La izquierda venezolana, no chavista- madurista, la conforma un espectro político que va desde sectores marxista-leninistas, y socialistas radicales, hasta sectores identificados con la social-democracia de izquierda, así como también librepensadores, algunos de ellos disidente del chavismo, y otros que nunca se identificaron con el pensamiento político de Hugo Chávez, plasmado en lo que hoy se conoce como proyecto político chavista bolivariano, o socialismo del siglo XXI; la izquierda no chavista-madurista como ya observamos es heterogénea y dispersa, difícilmente se pudiera estructurar de manera orgánica en un Partido, o un Frente de Dirección colectiva, aún cuando ese esfuerzo se ha efectuado en el pasado reciente, pero sin resultado positivo. En esta circunstancia nos llegó el proceso electoral, el cual desembocó con la elección del 28-j, por supuesto que nos llegó el tiempo sin ponernos de acuerdo en apoyar a un candidato único, lo cual intentamos con María Alejandra Diaz, y con Manuel Isidro Molina pero no se pudo por falta de tarjeta, ya que tarjeta que pudo nuclear esa posibilidad, se la robo el PSUV, al PCV de manera descarada como todos sabemos, ante tal circunstancia se dio libertad de conciencia a ese conglomerado diverso para votar por cualquier candidatura, ya que se decidió no abstenerse, en mi caso particular vote por Claudio Fermín, otros compañeros lo hicieron por Enrique Márquez. El período post votación nos envolvió, y nos llegó la circunstancia que estamos viviendo, hoy en día, el CNE proclamó al candidato Nicolás Maduro como Presidente, sin ningún tipo de soporte, el Presidente del CNE, Elvis Amoroso dijo sin los Rectores completos, que lo anunciaba sobre la base del 80% escrutado, y que lo declaraba ganador de manera contundentemente irreversible, aún cuando la diferencia entre el primero y el segundo solo era de setecientos mil votos, y faltaban más de dos millones de votos por escrutar, pero sin presentar actas de totalizacion que involucran a las más de 30.000 mesas de votación, lo cual fue olímpicamente obviado, que este obtuvo el 51% de los votos emitidos sobre el 44% de su más cercano contendor, Edmundo González Urrutia, el resto se lo repartieron los otros candidatos, sobre los cuales no hizo ninguna mención, como si no hubieran existido, ante todo esto la situación que rodea el funcionamiento del CNE es anómala, el gobierno dice que la página principal del CNE fue jaqueada des de la República de Macedonia, y ello bloqueo la trasmisión de los datos, a todas estas el Centro Carter, que es un centro de observación especializada a nivel internacional, informó que en esta fase de la elección no se cumplieron las normas standard universales en un proceso electoral democrático y que más bien se parece a los que se efectúan en regímenes dictatoriales.
La Izquierda no chavista le tocó vivir esta realidad en este momento, pareciera que se está ejecutando una nueva modalidad de golpe de Estado, aprovechado la circunstancia de que la oposición venezolana cree fervientemente que quien resultó ganador es Edmundo González Urrutia, y no Nicolás Maduro, tenemos la impresión que el capitalismo mundial, con EEUU a la cabeza tiene metida las manos en este intento golpista, pero del otro lado, tenemos a un gobierno que no está jugando limpio, sus voceros más importantes han venido repitiendo la frase que el madurismo no sale ni por las buenas, ni por las malas, la oposición dice tener más del 70% de copias de las actas, y que en ninguna de ellas aparece Nicolás Maduro ganándole a Edmundo González, y el CNE a tres días de efectuado el sufragio no ha publicado las actas totalizadas a nivel de las mesas, de las parroquias y de los Estados, todo esto abona a un clima de inestabilidad que ha conllevado a manifestaciones generalizado que ha causado pérdida de una docena de vidas humanas y cuantiosas pérdidas materiales.
Ante este orden de cosas, la izquierda no chavista está analizando el panorama, buscando alternativas que nos ayuden a salir de esta grave crisis, y acompañando al pueblo en sus luchas y en la defensa de sus votos, nosotros desde la izquierda creemos y luchamos por profundizar la democracia y una de ellas es defender el voto popular que es la voz del pueblo.
