La última década en nuestra Venezuela ha estado marcada por la crisis económica, política y social. En dicho periodo, a los trabajadores de la ciudad y el campo se nos impuso la austeridad más extrema y nos fueron confiscados los derechos democráticos más elementales. Mientras los ricos se han hecho más ricos, la desigualdad y la pobreza general y extrema han crecido como la maleza.
En los próximos comicios presidenciales, la oferta electoral está compuesta por el candidato de los nuevos ricos del gobierno y los representantes de la vieja burguesía parásita. Más allá de la demagogia, todos los aspirantes a la presidencia inscriben en sus programas la necesidad de que la crisis siga siendo pagada por el pueblo. Para ellos, no hay otro camino posible que excluya la austeridad. Y para hacer efectiva esta política, el asalto general a los derechos democráticos es un imperativo.
Desde La Otra Campaña décimos de forma tajante que no estamos obligados a perecer en la mazmorra del ajuste. El pueblo trabajador y humilde no generó la crisis, y por tanto, la misma debe ser pagada por sus responsables: los ricos y corruptos que se han beneficiado de la explotación, la opresión y el saqueo descarado al erario público. Los trabajadores de la ciudad y el campo no podemos permitir más retrocesos. Debemos combatir en las calles, en los espacios de trabajo y en las instituciones todas las políticas antipopulares y empobrecedoras que no merecemos. Gane quien gane el 28 de julio, la lucha obrera y popular será nuestra única arma de defensa. No hay caminos intermedios: o los intereses de los viejos y nuevos ricos prevalecen en detrimento nuestro, o los del pueblo trabajador se imponen por el mayor bien social.
Solo a través de la lucha y la organización, los pobres de Venezuela podremos recuperar todo lo que nos han arrebatado en el último tiempo. Pero además, nuestra fuerza potencial organizada porta el mapa de salida a la crisis sin que esto implique más dolor y sacrificios. Solo el pueblo salvará al pueblo si es capaz de juntarse para defender sus intereses y proponer un camino de igualdad y justicia social plena y efectiva. El pueblo trabajador si se organiza tendrá en sus manos las semillas de una mejor sociedad.
Desde La Otra Campaña le proponemos al pueblo empobrecido, a la nación, este decálogo para el debate y la acción colectiva, buscando caminos para una Venezuela mejor.
1. Una economía para la gente, no para los ricos y corruptos. Los dos principales candidatos proponen lo mismo: salir de la crisis a costa del bolsillo y el empobrecimiento del pueblo venezolano. Con el austericidio lo único que habrá es más pobreza para las grandes mayorías. No existe ningún camino de recuperación económica que parta de la destrucción del mercado nacional y de los ingresos de millones de venezolanos. Nosotros planteamos que la única forma de reactivar la economía es devolviéndole a los trabajadores la capacidad de ser agentes económicos. Recuperar los salarios, las pensiones y las jubilaciones de modo que permitan vivir con dignidad y estén ajustados al costo de la vida. Derogación del instructivo ONAPRE, el Memorandum 2792 y de todas las medidas que han destruido el salario y las condiciones de vida de los venezolanos. Aumento del gasto social para sacar de la pobreza a una población olvidada por los ricos y por el gobierno. Desarrollar la capacidad del pueblo para producir, intercambiar y gestionar bienes y servicios, garantizando acceso a tierra, medios de producción y financiamiento a productores y comunidades. Redistribución justa de las riquezas que ahora se queda en unas pocas manos de corruptos y vividores. Enfrentar el despojo de tierras, recursos y bienes comunes al pueblo y a la nación. La naturaleza y los medios básicos para reproducir la vida no pueden ser una mercancía. Hacer que la economía crezca, pero desde otros fundamentos para que sea justa, igualitaria y sustentable ecológica y socialmente. Construir una economía más humana, más solidaria y justa. Esto es posible auditando la deuda externa y el manejo de los recursos públicos durante los últimos años, obligando a los corruptos a que devuelvan lo robado y haciendo que los que más ganen aporten más a la economía, a través de una política de impuestos progresiva y justa. Exigiendo el levantamiento de las sanciones y la devolución de los activos y fondos confiscados y robados al pueblo de Venezuela. Caminando hacia la soberanía alimentaria. Recuperando la industria petrolera no para el bolsillo de las transnacionales ni de los corruptos, sino como palanca para devolverle a los venezolanos una vida digna. Defendiendo la soberanía nacional sobre los recursos naturales. Diversificando la economía y desescalando la dependencia de la renta petrolera y minera, hacia una transición energética y ecológica. Promoviendo un desarrollo económico sostenible basado en la inclusión, la soberanía y el respeto por la naturaleza.
2. Que las mayorías gobiernen. Más democracia, menos corrupción. Nos oponemos tanto a un Estado autoritario y corrupto como el que tenemos hoy y también al desmantelamiento del Estado para favorecer a los ricos y poderosos, como propone la oposición de derecha. Defendemos la construcción de un nuevo Estado controlado y dirigido por la ciudadanía, que sea capaz de apalancar el desarrollo productivo, regular la economía, proteger a los más débiles, garantizar derechos y brindar a la mayoría condiciones necesarias para una vida digna. Ampliar la democracia, restituyendo las libertades y derechos económicos, sociales, civiles y políticos conculcados en estos años, donde la gente sea quien gobierne de verdad, y no las élites de uno y otro color. Para esto, planteamos libertad inmediata a los trabajadores presos y para todos aquellos que pagan prisión por sus ideas y por reclamar sus derechos. Castigo ejemplar a la corrupción. Control ciudadano sobre la administración pública y el manejo presupuestario. Recuperar la dimensión ética de la política y de la función administrativa. Restablecimiento de todos los derechos civiles y políticos, la más amplia libertad de expresión, participación y debate plural. Por la construcción de un genuino poder social, que parta de la organización del pueblo en sus barrios y comunidades sin tutelas de ningún orden; de la clase obrera por la recuperación de los sindicatos y Consejos de Trabajadores; de los campesinos e indígenas con sus propias formas de organización; de las mujeres por la conquista de la plena igualdad; y de la comunidad sexogénerodiversa contra la discriminación y el odio. Empujar formas de participación y autogobierno en los distintos espacios de la vida social colectiva. Democratización de la comunicación. Democracia y más democracia, para que haya derechos y más derechos. Un Estado eficiente que proteja a los ciudadanos y garantice la justicia y la equidad, recuperando el control de zonas abandonas por la intervención estatal, reformando la policía y la justicia penal para que estén al servicio de las mayorías y no sean un mecanismo de represión y extorsión. Un Estado en manos y al servicio de los ciudadanos y no de los corruptos y del capital.
3. Por servicios públicos para todos. El actual gobierno ha jugado a quebrar los servicios públicos para justificar su privatización. La oposición plantea abiertamente entregárselos al sector privado. Nosotros creemos que los servicios básicos deben ser públicos, universales, de calidad y accesibles a toda la población. Es urgente recuperar los servicios públicos, pero de nada sirve que mejoren los servicios de luz y agua si solo unos pocos pueden tener acceso a ellos porque están en manos privadas y las tarifas se vuelven prohibitivas. Los servicios públicos no pueden ser una mercancía. Para estos creemos que deben hacerse las inversiones necesarias, que estén regulados y controlados por la sociedad, y que paguen más las grandes empresas y no los pequeños consumidores.
4. Por una educación pública, gratuita y universal como eje para la transformación social y el desarrollo. Para ninguna de las dos élites la educación es una prioridad. Pretenden acabar con la educación pública, gratuita y universal. Para nosotros no hay posibilidad de transformar el país si no se garantiza una educación transformadora para todos. Para estos es necesario una educación integral, que forme ciudadanos y ciudadanas críticos. Devolverles a los docentes la dignidad que le han arrebatado con la desmejora de sus sueldos y condiciones laborales. Recuperar la infraestructura educativa e incorporar las nuevas tecnologías en las escuelas y liceos.
5. Los migrantes también son Venezuela. Nuestros hijos se han ido del país apremiados por una situación económica insostenible. Han sido abandonados por el Estado venezolano en tierra extrañas, sometidos a condiciones de explotación, persecución y estigmatización en los distintos países a los que llegan. Debemos ofrecer condiciones y oportunidades para que nuestros jóvenes no tengan que irse y para que regresen los que quieran, así como también garantizar la protección, garantías y derechos de los que decidan migrar.
6. Construir un sistema de salud y seguridad social que garanticen el derecho a una vida digna. Un sistema de seguridad social y un sistema de salud que sea universal, integral, integrado, descentralizado y participativo.
7. Respeto a los derechos de la mujer y de la sexogenerodiversidad. Igualdad y paridad de género en cargos de dirección y elección popular. Derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres y a decidir sobre su cuerpo. Prevenir y atender la violencia de género en todas sus formas. Reconocer y visibilizar el trabajo por los cuidados que realizan las mujeres.
8. Sin desarrollo científico técnico no habrá futuro para el país, la reconstrucción nacional requiere incentivar la investigación científica e impulsar la formación de alto nivel. La ciencia y la investigación deben ser una prioridad.
9. Diplomacia de paz, orientado por los valores de independencia, soberanía, solidaridad con los pueblos del mundo y no alineación. Anticolonial y antimperialista, en defensa del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Por un mundo multipolar, no subordinación a ninguna potencia mundial ni a la lógica de la globalización neoliberal. Apuesta por la integración latinoamericana y de cooperación con el sur global.
10. Reconstrucción del país, restituyendo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela como marco institucional y jurídico, el Estado Social de Justicia y Derecho, la dimensión ética de la vida colectiva, la soberanía nacional, una economía para las mayorías y la capacidad del pueblo de determinar su destino y gobierno.
¡Gane quien gane, gobierne quien gobierne, los derechos se defienden