Por estos días, Luis Brito García, con toda su sabiduría y capacidad expositiva, nos narróla clásica porfía de la autoridad ante la realidad experimental. Lo hizo magistralmente, suficiente para que, en momentos como los que vivimos, no deje de considerarse a lo sindóciles, los insurrectos y los levantiscos. Y lo comenzaba así: un ensayo sin ejemplos es como una narración sin personajes... Sabiendo que es un atrevimiento de mi parte, haré algunas disquisiciones, en eso que Luís Brito llama "realidad experimental", considerando que todo enunciado político debe llevar consigo un modelo social y una forma de producir, de tal manera de no ser una distracción, una fantasía o un engaño.
El enunciado político que Chávez le presentó a la nación fue, "el socialismo del siglo XXI", que era el de la profundización de la democracia. Y este enunciado iba acompañado de un modelo social y productivo:" la nueva geometría del poder". Eran los consejos comunales, las comunas productivas y las ciudades comunales. Las tres instancias con autogobiernos. Y voy a insistir en algo que varias veces he afirmado: había un cuarto escalón, la inédita Asamblea Nacional Comunal como máxima autoridad de la Nación. Pero, esto último era un asunto estratégico que no tenía por qué debatirse fuera de su tiempo: los treinta años que Chávez señalaba para hacer posible el Estado Comunal Socialista.
Sin embargo, el Partido impidió, hace 17 años, este proyecto político de Chávez y, luego de su muerte, decidió alejarse de ese rumbo. No cree en la profundización de la democracia, sino en el tutelaje, el de "me da la gana". Le quedó grande, no podía ser de otra forma, el desarrollo de una nueva manera de producir. Optaron por lo obvio, la "inversión diversificada" -una elegante forma de explicar la transferencia de dólares a la banca privada- lo completaron con esa muletilla social que llaman "el emprendimiento" y ya hablan del "renacer" de la antigua PDVSA. Así suponen avanzar al "socialismo productivo", el símil conveniente del libre mercado. Imaginan repetir el modo chino sin entenderlo. Construyen un socialismo fantasioso.
