Crítica ácida

Compatriotas opositores en dudosas tesis antipáticas

El ESEQUIBO enloquece a opositores engreídos, sus respuestas a medidas valerosas y válidas llevadas al mundo entero por el gobierno VENEZOLANO socialista, bolivariano y antiimperialista, acumulan nuevas torpezas entre los adversarios a la revolución histórica, la insinceridad opositora adversando la efectividad y seguridad expuesta al mundo por el Ejecutivo Nacional y oficialmente dicha ante el cuerpo diplomático acreditado en nuestra nación, son reuniones legales y morales por la Venezuela republicana independiente y soberana. El ESEQUIBO es de todos, defenderlo ha sido conducta impecable de la Venezuela digna en todos los tiempos, incluidos quienes adversan a los gobiernos de turno y sus disposiciones al respecto. Vemos trasnochados y disociados a quienes no parecen creer las buenas intenciones nacionales de turno, por su desconocimiento lamentable a la historia patria, contrarrevolucionarios desde 1999 dedican unos cinco minutos cada día a enterarse de ese territorio en reclamación, fuera de su paroxismo errado y permanente tendrían menos desaciertos producidos en parte por su pitiyankismo obsoleto, sin acudir a la frase "quien tenga ojos que vea".

Sobre EL ESEQUIBO, se aprecia el patetismo incompetente de argumentos rebuscados a fin de satisfacer ocasionales entrevistas a los opositores, frente a ellos y sus profusas y lamentables demostraciones el gobierno socialista va dando a conocer a todo el globo terráqueo nuestros derechos, a pesar de manipulaciones por quienes suben de tono sus reclamos opositores confiados en el respaldo imperialista y de medios tradicionalmente jaladulantes a gringolandia; al respecto también evoco lo otra frase "quien tenga oídos que oiga". En cuanto al ESEQUIBO, cualquier breve repaso histórico-geográfico nos dará la inmensa satisfacción de contribuir en la lucha, a fin de conservar esos 160 mil kilómetros cuadrados, que, hemos probado fueron objeto de manipulación imperialista combinada por británicos y estadounidenses, quienes salen con las tablas en la cabeza por sus malas artes políticas descritas en la inserción de la pésima costumbre capitalista, robándose territorios, incluidos despojos a los indígenas norteamericanos.

Al ESEQUIBO lo vamos defendiendo como lo hacemos, disposiciones que, por ahora culminan en un loable propósito el 3 de diciembre 2023, la consulta de cinco preguntas sobre las cuales se han centrado lógicas controversias, ninguna de ellas históricamente impedirán que, moralmente el pueblo decidido pase por encima de quisquillocidades politiqueras, por quienes mal enterados o tercos en su disociación psicótica y parafernalia de intoxicación de malas noticias, acudan a esa infofrenia psiquiátrica practicada adrede por medios de comunicación social adversarios a Chávez y Maduro, propaganda a veces denigrante y reiteradamente perdida. Sobre nuestro ESEQUIBO estamos enterados hoy mejor que nunca, hecho cierto e indubitable, no podría el presidente en turno Nicolás Maduro (afortunadamente no es su intención), cometer algo parecido a la disimulocracia de Rafael Caldera en 1970 cuando firmó en acuerdo con sus amigos imperialistas británicos y yankys, suspendiendo por más de una decena de años el caso Esequibo, dando oportunidades serviles y cobardes a los planes del imperialismo procaz y voraz.

El ESEQUIBO 53 años luego de aquella "calderada disimuloide", revela el proceder de algunos "venezolanos" comportándose en forma dudosa ante quienes pretendan robarnos con artimañas siglo XXI y amenazas bélicas. Estos gringos son los mismos asesinos de los indios noramericanos, a quienes les inventaron zonas de reserva mientras vendían a empresarios capitalistas salvajes las tierras ancestrales de las tribus, incendiando sus localidades y asesinándolos indiscriminadamente como hoy en Palestina. Tanto en EL ESEQUIBO como en toda Venezuela, hoy el huracán mundial de noticias independentistas derrota a imperialismos y sus lacayos, TENEMOS DERECHO A NO OLVIDAR LA HISTORIA DE RECLAMOS SOBRE ESE TERRITORIO VENEZOLANO Y SOBRAN LOS MAPAS HISTORICOS PARA DEMOSTRARLO.



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Luis Sánchez Ibarra


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