 años antes que yo naciese en Cumaná; en parte, por nuestras edades, tuve la oportunidad de hacer amistad con él, mientras militamos en AD y fundamos el MIR.
En los inicios de la década del sesenta del siglo pasado, este Gumersindo, que ejercía el rol de secretario juvenil Nacional de AD, dado su desempeño en la clandestinidad que lo llevó a la cárcel del perezjimenismo, era además uno de los articulistas más leídos de la prensa caraqueña. Y conste que hablo de una época, cuando en esta aparecían al mismo tiempo, escritores como Arturo Uslar, Aníbal Nazoa, Luis Herrera Campins, José Vicente Rangel, José "Cheíto" Herrera Oropeza, Rafael Caldera, Gonzalo Barrios, Domingo Alberto Rangel y unos cuantos que ahora la memoria no me ayuda recordarles. Sus trabajos estaban siempre fundamentados en una visión marxista, por lo que tanto entusiasmaba a los jóvenes de su tiempo, tanto dentro del PCV, AD, URD y miles de jóvenes independientes, en un país donde la población juvenil era afanosamente lectora del diarismo. Por eso, un muy leído columnista de aquel tiempo llegó a pronosticar que en pocos años, a Gumersindo Rodríguez, se le tendría como el pensador y escritor marxista más importante de América Latina.
Fue Gumersindo Rodríguez, desde los inicios, uno de los más destacados dirigentes de la AD que reapareció en 1958 con la caída de Pérez Jiménez; y estuvo al mismo tiempo, entre los impulsores del crecimiento de la llamada izquierda del partido blanco, aquella en buena medida inspirada en la figura y prestigio de Leonardo Ruiz Pineda, asesinado por la dictadura y quien había impuesto en el partido, sobre todo entre los jóvenes, una línea de acción absolutamente discordante con la de carácter terrorista que emanaba de la influencia y poder de Betancourt y al mismo tiempo destinada a acercarse al PCV y la implementación de actividades en conjunto y coordinación. Por eso AD, entonces liderado por Sáez Mérida, de los seguidores de Leonardo Ruiz Pineda, y el PCV, pudieron movilizar las masas estudiantiles y obreras contra la dictadura. En un tiempo cuando ya Betancourt, se mostraba aliado de los poderes políticos y económicos de Estados Unidos y abiertamente anticomunista.
Gumersindo Rodríguez, entre otras cosas, llegó a ser director del semanario "Izquierda", de gran demanda y lectura en Venezuela sobre todo entre la población juvenil, órgano divulgativo de la línea política del MIR, partido recién nacido de la división de AD en 1960. En ese entonces, el personaje en mención apenas tenía 27 años.
Desde ese semanario, se dijo en aquellos tiempos, se hizo la primera llamada formal a la lucha armada y la conformación de los grupos guerrilleros. Fundamentado en eso, el semanario fue clausurado por el gobierno, pese siguió saliendo de manera clandestina y a Gumersindo se le detuvo por varios meses.
Entre compañeros clandestinos se comentó que el trato salvaje, inhumano, dado a Gumersindo en aquellos largos días de prisión, lograron quebrarlo y que por la intermediación de Gonzalo Barrios, fue puesto en libertad. Pero el Gumersindo ahora salido de la cárcel por segunda vez, habiendo contraído nuevos compromisos, optó por separarse del MIR y obtuvo del gobierno una beca para irse a estudiar a Inglaterra donde se graduó de economista en la universidad de Manchester.
Así como Gumersindo Torres, hizo posible que el gobierno de Gómez, de demasiado cordiales relaciones con el gobierno de Estados Unidos, aprobase una disposición legal audaz y progresista en favor de los intereses nacionales, pese las revisiones hechas después de sus destitución, Gumersindo Rodríguez, tuvo una destacada influencia en las acciones "audaces", populistas y fantasiosas, para no llamarlas demagógicas y propias de un prestidigitador, basado en el alto ingreso petrolero del momento, del cual ya hablamos, que llevaron a Pérez a alcanzar una alta popularidad y hasta "meter" a Fidel Castro en los espacios y salones que antes le fueron prohibidos y hasta compartir con él, de manera nada discreta una relación por demás armoniosa. Lo que implicó, incluso, lograr establecer un vínculo, llamémoslo armonioso y hasta cordial, para no pecar de imprudente o exagerado, entre el presidente y la izquierda de Venezuela dentro de la cual destacaba la personalidad y gestión de José Vicente Rangel..