EL Shamingo (Shapiro+Mingo)

Parodiando una célebre frase de Carlos Marx, decimos que una aberración recorre las entrañas de la oposición: El Shamingo.

Pero, ¿qué es el Shamingo? Esta anomalía opositora es el espeluznante engendro que ha resultado del grotesco cruce genético o clonación del embajador Charles Shapiro y del periodista José Domingo Blanco (Mingo).

La escogencia para clonar a Shapiro y Mingo ha sido acertada, pues ambos tienen un enorme parecido hasta en la manera en que fueron botados y desechados por sus jefes.

Las partes clonadas de Shapiro fueron su capacidad de manipulación intervensionista en los asuntos internos de Venezuela y el error político que cometió al presentar en su residencia un acto tragicómico en el que intentó ridiculizar al presidente Chávez.

En cuanto a Mingo, se plasmó una copia genética de su deplorable actitud puesta de manifiesto en el decadente diálogo que sostuvo con su mamá y que a través de aporrea.org se presentó oportunamente y acertadamente en la red.

De esta clonación monstruosa, entre el tarugo payaso y el hablachento sin talento, no podía surgir otra cosa que el Shamingo, adefesio draculiano que se le escabulló de las manos a la oposición, del mismo modo que a Ortega se le escapó el paro petrolero.

Aunque parezca una deformidad reciente, el Shamingo es un monstruo de vieja data dentro de la manera de conducirse de la oposición en su intento obsesivo por retomar el poder a como dé lugar. De tal manera, el Shamingo, desde hace mucho tiempo, anda suelto y haciendo de las suyas. Ese Shamingo fosilizado que la oposición arrastra en su intimidad, fue el que privó para que Carmona se auto juramentara y se erigiera en dictadorzuelo el 12 de abril de 2002.

El represivo Shamingo tuteló las detenciones del ministro Ramón Rodríguez Chacín y de Tarek William Saab, cuando los carmonistas fueron gobierno. El autoritario Shamingo capitaneó los instintos golpistas del alcalde Henrique Capriles Radonsky en su intento de asaltar a la embajada de Cuba.

También fue el sectarismo del Shamingo el que enardeció a Enrique Mendoza a sacar del aire a “esa porquería que llaman VTV” durante el golpe de Estado de abril. El trastornado Shamingo llevó a la oposición de Táchira y Mérida a detener y destituir a los gobernadores Ronald Blanco La Cruz y Florencio Porras en momento del funesto Carmonazo.

El terrorífico y malhablado Shamingo ordenó el silencio informativo de los medios durante los sucesos del 12 y 13 de abril. El engañoso Shamingo encauzó a Carlos Ortega, Carlos Fernández, Juan Fernández y a toda la oposición, a hacerles creer a sus seguidores que con el paro y el sabotaje petrolero podían lograr la inmediata salida del presidente Chávez. El apocalíptico Shamingo intentó quebrar al país con la paralización a PDVSA, el cierre de empresas y centros comerciales. Fue el Herodes que lleva por dentro el Shamingo el que decretó suspender la celebración de la Navidad en Venezuela.

Pero como el espíritu golpista del pervertido y siniestro Shamingo no cesa, el monstruo opositor ha continuado realizando actos aviesos conocidos como El Catiazo, El Petarazo, El Tachirazo y El Guairazo.

Siguiendo la línea de celebrar actos políticos terminados en azo, como el fallido Carmonazo, y ante los fracasos acumulados por la oposición, a nadie sorprendería que el desastroso Shamingo termine por aceptar, entre tanto rechazo y ramalazo, que lo más sincero es organizar en todo el país su propio y Gran Fracazo. Como vivimos tiempo de alfabetización recordamos la cuña de ACUDE, Shamingo “acude, te estamos esperando”.


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Vidal Chávez López


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