Silencio sobre la remodelación en marcha de la plaza Guaicaipuro ha sido casi total. Hasta una esquina le mutilaron, reduciendo así su dimensión. Se transgrede e irrespeta la normativa de la Ley del Patrimonio Cultural y el Instituto del Patrimonio Cultural se hace la vista gorda. Las voces que se han levantado contra el mamotreto que están construyendo en lo que fue esa plaza son muy pocas y no han tenido eco en la colectividad.
No obstante, mediante una pregunta abierta a 51 personas, antes de construir esta narrativa, hice una consulta vía WhatsApp en los siguientes términos: ¿CUAL ES SU OPONIÓN SOBRE LA INTERVENCIÓN O REMODELACIÓN DE LA PLAZA GUAICAIPURO? La muestra seleccionada ha sido de 51 personas, 45 son adherentes de los distintos partidos que apoyan al gobierno nacional, dos ingenieros especialistas en estructuras y materiales, dos arquitectos expertos en diseño ambiental y patrimonial y dos en técnicos en precios y costos.
Por supuesto al no tener el permiso de cada uno de ellos para mencionarlos lo hago bajo la figura del anonimato. En sus respuestas se puede apreciar que el 74 % rechaza esa intervención, el 9 % respondió con un sticker, el 4 % con un emoticón, el 5 %, es decir solo 3 personas le dieron su visto bueno y el 8 % no respondió.
Más concreto que verdes es lo cualquier observador visualiza. 70 % de cemento 30 % de arborización está transformando su estructura original. Uno de los consultados para el conocimiento del lector expresó en el chat y cito: hasta la "siembra del Araguaney que fue sembrado por los grupos de ambientalistas, cronistas y algunas instituciones en memoria de Hugo Chávez, ha sido talado."
Ahora bien, retomando la idea principal afirmo que ese hecho no es la primera vez que se produce en Guaicaipuro, primero como Distrito y posteriormente como Municipio Autónomo a partir de 1989 varias intervenciones se han ejecutado.
En consecuencia, hasta donde yo conozco la historia política y social del municipio precitado y las distintas gestiones de gobierno local que han administrado y gobernado desde 1958, ese espacio patrimonial ha sufrido 9 intervenciones no solo fitosanitarias sino estructurales y solo una de ellas, la gestión Farith Fraija, está modificando radicalmente su estructura y ambiente.
Como complemento debe expresar que cuando Los Teques era un espacio geográfico del Distrito Guaicaipuro en las gestiones de los presidentes del Concejo Municipal que se mencionan, tales como: Jesús Ramón Gatasol 1958-1968, German López 1969-1973, Chiquiunrira de Duarte 1974-1978, Aristomenes Medina 1979-1984 y Roberto Ríos 1985-1989, se realizaron 4 remodelaciones y partir de la gestión del primer alcalde del municipio Guaicaipuro hasta hoy, se han realizado 5 intervenciones o remodelaciones durante los periodos de gobierno de Raúl Pagés 1990-1994, Freddy Martínez 1995-2001, Raúl salmerón 2001-2008 y Wisely Alvares 2017-2021 y ahora con Farith Fraijas 2022-2025.
Así pues, como se puede inferir, retomando el aquí y el ahora de esta narrativa, de hecho, las intervenciones en el patrimonio estructural y cultural de la Plaza Guaicaipuro han respondido a los caprichos de cada gobernante municipal. La población ni ha pintado, ni pinta en las decisiones relacionadas con intervenciones de esa naturaleza y desconoce las distintas leyes y reglamento que regulan el ambiente, y el patrimonio cultural, entre otras.
Así mismo en el tiempo, con o sin intención manifiesta, los que han gobernado y gobiernan a nivel local han estado blanqueado (objetivo primario de la ideología neoliberal) las características originales de la Plaza Guaicaipuro en la memoria colectiva.
Aquella Plaza fundada en la primera mitad del siglo 20 está desapareciendo y ni siquiera como patrimonio cultural de la humanidad puede concursar. Lo cierto es que las gestiones de gobierno municipales en los últimos 65 años han copiado y materializado el concepto desarrollista de Pedro Tinoco o el progresismo actual de quienes abandonaron la izquierda.
Desde esa perspectiva se puede afirmar que la ideología del progresismo, de otra manera el neoliberalismo, el personalismo y el pragmatismo se han impuesto, la sociedad civil organizada está debilitada, las que existen se han convertido en apéndice del gobierno y las que no, tímidamente actúan. La participación protagónica establecida en la Constitución para los reyezuelos locales es letra muerta. La Organizaciones locales como la Coordinadora de Barrios y FAVETEQUES ya no existen y ningún grupo en la zona continua su legado. La protesta ha muerto, Viva la protesta.
Hoy contemplamos su agonía, fueron talados más de 15 árboles, ecocidio en marcha, la flora y fauna reducen su espacio. Se observa como los pocos árboles que quedan son cercados por muros de concreto y la muerte definitiva de la memoria cultural e histórica sobre se aproxima. Las nuevas generaciones ya no tendrán en el sub consiente colectivo un recuerdo de lo que fue la inicial plaza Guaicaipuro.
En conclusión, con el futuro mamotreto de más concreto que verdes y el proyecto de remodelación total de la plaza Guaicaipuro, cuya inversión calculada alcanza 1 millón 200 mil dólares, financiado por la gestión de Farith, se puede musitar como epitafio: "Ese barbarazo acabo con todo".