Observaciones al extraordinario documental en VTV sobre Fernández Moran, y notas sobre la horrible ingratitud con que fue tratado…

  1. No he tenido oportunidad de leer el libro "Descubrir lo invisible: Humberto Fernández-Morán, el tecnólogo atómico", de la doctora Gloria Carvalho. Seguramente allí se reflejará mejor la posición de ese oscuro personaje llamado Marcel Roche, quien dirigió el IVIC a partir de 1960, y quien llegó a odiar de manera patológica al doctor Fernández-Morán, llegando incluso a no permitirle la entrada en las instalaciones de este famoso centro de investigaciones, creado por el famoso inventor del bisturí de diamante. Me extrañó, que los entrevistados en ese documental trasmitido por VTV el pasado 18 de febrero, ninguno se refiriera, explícitamente, a Marcel Roche. Lástima, y de esto trata esta nota, que se llegara a perder la biblioteca y todos los documentos, hechos memorables, que sobre Fernández-Moran llegara a poseer la doctora Gudrun Olbrich, sobre quien más adelante diré algunas palabras.

  2. Como los adecos eran terriblemente acomplejados ante los gringos y los europeos, se buscaron a una celebridad de ojos azules, con porte de colonizador, para que dirigiera el IVIC, encontrándola en don Marcel Roche, de familia burguesa, de origen francés, quien… obtuvo su bachillerato en Francia para luego trasladarse a Estados Unidos donde se licenció en Ciencias y así continuar sus estudios de medicina en la Escuela de Medicina Johns Hopkins, en Baltimore. A este personaje, lo catalogaba el gran bolivariano Fernández-Morán como el SANTANDER VENEZOLANO.

  3. Sin ninguna duda, los adecos (sobre todo Rómulo Betancourt) trataron de manera vejatoria y degradante al doctor Humberto Fernández-Moran. Por el horror político y sectario que aquí sembraron los adecos una vez derrocado Pérez Jiménez, no conocimos científico o investigador de la época, que saliera en defensa, con coraje y determinación, del valor inmenso que representaba Fernández-Moran. A Fernández-Moran le tocaría sufrir las mismas vejaciones e ingratitudes padecidas por el Libertador en 1830. El 23 de enero de 1958 Fernández-Morán apenas tenía 9 días de haber sido nombrado ministro de Educación. Antes del derrocamiento de Pérez Jiménez, Fernández-Morán había ejercido como director del Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (Ivnic), una institución que luego adoptaría el nombre Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

  4. Fernández-Morán tuvo que salir del país ante la terrible caza de brujas que desató Betancourt contra todo aquel que hubiese servido al gobierno de Pérez Jiménez (menos a los oficiales de rango medio en las Fuerzas Armadas). Es entonces cuando el francés de ojos azules y porte colonizador, Marcel Roche, toma las riendas del Ivnic. Se produjo para principios de la década de los sesenta, alimentado especialmente por Marcel Roche, una asquerosa campaña sucia contra Fernández-Morán, al nivel de llegar a vérsele como un monstruo, como un maldito y abominable personaje. A esta campaña se unió de manera denigrante el famoso y talentoso escritor venezolano Mariano Picón Salas, quien acuñó contra aquel genial científico el mote de "EL BRUJO DE PIPE". Esto lo hizo Picón Salas para congraciarse con los adecos, porque era un gran carantoñero de todo lo que hacían los adecos (sobre todo Rómulo Betancourt).

  5. Muerto Gómez, don Mariano aduló a López Contreras, luego a Medina Angarita, después a los adecos, más tarde a Pérez Jiménez (fue el organizador del Festival del Libro Venezolano) y después otra vez a los adecos. Medina Angarita lo propuso diputado al Congreso por Mérida, pero tenía que venir a la Ciudad de Los Caballeros (todavía quedaban algunos), para que lo ratificase la Asamblea Legislativa. El hombre emprendió el viaje y cuando llegó cerca de la Vuelta de Lola, prácticamente en las puertas de la ciudad, se concentró una turba de acreedores, certificado en mano, para que le pagaran sus deudas dejadas por su padre Pionono Picón. Mariano se devolvió como alma que lleva el diablo y nunca más volvió a pisar tierra andina. El 1º de enero de 1958, anduvo viendo hacia qué lado se doraba la píldora para decidirse o por Pérez Jiménez o el que exigía su derrocamiento. Cuando ve que el gobierno puede caer, muy asustado firma un documento contra la dictadura, suscrito por varios intelectuales; pero ya el 10 de enero ve que Pérez Jiménez como que es capaz de sortear el temporal, entonces Mariano comienza una cruenta odisea para solicitar que borren su firma de esa lista. Cuando se confirma que el dictador ha huido, va a El Nacional y para congraciarse con la democracia, y es cuando le impone ese título horrible de «Brujo de Pipe» al científico Humberto Fernández-Morán. Tomó contra este investigador un odio gratuito muy parecido al que luego desplegó contra él Marcel Roche, hasta el punto que cuando el presidente Raúl Leoni decide recibir en audiencia a Fernández Morán (viendo que este sabio había sido colmado con los mayores honores en Estados Unidos por sus aportes científicos en la realización del viaje a la luna), audiencia que ocurrió el 30 de diciembre de 1964, a los dos días, el 1º de enero, muere, de esa profunda impresión, don Mariano Picón Salas.

  6. En 1967, Raúl Leoni celebra la decisión del Congreso Nacional, aprobando la ley de creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), y en 1969, Rafael Caldera, nombra a Marcel Roche presidente de dicha institución. En el Conicit, Roche se comportó como el colono que era, y los científicos de la época deberían desvelar todos sus desafueros.

  7. En el 2003, llegó a Mérida, buscando retiro, paz, tranquilidad, para los últimos años de su vida, la doctora Gudrun Olbrich. El punto de contacto para establecerse en esta ciudad lo hizo a través de mi persona. Me buscó en la Facultad de Ciencias de la ULA, y pudimos cultivar una gran amistad, la cual se vio parcialmente interrumpida cuando tuve que trabajar en la UNELLEZ (en Barinas). Gudrun Olbrich anduvo metida en los convulsos acontecimientos políticos de Venezuela por más de medio siglo, desde 1945: fue Secretaria de Andrés Eloy Blanco en las Naciones Unidas, activa colaboradora de la Junta Patriótica en 1958, la primera prisionera (en la Cárcel Modelo) de la Democracia Puntofijista, egresada de la Escuela de Periodismo de la UCV, redactora en el diario "Clarín", Fundadora del MIR, experta criminología. Fue también Gudrun, periodista de "La Razón", cuando la dirigía Marco Aurelio Rodríguez y era Jefe de Información, José Vicente Rangel. Nació la doctora Gudrun Olbrich en La Pastora y hablaba un castellano directo y silvestre, y apenas si en sus ojos claros, su rostro blanco se denota todavía algún rasgo de sus antepasados germanos. Sobre este personaje he escrito varios reportajes que creo deben encontrarse en APORREA, y el semanario La Razón. Pues bien, un día conversando con Gudrun, me contó que ella llegó a leer el diario que en alemán llevaba Fernández-Morán. Gudrun le sirvió durante un tiempo de secretaria a Fernández-Morán, y que su diario ocupaba varios volúmenes. Le contó el sabio la persecución que en su contra desató Marcel Roche. Siempre, me he preguntado dónde está ese diario. Lo guardó Gudrun, reposa entre los papeles de Fernández-Morán que tenía en Estados Unidos. Encontrándome en la UNELLEZ, supe que Gudrun consiguió vivir en un anexo por los lados de Los Sauzalez, en Mérida. Donó todos sus libros a la Facultad de Humanidades de la ULA, los cuales, por cierto, fueron recibidos de mala gana. Yo me encontré varios de ellos en un remate de libros usados. Lamento profundamente no haber indagado más sobre todo lo que sabía Gudrun de Fernández-Morán. Ella conservaba una gran cantidad de documentos sobre la historia reciente de Venezuela, en especial me regaló una carpeta con dibujos hechos por aquel famoso comandante guerrillero Máximo Canales (Paul del Río).

  8. Me consigo en la web, un trabajo del profesor Humberto Ruiz que me llamó bastante la atención. Humberto Ruiz fue Coordinador del Consejo de Desarrollo Científico y Tecnológico (CDCHT) de la ULA (2000-2001) y Vicerrector Académico de la ULA (2004-2008). Humberto Ruiz conoció a Marcel Roche. Dice este ex Vicerrector de la ULA lo siguiente: "… Días antes de este encuentro, propiciado por Roche para hablar del artículo sobre el IVNIC, había estado en Caracas el Dr. Humberto Fernández Morán a quien nunca llegué a conocer personalmente. Como era su costumbre se alojó en el Círculo Militar y se supo de su estadía porque la prensa caraqueña lo reseñó. Compartía mi interés por el estudio de la década militar con Ocarina Castillo quien se hallaba en ese momento escribiendo su libro La era del Buldózer (Castillo, 1990). Ocarina le solicitó una entrevista a Fernández Morán. Durante la entrevista se refirieron a mi artículo. Para extrañeza mía y de la propia Ocarina, Fernández Morán insistió en decir que yo había tratado de entrevistarlo en los Estados Unidos, y ante la imposibilidad de otorgarme la cita, me expresaba muy mal de él en el artículo y lo "acusaba de militarista". Fueron vanas las explicaciones que le dio Ocarina Castillo, quien sabía que yo no había tratado de entrevistarlo; entre otras cosas porque nunca había estado –hasta ese tiempo- en los Estados Unidos. Pero además, porque fueron muchas las charlas –con Ocarina - a lo largo de la preparación del artículo que tuvimos en el cuarto sótano del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES). Con todos estos antecedentes, yo le escuché atentamente a Roche sus críticas a mi artículo. Pero, en realidad, venían a mi mente las palabras de Fernández Morán a quien tampoco le había gustado. De tal forma que cuando Roche concluyó su argumentación, yo sólo le explique que Fernández Morán tampoco estaba conforme con lo que yo argumentaba allí. Me miró con sorpresa. Se quedó pensando un rato y al término me dijo: "Entonces, el que debe tener la razón es Ud." Hay épocas históricas en que ciertos personajes encarnan posturas antagónicas independientemente de sus gustos y de sus deseos. Marcel Roche y Fernández Morán, sin que ellos pudieran evitarlo, fueron la expresión en la vida científica venezolana, de la confrontación dictadura y democracia. Por ello, es comprensible que sus visiones de lo social, en ese momento, se viera naturalmente afectadas por los contextos sociales y políticos en que les correspondió actuar. Sobreponerse a ese entorno no es sencillo. Pero además, en el caso de Roche, esa certeza de poner en duda sus puntos de vista sobre el análisis que hacía de la implantación de la física y la energía nuclear con la instalación del IVNIC, no es más que la expresión del "escepticismo organizado", que se postula en la ciencia como el valor fundamental para producir conocimiento. Por ello, la afirmación: "Ud. debe tener razón", no sólo es abrir la posibilidad de que sus puntos de vista podrían estar errados, sino que los míos también. Para mí, esa fue una lección de sencillez en lo humano y de racionalidad en la práctica científica. Pocas veces he visto que esto ocurra con otros académicos, en especial cuando les toca tan directamente. Allí la lección que recibí de Marcel Roche". Saque sus conclusiones el lector.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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