Venezuela es un barullo. "Amigos" se confunden y chocan. ¿Lula y Petro?

Nota: Ayer miércoles escribí este artículo, no había leído las declaraciones de Lula y Petro, quienes se habían venido mostrando, hasta ahora mismo, amigables con el gobierno de Venezuela y, se sabe bien, desde el principio, las razones para que el CNE no inscribiese a MCM como candidata, como que estaba inhabilitada con bastante anticipación. Y saben el por qué no pudieron inscribir a Corina Yoris y la "imprevista" aparición de Manuel Rosales.

Justamente, en un artículo muy reciente, titulado, "¿EEUU ha cambiado su forma de relacionarse con nosotros? Las elecciones en Venezuela y Gustavo Petro (Parte III)", dije "Pero estando Petro en la presidencia, lo que para nada les gusta, no se atreven a darle un golpe y andan jorungando en el vericueto de las leyes y el basurero donde se depositan los embustes y las bajezas en busca de algo que les sirva para deshacerse de "ese incordio". Y conste que de manera absoluta, no es valedera, sino más bien infantil, responder a esto diciendo que, Petro es una figura más manejada por el imperialismo, porque eso pudiera ser como un escupir hacia arriba".

https://www.aporrea.org/actualidad/a329696.html

Es decir, puse a Petro no sin razón, bajo la mira de EEUU fundamentado en lo que venía diciendo, intentando hacer y hasta por sus muestras de solidaridad recientes con el gobierno de Venezuela. Y lo mismo pude haber dicho y creo que lo dije de Lula; aparte que él antes adjudicó un calificativo hasta inusual en un jefe de Estado, al referirse a MCM y le pidió que admitiese estaba inhabilitada y la obligación de optar por un sustituto. Por esto, confieso que las declaraciones de ambos ahora, en defensa del derecho de MCM a ser candidata y por ello sus declaraciones, por lo menos para mí sorprendentes, lo que no niega calificar como de muy mal gusto las declaraciones de Jorge Rodríguez, que además contradicen las más elementales normas de la cortesía, diplomacia que son menos diplomáticas que aquellas de haberles calificado antes de "figuras manejadas por el imperialismo", más tratándose de potenciales amigos, me dejaron casi con la boca abierta y me ponen en actitud muy vigilante para detectar lo que pudiera venir. De golpe salen los fantasmas. Después de aquello de la presidencia interina, no es raro que uno vea cosas más sorprendentes.

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Un viejo amigo, quien escribe por una red o medio muy concurrido, una donde mucha gente entra hasta a desahogar sus penas con textos breves y encontrar y encontrarse con amigos, ha puesto hoy uno, que me ha creado una enorme confusión acerca de su manera de mirar lo que acontece.

Suelo llamarlo casi todos los días, dada nuestra vieja amistad y el afecto que le tengo, pues ha sido toda su vida un luchador gremial por los intereses de los trabajadores de una desmedida bondad y desbordada honestidad. Pero, cuando con él hablo, pongo el sumo cuidado de no hablarle de política, pues su concepción y manera de abordar ese asunto difiere bastante de la mía y, por eso, procuro no contaminar nuestro usualmente amistoso contacto con asuntos que pudieran generar algún distanciamiento.

Eso sí, cuando entro al espacio donde él escribe, hace sus comentarios, lo leo, con un fin muy determinado, pues por saberlo adornado de las cualidades de las cuales antes hablé, sé que expresa de manera sincera sus ideas, que no sólo son las suyas, sino las de unos cuantos de su nivel intelectual, identificados orígenes, clase, particularmente por sus precariedades y mal tratamiento que el gobierno da a los suyos, los de su gremio, que es el mismo mío, en el cual él ejerce liderazgo. Él, mi amigo, lo sé bien, es poco perspicaz y más bien ligero, al momento de juzgar las circunstancias que rodean y hasta determinan las decisiones políticas de gran envergadura, fuera del pequeño espacio donde se mueve, pues no tiene los pertinentes instrumentos para captar la realidad y el movimiento o la vida tal cual como esta transcurre.

Por eso, en medio del barullo, el desorden o total desorientación, nada ayudados por quienes conducen y hasta controlan el debate, unos perdidos sin entender nada, otros confundiendo y en fin cada quien tratando de pescar en río revuelto con sentencias convencionales, mi amigo y otros como él y quienes a ellos les siguen, asumen posiciones extrañas, ajenas a su realidad, circunstancias, su mundo o clase y caen en las redes de sus reales y auténticos enemigos. Tanto que, al leer a mi amigo, sin extrañarme, pues ya sé bien desde hace algún tiempo quienes le tienen atrapado, le percibo dando un discurso contrario de lo que en la vida ocurre y soñando con "pajaritas preñadas" y esperando que el río vuelva a la montaña.

Y él, bien lo sé y ya lo he dicho arriba, no es un mentiroso y menos oportunista, sólo que por su desespero, incomprensión de lo que aquí acontece, lleno de generosos sentimientos, se aferra a la esperanza que a quién ha venido imaginando el alma salvadora de él, su familia y todos sus compañeros o colegas, dice la verdad, tiene todas las razones y derechos. Pareciera, en lugar de intentar dar una respuesta coherente ante la realidad y los intereses de los suyos, alinearse con una especie de Juana de Arco y al mismo tiempo Doña Bárbara.

Para mi amigo, sus razones le sobran, todo empieza en la precariedad del salario y en lo inaudito que, por primera vez, desde que su gremio firmó un contrato de trabajo con el Estado, este haya sido desconocido y conculcado, lo que es, como dice RAE, "quebrantar una ley, obligación o principio. Infringir, quebrantar, vulnerar, trasgredir, contravenir, violar, atropellar".

Ese inaudito proceder del gobierno, justificado en las sanciones, pese haya dentro del mismo mundo, como Pascualina Curcio, Valdez, etc., economistas de profesión, quienes denuncian que tal proceder gubernamental está fundamentado en las ideas y más que eso, en los intereses de los neoliberales y monetaristas, que son los mismos que manejan el capital y emplean; es determinantemente la causa del desespero de mi amigo y una inmensa cantidad de gente buena y ganada para las mejores causas. Pero en lugar de proceder de acuerdo a esto, se unen a las filas de los eternos empleadores y acumuladores de capital, de fuera y adentro, por la explotación del trabajo, para que los salarios se mantengan en niveles precarios y la ganancia de sus capitales sea mayor. ¿La excusa? Que hay que cambiar de gobierno, no importa cómo ni con quién.

Pero mi amigo y sus amigos, pasan por alto que, si algo es verdadero, son las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, no es un secreto y menos un invento. Y que han contribuido en buena medida a la precariedad del salario y, en el menor de los casos, a darle a quienes gobiernan el país y el capital, justificación para incrementar la explotación. Y no obstante ellos, mi amigo y los suyos, inocentemente, apoyan para que llegue al gobierno, a quienes piden más sanciones, porque su único interés es ese, llegar al gobierno para hacer de manera gozosa, por interés de clase y convicción, lo mismo que ahora el gobierno hace para subsistir, justificándose en las sanciones.

Por esa confusión y el acelerador del sentimiento, donde el odio se acumula y prevalece, mi amigo y los suyos, se han afiliado, no en el bando o universo que pudiera, con más o menos discreción, tener en su programa o sus metas mejorar el salario hasta en lo inmediato, sino en el de quienes, por razones de su existencia misma, como el árbol a la naturaleza, con sanciones y sin ellas, están y siempre estarán por tener los salarios comprimidos, desconocer los contratos de trabajo, privatizar lo que puedan, hasta educación y salud, disminuir al máximo la inversión, la que ellos llaman gasto, en beneficio de gente como mi amigo y los suyos, los trabajadores y el pueblo.

Mi amigo, ilusamente ha caído en una trampa. Cree que quienes definen, como el Fondo Monetario Internacional que, lo que se invierte en salud y educación, por sólo nombrar estos, son gastos y hasta excesivos que, para lograr el "progreso", habría que disminuir al máximo y hasta eliminar.

Claro, es verdad, en eso mi amigo tiene razón, el gobierno, ante la disminución de los ingresos públicos en dólares, dado a distintas razones, unas inherentes a su muy mal desempeño en muchos aspectos, como los económicos, incluyendo en estos la inconmensurable corrupción, errores en el manejo del negocio petrolero, los malos cálculos alrededor del mismo que arrancaron desde los tiempos de Chávez y Ramírez, incompetencia de muchos de sus funcionarios, hasta el confuso y nada realista y práctico manejo diplomático, ha optado por acogerse al monetarismo, la propuesta de quienes uno supone debería ser de sus contrarios.

Por lo anterior, se deterioran al máximo los servicios públicos, como agua, salud, electricidad y educación.

Por cierto, ahora recuerdo algo que podría ser una simple anécdota, pero también una muestra como la dirigencia, por las presiones de quienes controlan el capital y con este, como misteriosamente, al Estado, puede cambiar; tanto como terminar en los brazos o bajo el control de quienes antes combatieron.

Lo que he calificado de anécdota, refiere como el Dr. Raúl Leoni, hombre con muy buenas relaciones con el Buró Sindical de AD, tanto que este logró lo hiciesen candidato de su partido y hasta presidente, pese el secreto plan de Betancourt de otra opción, se habló del Dr. Caldera para darle sustento al Puntofijismo, en la inauguración de la segunda etapa del Guri, obra iniciada y construida, en buena parte bajo el gobierno de Pérez Jiménez, dijo, palabras más o menos, que la meta era agua y electricidad gratuita para el pueblo. Por supuesto, la salud y educación y otros tantos servicios, ya se gozaban y estaba previsto que eso continuase.

Mi amigo, en su estado emocional y buena fe, da por hecho, tanto que en eso no piensa, que su adherencia se corresponde con lo que él desea. Ella, su adherencia, inconsciente y muy emocional, es partidaria de las tesis del liberalismo y del capital dominante, de "disminuir los gastos del Estado" y esto implica eliminar o por lo menos restringir al máximo la inversión, lo que ellos llaman gastos, en educación, salud, servicios públicos. Es decir, por razones emocionales, esas que generan desespero y hasta la decepción, se suma a la meta de la candidatura que imagina la salida pertinente, obviando que tiene a sus pies una trampa, un hondo hoyo.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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