Buena práctica profesional y buena práctica profesional en el Derecho

La Buena práctica profesional es cuando un profesional cumple con su deber de realizar bien o muy bien su trabajo, proporcionando la mayor satisfacción e inclusive limitando daños o perjuicios a otra persona. La buena práctica profesional suma no solo el conjunto de conocimientos, actitudes, habilidades, practicas adquiridos durante su proceso de formación sino también un conjunto de valores como ciudadanos y como personas que lo califican para ejercer una profesión determinada y como tal ejerce actividades y funciones específicas.

Las buenas prácticas profesionales incluyen por lo tanto la competencia de evaluar adecuadamente las situaciones propias de su área de trabajo y obtener resultados de acuerdo a los principios, de eficacia, eficiencia, prontitud y pertinencia.

Entre las buenas prácticas profesionales destaca el advertir a la persona los riesgos, costos que conllevan determinada intervención o acción a los fines de prevenir la imprevisión de los mismos y las consecuencias que acarrea no considerarlos. Es por ello que dentro de las buenas prácticas profesionales se incluye mantener un nivel adecuado de conocimiento y habilidades, así como actualizarse continuamente a través de la formación y la capacitación.

Esta labor de capacitación tiene dos facetas actualmente como son, por una parte el interés personal constante por conocer y manejar los nuevos conceptos y técnicas que se van incorporando lógicamente por el desarrollo económico social y político del país y por la otra que el avance tecnológico suministra igualmente a los receptores de los servicios, de información actualizada que se puede contrastar con la que suministra el profesional.

En el caso de los abogados y del ejercicio del derecho las buenas prácticas profesionales, por una razón u otra siempre salen a colación, por lo que es imprescindible para estos profesionales tomar muy en cuenta los principios señalados sobre que el ejercicio de la abogacía impone dedicación al estudio de las disciplinas que impliquen la la defensa del derecho, la libertad y la justicia por lo que deben estar alejados de la actividad comercial.

Es por ello que creo y pensando en las situaciones que se están presentando, es necesario conocer a fondo lo que sería la buena práctica profesional del abogado, a fin de no caer en los casos de:

Negligencia el cual ocurre cuando no se presta suficiente atención o cuidado necesarios a todos los elementos que están presentes en un caso, Impericia que se entiende como la falta de conocimientos o habilidades para realizar una tarea por lo que las acciones del abogado o abogada son desacertadas, Imprudencia y Temeridad, muchas veces consecuencia de la excesiva confianza del abogado en su capacidad intelectual que lo lleva a actuar sin pensar en las consecuencias.

Los abogados creo también, que se deben cuidar de lo que llamo la mala práctica clientelar, que ocurre cuando el cliente o contratante del servicio del profesional del derecho, sabe que es una causa perdida, que no va a prosperar, pero lleva a ella al abogado porque sabe que tendrá un impacto en los medios el rechazo del caso o su no aceptación.

En estos casos extremos el profesional del derecho cae.



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Oscar Rodríguez E


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