En la "confrontación global" con la que Estados Unidos oponía a la Unión Soviética las ventajas del "colorido" capitalismo frente al "gris" socialista, no había cuartel, abarcaba desde la supremacía bélica de los misiles Trident, los blue jeans, la incesante emisora la Voz de América, la libertad de prensa, los disidentes, el libre mercado, el deporte, la carrera espacial, hasta los alaridos por la libertad en Praga... Entre tanto la Unión Soviética balbuceaba justificaciones, tratando de argumentar el porqué de las largas colas en las tiendas y la torpeza de su industria ligera.
De esa lucha, el arsenal mediático gringo salió lleno de técnicas, trucos y artimañas. Los medios norteamericanos inundaban el universo mediático con toda clase de mentiras para tapar invasiones, asesinatos y el burdo terrorismo, tan actual, importado desde los búnkeres del III Reich.
Al pueblo de Venezuela le aplicaron, inicialmente el ablandamiento de conciencia, con cientos de miles de mensajes. Los medios cumplían el mandato del amo y se esperanzaban en el condicionamiento con el que quisieron maniatar la voluntad popular. De su repertorio de la perversidad sacaron los motes con que pretendieron anular la estima de las personas, llamándoles en voz alta con los nombres que antes mascullaban entre dientes: negros, monos, chusma, hordas... Luego apretaron con la violencia, el paro petrolero, el hambre... Pero no pudieron.
Se inicia una nueva etapa de la confrontación; lo primero será hacer parecer lo más posible el gobierno bolivariano a los gobiernos adecopeyanos, no habría mejor manera de desacreditarlo. La técnica es crear un escenario para que las cámaras sobredimensionen el acontecimiento previamente montado, así fue la Plaza Altamira, las marchas, las guarimbas. Ahora están desarrollando un escenario de desabastecimiento. Como consumidores hemos enfrentado la verdad de la carne, leche y huevos ocultos, pagando precios de especulación, mientras los comerciantes presionan en los medios por "precios justos".
Esta estrategia exige repuestas múltiples, en primer término involucrar al pueblo en operativos de inteligencia en los establecimientos comerciales, el control de los canales de distribución por parte de los organismos del Estado (conjuntamente con Contraloría Social) y el reforzamiento de la estrategia alimentaria: Mercal.
La dotación permanente de productos, deberá incluir asuntos como la comodidad de los nuevos locales, el aspecto estético de los mismos, la calidad de los productos, como las sardinas, cuyo contenido últimamente se limita a retazos en latas semivacías.
Es hora de prepararse, se han presentado los primeros síntomas de lo que podría ser una vida llena de dificultades; será un camino árido y tortuoso en el que sólo la entereza ideológica permitirá resistir. Habrá que sembrar nuevos valores que ayuden a transitar desde la insatisfacción a la felicidad.
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