“Ramón, hermano, vente”.
De esa manera, varios días atrás, a través de los medios de comunicación, Lina Ron, de visita en Cumanà, se dirigió al Gobernador del Estado Sucre. Ya se había producido aquel intercambio de opiniones entre éste y el Presidente Chávez que condujo al rompimiento entre ambos.
No obstante, la ex coordinadora general del UPV, dio una muestra de amplitud e independencia, que a muchos asombró. El presidente, como a la comisión de la OEA, no mandó a Martínez a “lavarse el paltò”, sino que se quedase donde estaba pero que no emitiera juicios insultantes contra el PSUV y hasta le calificó de opositor. Y sabiendo uno el carácter de la solidaridad de la Ron con “mi comandante en jefe”, como ella suele decir, no esperaba aquel gesto sutil y tan personal.
Otros se dieron a despotricar contra Martínez, desde que se produjo el “rompimiento”, justificado en la imprudencia del Gobernador al calificar al PSUV de mamotreto.
Lina Ron, ponderó muchos detalles y dijo en aquella oportunidad lo que era dable decir. No es de políticos asertivos sobreponer los sentimientos en cuestiones de esta naturaleza. Como tampoco lo es, enjuiciar sin escuchar todas las campanas del templo.
Para el 17 de mayo, las cosas parecían estar claras. Martínez reiteró su decisión de no irse al PSUV y, de la constitución de éste dijo a la prensa, “lo vemos como una buena intención” pero agregó, “pedimos respeto a nuestra postura”. Es decir, es definitivo, él no va al nuevo partido. Pero esta vez no insultó.
Este mismo día, en el aeropuerto de Cumanà, adonde acudió a coordinar el proceso de inscripción de aspirantes a militar en el PSUV, la promotora del nuevo partido revolucionario, respondió a Martínez, en la misma tónica, quizás un poco irónica, pero con un dejo inocultable de amistad y una buena muestra de habilidad política. Dijo a Martínez, a quien llamó simplemente Ramón, “Y si tu quieres venirte, que es lo que tienes que hacer, vente”. Y agregó, algo que los orientales bien sabemos y no es fácil, ni nada generoso olvidar, “en muchos momentos, como el paro petrolero, tu has enaltecido la patria”. Y terminó de manera punzante “mejor estás aquí que por allí solito. Aún hay tiempo Ramón”.
Ya está dicha la última palabra; la dijo Lina Ron y no había mejor forma de decirla, precisamente al iniciar la inscripción de los chavistas sucrenses en el PSUV. De lo que se trata es que si Martínez quiere quedarse en PODEMOS a hacer la política que le plazca, que no se convierta en un obstáculo para que la gente de Sucre atienda al llamado a incorporarse a aquella organización, a la del presidente Chávez.
En efecto, al día siguiente de ocurrir lo comentado, Ramón Martínez, en tono de disgusto, manifestó su abierta oposición a la aspiración del Jefe del Ejecutivo Nacional de centralizar los servicios de salud. Cree Chávez y la mayoría también, que este modelo de administración descentralizada resultó un rotundo fracaso. El gobernador sacó a relucir otra diferencia importante frente a la política central.
Son estos hechos los que hablan y constituyen lo objetivo; los epítetos, acusaciones al boleo y las descalificaciones sin fundamento, a la gente inteligente no convencen. Martínez, se aleja del proceso aunque él insiste en “que nadie lo sacará de la revolución”.
Pero no hay duda, que en el momento preciso y dentro de circunstancias que reclamaban ser dúctil, Lina Ron mostró una faceta que enriquece el concepto que tenemos de ella, de combatiente honesta, abnegada y muy inteligente. Y aunque a algunos les disguste, en el PSUV, como no lo fue en MVR, no será anodina ni gaseosa, sino Lina Ron.
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