Democracia Directa

Leí hace poco un artículo de Oler Yasinsky, periodista de "RT en Español". Lo llamó "¿Poder popular o democracia?". Valió la pena leerlo a pesar de la contradicción en su título. Para desarrollarlo se apoya en la deplorable declaración, que hizo el presidente de Colombia, sobre las elecciones venezolanas.

No voy a jurungar lo de Petro, indudablemente padece de ese trastorno mental que aqueja a cuanto militante, alguna vez revolucionario, logra llegar al poder. Tampoco entraré en la incoherente disputa post electoral que nos envuelve. Lo que sí me interesa es entrometerme en la disyuntiva planteada por Yasinsky, que toca un asunto siempre dejado en la oscuridad: el ejercicio retorcido de la democracia.

Por ese recurrente torcimiento, el comandante Chávez, desde el inicio de su presidencia, habló de la democracia participativa y protagónica, entendiendo que el protagonismo en política, como en las obras de la literatura, del teatro o el cine, le corresponde al personaje principal. En este caso debía ser el pueblo gobernando.

Pero, no se trataba solo de palabras, Chávez fue en búsqueda de materializar eso. Diseñó el cómo construir el nuevo poder y hacerlo realmente protagonista. Y en el 2007, ya diseñado, trató de constitucionalizarlo. ¿Recuerdan su propuesta? Tejer en todo el territorio, una red orgánica de colectivos actuando, tomando decisiones en cada instancia de esa organización de ciudadanos y subiéndolas a la instancia superior. Pero, miren que cosas suceden, los jefes regionales y sectoriales del Partido no la acompañaron y la convirtieron en lo que tenemos.

Veamos cómo vislumbró Chávez esa retícula tridimensional auto portante: 1ª. La Asamblea Comunitaria de los Consejos Comunales que, en los barrios, debe reunir hasta 400 familias y designar a sus voceros. 2ª. El Parlamento Comunal, en las Comunas, constituido con un vocero de cada Consejo Comunal que la conforma. 3ª. La Asamblea de Ciudadanos en cada Ciudad Comunal, máxima autoridad de la ciudad y de su eje territorial, conformada por los designados de cada una de las comunas que la integran. Y un 4º escalón que mantuvo en estricta reserva: la Asamblea Nacional Comunal, conformada, en número proporcional a su población, por aquellos miembros de las Asambleas de Ciudadanos de cada ciudad que resultaran escogidos en votación directa de sus ciudadanos. Una gran asamblea nacional democrática y revolucionaria* -de seguro más de dos mil miembros- que sería la máxima autoridad de la República. ¡Na´guará! Nada que ver con los jefes, de calles y de comunidades, designadas por el Partido, que han sustituido a las asambleas comunitarias.



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José Manuel Rodríguez


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