"El segundo es el primero de los perdedores" (Ayrton Senna)
En estos días (a mediados del mes de mayo) me invitaron a un interesantísimo taller político al que titularon "una mirada al proceso electoral presidencial venezolano" y por supuesto que se refería a los próximos comicios del domingo 28 de julio del 2024, a un grupo de politólogos, sociólogos y expertos electorales, para intercambiar ideas, proyecciones y la realidad de las candidaturas presidenciales en momentos de precampaña electoral…
Uno de los temas expuestos y que llamó poderosamente fue el de "las encuestas y la guerra de encuestas", y que generó una altísima participación con opiniones muy bien argumentadas sobre los sentidos y significados de los estudios de opinión y el valor protagónico que adquieren las encuestas en tiempos electorales…
Una de las primeras conclusiones es que hasta ahora todas las llamadas "encuestadoras serias" dan con una clara tendencia ganadora al Presidente de la República, Nicolás Maduro, sobre las otras 9 candidaturas presidenciales que son de oposición y que aún se mantienen en la batalla electoral, cuando en el camino pueden darse algunas renuncias…
Sin embargo, están apareciendo otras encuestadoras que son de dudosa procedencia y que no explican de manera precisa cual es la ficha técnica, ni la veracidad de esos resultados, ya que están diciendo que se están cruzando la línea entre los dos primeros lugares, solo para ir construyendo "una imagen de ganador" por parte de un candidato, que no parece candidato, que no actúa como candidato y que tiene varios nombres, ésta particular y extraña candidatura presidencial opositora…
Sus diferentes etiquetas identificatorias son las siguientes: desde el más conocido "el candidato afiche"…"el candidato tapa"…"el candidato puente"… "el candidato de la foto"…el candidato del imperio"…"el candidato de la ultra derecha"…"el candidato que está viejo y cansado"…"el candidato aporofóbico"…"el candidato que si gana es para que gobierne otra persona"…"el candidato que odia a Venezuela"…
Y surgió una interrogante electoral: ¿en alguna parte del mundo, ha podido ganar unas elecciones un candidato presidencial que solo se muestra a través de un afiche?...la respuesta es que nunca…