Crónica de un paro. Venezuela en una encrucijada. Grabaron a los hermanos Ochoa Antich (IV)

Nota: Insisto en recordar entre otras cosas por orientar a los lectores, "que este trabajo es parte de un libro titulado "Crónica de un Paro. Venezuela en una encrucijada", el cual, dicho eufemísticamente, "publiqué" en Amazon en el año 2013. Pese el atractivo título, dada la resonancia mundial que los acontecimientos venezolanos tenían, según informes de la editorial, en aquellos momentos como ahora, no se vendió ni un ejemplar. Aunque, como antes dije y diré al final, siempre fue ofertada en muchos países, según mis observaciones y de amigos en el exterior a un alto precio. Todavía puede observarse. Quizás el anonimato del escritor y la fina percepción de los lectores, que les decía en tono claro, se trataba de un balurdo "sudaca" e izquierdoso, fuese en eso determinante. Por esto, opté por reponerlo por partes en este medio, pues meterse a averiguar la verdad sería como lo que Kafka describe en "El Proceso" o una pelea a la venezolana contra el imperialismo. Esta sería la cuarta parte.

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El transcurrir del paro Las informaciones que la CTV y Fedecámaras daban antes del dos de diciembre, eran imprecisas y hasta confusas. Sectores a ellos ligados, ya lanzada la orden de paro cívico, desconocían si era por uno o dos días. Solo algunas individualidades muy radicalizadas corrían la voz que aquella acción tendría carácter indefinido. Y esto puede explicarse, porque en el seno de la oposición al presidente Chávez, una corriente, si no numerosa por lo menos muy activa y esforzada por hacerse sentir, venía manejando la idea desde los agitados días de abril. Varios días después de iniciada aquella jornada, los agentes representativos de la oposición, vinculados mediante la Coordinadora Democrática, seguían sin asumir la consigna de paro indefinido. Tal es así, que cada noche, los señores Carlos Ortega y Carlos Fernández, anunciaban la continuación del paro después de hacer un balance de lo acontecido en ese día. Y es que el paro y las acciones que mediante él se desarrollaban, como trancar calles y avenidas, marchas por distintos puntos de las ciudades más importantes del país, cacerolazos, tenían tantos objetivos como factores integran y pugnan en la oposición al gobierno venezolano.

Y el carácter de las contradicciones entre quienes integran la Coordinadora Democrática, las dimensiones de ellas, son elementos importantes a analizar para comprender mejor la situación venezolana. Sobre este asunto volveremos más adelante.

Grabaron a los hermanos Ochoa Antich, el general y su hermano

Los hermanos Ochoa Antich, el mayor, general retirado y ex ministro en gobiernos de AD; el menor exconcejal del MAS, forman parte de los grupos que apoyan a la Coordinadora y están bastante cerca del núcleo dirigente. A ellos, al tercer día de paro se les grabó una conversación donde hacían una severa y hasta irónica crítica a los dirigentes de la Coordinadora. Según la cual, estaban ante un fracaso porque no había capacidad de producir ningún cambio en lo inmediato y ni siquiera para dar una manifestación de poder. Hicieron alusión al hecho que la oposición parecía no disponer de la fuerza sobre todo de carácter armada, para deponer al gobierno. En sus comentarios, uno de ellos llegó a decir, "no disponen ni de un corta uñas". Creen acaso, dijeron, que de esa manera van a cambiar la situación. E hicieron comentarios sobre la poca fuerza de la acción empresarial.

El gobierno, de manera inmediata, puso al aire la conversación de los Ochoa. Para algunos, aquel fue un proceder apresurado y hasta torpe del gobierno. Sobre todo, cuando todo parecía indicar que tomaba cuerpo la idea de levantar el paro y considerarlo como exitoso y una advertencia al gobierno. Según esas opiniones que hemos escuchado, con aquel gesto, el gobierno obligó a la oposición a mantener su actitud, para no aparecer como derrotada y dando la razón a los hermanos antes mencionados. Aparte de los acontecimientos de la plaza Altamira, de los cuales oposición y gobierno mutuamente se acusaron y que también sirvió para fortalecer la disposición a continuar el paro, repotenciándole con las acciones declaradas en el seno de PDVSA.

¿Un nuevo intento por repetir los hechos de abril?

Los hechos de abril se caracterizaron por una intensa y amplia movilización de personas, de un sector y otro, acompañados de un paro, de actos de agresión y finalmente un enfrentamiento que se tradujo en muertes lamentables, de un bando y otro. Aquel cuadro sirvió para que un sector del ejército, de oficiales sin mando de tropa y otros en importantes centros de comando, se manifestasen frente a aquella situación, que consideraron de caos, a favor de destituir al presidente de la república y se produjese lo que ya es bastante conocido. Para los venezolanos de la llamada generación del cincuenta y ocho, el guión del golpe de estado es casi como un clásico del folclore. "Los militares que con nosotros están, solicitan que continuemos las protestas, paremos el transporte, cerremos el comercio y paremos las fábricas; es decir, piden que generemos una situación de desorden colectivo y hasta caos, para ellos, amparándose en esa situación, manifestarse"; o dicho en lenguaje de entonces, alzarse contra el gobierno.

Ese fue el razonamiento de quienes en una primera etapa dirigieron la lucha contra la dictadura perezjimenista. Y luego, esa manera de pensar prevaleció entre los políticos de aquella y la generación posterior. Los hechos de abril, unos tras otros, se produjeron siguiendo aquel esquema. Y hasta hay razones para creer, que lo siguieron tan al caletre, que las explicaciones militares para justificar sus conductas, se grabaron antes que se produjeran los sangrientos hechos de aquel día, en las cercanías del puente Llaguno.

En declaraciones posteriores del agente de prensa de la cadena norteamericana CNN y de su esposa, Olga Rodríguez, periodista y locutora de Globovisión, dadas en un Foro en espacio universitario, lo plantearon de esa manera y se calificaron como testigos de aquello. Un hecho que llamó la atención de manera muy especial, lo constituyó el pronunciamiento contra el gobierno, apenas producidas las primeras informaciones, del alto oficial quien desempeñaba el rol de viceministro de Relaciones Interiores. Pero como hemos enunciado antes, es obvio que la Coordinadora Democrática y con esta la oposición más activa al presidente Chávez, no es del todo uniforme.

V Allí se conciben diferentes proyectos de país y la distancia entre un sector u otro, puede ser mayor que la que separa a uno de ellos del sector que lidera el jefe del gobierno.

En los primeros días de este año 2003, un grupo encabezado por Humberto Calderón Berti y José Curiel, según sus palabras, encargado de presentar el programa de acción o gobierno post Chávez de la Coordinadora Democrática, informó que entre sus planes estaban privatizar todo el sector eléctrico y aumentar la producción petrolera hasta llegar a cifras ostensiblemente altas. Es decir romper con la política de la OPEP de las cuotas y las restricciones al mercado para mantener los precios en los niveles justos, sería el plan de un gobierno de quienes hoy están en oposición. Esos dos asuntos, presentados de esa manera por los conocidos dirigentes de COPEI, muy difícilmente podrán ser asumidos por importantes, cuantitativa y cualitativamente hablando, sectores de la oposición y particularmente presentes en la Coordinadora Democrática.

Pero aquellos personajes, que hemos mencionado, se atrevieron ante la prensa nacional a hacer ese tipo de precisiones y a sabiendas que ambos asuntos están entre las cosas que más controversias trae y traerá entre la oposición misma. Eso nos permite persistir en la idea, que la Coordinadora Democrática no es bloque homogéneo, que no se expresa y mueve de manera uniforme, que entre ellos hay una lucha por hacer prevalecer sus criterios. Pues entonces, es válido pensar que en cada sector la acción de paro tenía un límite e intenciones diferentes. Y eso no debe extrañar a nadie porque forma parte de la realidad venezolana de hoy. Como tampoco debe ignorarse que entre sectores de esa oposición y la línea oficial, hay evidentes y numerosas coincidencias que en el futuro van a jugar un rol importante.

En un momento, ya decretado el paro petrolero, Américo Martín, participante por una ONG, en la Mesa de Conversaciones y Acuerdos, declaró a la prensa que el paro ya había logrado sus propósitos. Y conste que Martín, desde un comienzo, ha estado en posición radicalmente opuesta a Chávez; pero su pronunciamiento es una muestra de las discrepancias en el seno de la oposición en lo que respecta a los objetivos asignados al paro. Por eso, la política de la oposición, expresada públicamente por Carlos Ortega y Carlos Fernández, que decretó el paro y lo mantuvo hasta el día jueves cinco de diciembre, anunciando cada día su prolongación, bien podía tener los objetivos que cada tendencia oposicionista le asignase.

"A Dios rogando y con el mazo dando" o "vayamos que en el camino se emparejan las cargas", pudieron haberse dicho para sus adentros cada tendencia, al momento de lanzarse a la aventura del paro, dicho esto en el mejor sentido del término. Y no era para menos, tomando en cuenta que todos los números, politólogos, periodistas, encuestadoras, medios de comunicación, videntes, astrólogos, esotéricos, brujos y amansadores, coincidían en decir que en el ejército "estaban de a toque" para alzarse contra Chávez.

Para decirlo en el lenguaje del billar, aquello parecía una carambola de bola a bola, según la apreciación de mucha gente, en el campo de la oposición y hasta entre simpatizantes del gobierno. Pareciera que la oposición, más precisamente sus cabecillas, no ha tenido un respaldo militar dispuesto a inmolarse en esta jugada política. Quizás ellos fueron víctimas de engaño, informes que exageraban las circunstancias, malas informaciones, conclusiones anticipadas o que sobre valoraron las relaciones de algunos de sus agentes en el frente militar.

Plaza Altamira

Llegado a este punto, bien vale la pena recordar un poco a los militares de la plaza Altamira. Después del seis de diciembre, cuando se produjeron aquellos dolorosos acontecimientos suficientemente conocidos y transcurrida una semana de paro, sin pronunciamiento militar en contra del gobierno o la constitucionalidad, los oficiales conjurados en aquel parque del este caraqueño, parecen haberse esfumado o por lo menos, perdieron importancia. Es notorio que los medios de comunicación suspendieron la cobertura amplia y sistemática que hacían de todo lo que allí acontecía. ¿Cómo puede interpretarse esto? ¿Acaso la oposición aceptó la sugerencia de César Gaviria de la inconveniencia que los militares hiciesen aquellas arengas desde la plaza Altamira en nombre de la democracia o pudo comprobar que sus propuestas democráticas o institucionales no se avenían con el lenguaje y las manifiestas intenciones de aquellos militares? Y el pasar de un día tras otro, con las incomodidades del paro de por medio, pareció demostrar que los oficiales en rebeldía, que llamaban abiertamente a la desobediencia, no han tenido eco en la fuerza militar activa.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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