A mi viejo amigo, ex profesor de la UDO, ahora jubilado, nativo de Estados Unidos, donde ahora vive, quien anoche me visitó para despedirse, pues regresa hoy a su país después de haber estado aquí tres meses, casi al final de nuestra conversación, al contrario de lo que él cree, le ratifiqué que, en mi percepción, la habilitación de María Corina Machado está en la mesa de negociaciones y que la decisión del TSj sobre las primarias, lo fue más con respecto a las habilitaciones, para darle a eso mayor rango y dificultades a la hora de negociar y en consecuencia, "volverla un valor de cambio más preciado".
Ante mi argumentación me preguntó con demasiado interés:
¿Tú crees entonces en la posibilidad que la señora Machado sea habilitada? ¿No piensas que el gobierno la percibe como una candidata ganadora, dado que ella ha podido distanciarse de la errónea política, incluyendo la violencia y el abstencionismo en lo que estuvo inmersa? ¿No piensas que al gobierno le conviene mantenerla inhabilitada para dividir más a la oposición?
En verdad, en ese momento, no tuve necesidad de pensar mucho al respecto, puesto que bastante lo he hecho. Por esto mismo dije a mi amigo:
La señora Machado resultó ganadora dentro de un universo que no representa a la oposición toda. Se habla que alcanzó un total de 2.500.000 votos; tomo las cifras que dan sus partidarios más cercanos.
La información más reciente dice "La oposición logró movilizar a 2,4 millones de venezolanos a las urnas, según las cifras de la Comisión Nacional de Primarias que fue la encargada de los comicios".
La información proviene del diario "Los Ángeles times", donde se agrega que "Machado se adjudicó el domingo un respaldo popular de 92,35% con el conteo de casi 93% de los votos, según los resultados de la comisión organizadora".
Y hasta se dice, cómo de manera muy optimista y de la mejor buena fe, pese tengamos razones de sobra para la duda, no parece sensato tanto optimismo que "Las primarias estuvieron abiertas para los 20 millones de personas inscriptas en el padrón electoral".
Entre un padrón electoral que supera los 20 millones de votantes y la cifra de las primarias hay suficiente diferencia, como para no ser tan optimista. La misma expresión del diario norteamericano mencionado, según la cual ""La participación desafió las expectativas de los propios opositores", fortalece o incentiva más nuestras dudas. Pues las cifras dadas, por demás celebradas, cuya veracidad no es lo necesariamente pertinente, pues no hay motivos para negarlas como tampoco para creerlas, por razones por demás obvias, indican que la participación, bastante promocionada, nacional e internacionalmente, donde los promotores, incluyendo el gobierno de Estados Unidos y sus aliados internacionales echaron el resto, como un financiamiento descomunal que le permitió a la candidata ganadora copar todos los espacios propagandísticos y de información, nunca antes se había visto tal cosa en unas elecciones de ese carácter, fue de conformidad con lo ya dicho nada cuantiosa. Pues se trata de una cifra de apenas el 9%.
El estado de ánimo, el interés puesto por los dirigentes y partidarios de la oposición que participó y tenía derecho a participar en esos comicios y hasta en buena parte de la población que piensa que cualquier salida es mejor que lo existente y hasta por aquello de "hay que salir de Maduro a como dé lugar", no se corresponden para nada con las cifras electorales. La candidata misma se desplazó por el país todo mientras cada uno de sus actos y movimientos era destacado en los medios informativos. Se le seguía milimétricamente.
Cualquiera pudiera decir, como quien descubre la pólvora, que tratándose de unas elecciones de ese carácter, correspondiente a un pequeño universo, sólo una parte de la oposición y que no tiene el nivel de importancia e interés que las presidenciales, la cifra en cuestión es elevada. Sería un simple lugar común.
Pero eso no es cierto. Hablamos de Venezuela de ahora, envuelta en una confrontación de gran magnitud, donde participan no sólo factores de un pequeño universo político, sino que se trata de un asunto que implica el interés de casi todos los venezolanos y tiene una incidencia trascendental en el futuro inmediato de los mismos.
Lo cierto de todo esto es que, la mayoría de los venezolanos, de manera determinante, está inconforme con lo que acontece y demanda un cambio, pues no termina por aceptar que, dado los recursos que poseemos, la manera que hemos llevado la vida bajo gobiernos anteriores, no caracterizados muy progresistas y menos por demás preocupados por el interés de todos, estemos pasando ahora tantas calamidades, como que el salario no alcanza para al menos comer y los servicios vitales, como el de la salud, estén bajo un estado de precariedad incomparable.
Y pese el cuadro anterior y la urgencia opositora de definir una candidatura que conduzca a la unidad en ese universo, la participación en esas elecciones primarias no se correspondió con esas circunstancias.
Pues el sentimiento que predomina entre los electores, no sin razón, es el abstencionismo, por no sentirse interpretados cabalmente por los factores que representan la polarización.
Según todas las encuestas y cifras anunciadas, a las cuales le damos la misma credibilidad que a las relacionadas con las primarias, indican que el gobierno tiene un respaldo duro que está bastante por encima del manifestado a favor de la oposición que ahora tiene de candidata a la señora Machado, incluyendo lo expresado en las primarias.
Hay indicios que esa oposición pudiera escindirse más, en caso que la otra oposición presente una candidatura distinta, lo que no sería nada extraño, dado el distanciamiento habido en las primarias y por las hondas diferencias y distancias con respecto a los planes, visión de país, de la señora Machado. Esta sigue apegada a la idea de las sanciones, la injerencia de Estados Unidos en nuestros asuntos, privatizaciones a granel, entrega del negocio petrolero al capital externo como en los tiempos anteriores de Medina Angarita y hasta del sector educativo; todo eso contrario al pensamiento socialdemócrata mayoritario, aquel que, en la inauguración de la segunda etapa del Gurí, llevó al entonces presidente Raúl Leoni a predecir, que en algún instante, servicios como luz y agua serían gratuitos. Por supuesto, en esa oposición, no anida eso que Leoni planteó como una posibilidad y hasta un sueño, dado que no se corresponde con la realidad, pero si conserva mucho de lo que llamaremos "progresismo". Y en ese universo de potenciales abstencionistas que es el mayor de todos, también prevalecen las ideas y propósitos ajenos a los de la señora Machado.
Es cierto que la señora Machado hace esfuerzos por distanciarse de su pasado, pese sigue vinculada a Leopoldo López, pero una cosa es su deseo de ofrecer una imagen diferente por necesidad, oportunismo y otra la realidad y la verdad.
De manera que, una candidatura opositora, distinta a la de la señora Machado, donde quienes la promuevan lo hagan, aparte del distanciamiento frente a ella, con la necesaria intención de comenzar a diseñar una fuerza diferente a la polarización para el futuro, a ella restaría mucho espacio y aporte cuantitativo. Y este objetivo, romper con la polarización y rescatar los derechos de multitudes, es una necesidad imperiosa.
Para una gran masa de la población, que se distancia de lo que representa la ganadora de las primarias, el asunto primordial no es deshacerse del gobierno, pues está consciente que las sanciones, si bien no han determinado todo, si han pesado en lo que ha acontecido en los últimos años. Y está consciente además que, la solución adecuada no es quitarnos esas sanciones de encima entregándonos "en bandeja de plata" al capital externo y el gobierno de Estados Unidos.
De manera que, a nuestro parecer, no luce acertado pensar que la señora Machado pudiera ganar las elecciones y menos ineluctablemente, por lo que el gobierno, para evitarlo, se vea obligado a mantenerla inhabilitada, razón por la cual, el TSJ hizo suya también la decisión de la Contraloría y otros órganos del Estado. De paso, es cierto como dices, sería también una fórmula para dividir más a la oposición que participó en las primarias. Pero de paso, pese lo que ella y los suyos creen o desean, quienes controlan o manejan las sanciones, no la tienen como meta última. No está en los planes de EEUU, a toda instancia, sostener esa candidatura, sino lo que la realidad y su exclusiva conveniencia, les impone.
Sostengo que esa habilitación es negociable, depende del cuadro político que se pinte en el futuro casi inmediato y la disposición de Estados Unidos a negociar en favor de la señora Machado. Pues tampoco es descartable que en el gobierno de Biden, prevalezca la idea triunfalista que esa oposición pudiera ganar las elecciones con cualquier candidato, sin necesidad de hacer grandes concesiones al gobierno.
El peor adversario del gobierno y por supuesto de su candidatura, está representado en el asunto salarial y de servicios, por sólo tomar esta referencia que es bastante sustantiva. La mayoría de la población y por supuesto de los trabajadores, está consciente que en lo que a sus intereses respecta, no hay nada sustancial que esperar de la señora Machado, pues sus ofertas ya lo dicen. En su archivo o inventario, la palabra salario no existe y los intereses populares no están en su agenda.
De modo que, en el gobierno bien se sabe, cuál sería la fórmula mágica para detener la caída de su respaldo electoral e incluso revertir esa tendencia. Y aparte de lo que pudiera resultar de la suspensión de sanciones, asunto que para EEUU, como he venido sosteniendo, no está atada inevitablemente a la candidatura de la señora Machado o a la formación de un nuevo gobierno, existe la posibilidad que el que ahora existe pueda hallar la manera de acordarse con Fedecámaras para desatar los nudos gordianos.
Días atrás, en un muy elegante hotel caraqueño, se efectuó una reunión en apoyo a lo acordado en Barbados, presidida por el presidente Maduro, donde los primeros puestos, de las primeras filas, estuvieron ocupados por la representación empresarial, que ha optado, contrario a lo que piensa la señora Machado, de colocar la suspensión de las sanciones en el primer nivel. Y fue notorio, cómo esa representación hizo notar su respaldo e interés por esas conversaciones. Fue demasiado evidente la cordialidad y casi actitud festiva que allí prevaleció.
Pero el gobierno debe darle al país, a los electores, una contundente muestra de su lucha contra la corrupción y los corruptos, de manera que de una imagen distinta a la que pareciera prevalecer en muchos venezolanos. No es nada complicado entender de qué cosa hablamos.
Para terminar e intentar fortalecer lo que he sostenido sustancialmente, ofrezco a continuación el post en X, de un conocido periodista cuyo nombre omito por meticulosidad:
"En el Diálogo Interamericano el asesor demócrata Mark Feierstein, dijo que no ve una vuelta a la política de sanciones contra Venezuela porque no han dado resultados, y llamó a esperar el plazo dado por Anthony Blinken para liberación de presos y habilitación de MCM".