"He decidido apostar por el amor. El odio es una carga demasiado pesada para soportar" (Martin Luther King)
Cuando se están cumpliendo 25 años de la toma del poder político (2 de febrero de 1999) por parte del Comandante Hugo Chávez, existen algunos indicadores políticos que se pueden resaltar, a pesar de la existencia de una gran multiplicidad de características identificatoria que han surgido a lo largo de éste último cuarto de siglo: 1.- la derrota política del puntofijismo, luego de 40 años en el poder, 2.- el nacimiento de una nueva Constitución Nacional, 3.- surge una radical polarización política entre chavismo y antichavismo, 4.- el imperialismo estadounidense ataca fuertemente a Venezuela, a través de ilegales medidas coercitivas unilaterales y criminales bloqueos…
Sin embargo, en los últimos tiempos, a raíz del feroz ataque imperial en contra de la nación venezolana, aparece en el escenario político, una nueva forma de repolarización entre los que están en contra de toda esa despiadada guerra económica de los gobiernos estadounidenses y la unión europea, que tanto daño le han hecho a la calidad de vida de las y los venezolanos y una flagrante violación a los derechos humanos…
Y por otro lado, tenemos a las personas pertenecientes a la ultraderecha nacional que se autocalifican como radicales antichavistas y antimaduristas, que están totalmente a favor del injerencismo estadounidense en nuestros asuntos internos y apoyan cualquier medida que afecte a Venezuela, ya que solo les importa generar el mayor caos social posible en el país y que ayude a crear un ambiente de guerra civil…
Para que los marines estadounidense actúen, como "una fuerza militar humanitaria", que les permita dar un golpe de Estado e instalar en el poder político a una persona que represente a la ultraderecha, para que defienda los intereses pro imperialistas, desmantelando al Estado, privatizando todo, absolutamente todo, incluyendo la esperanza de vivir en paz, con justicia social y felicidad colectiva…
Esta ultraderecha radical y extremista, no solo aplauden las sanciones, sino además, quieren que aumente la presión internacional, sin importar las nefastas consecuencias negativas para Venezuela y los daños colaterales sociales…
