Moral y Luces fueron Primeras Necesidades Mantuanas

Los tipos culturales, los gobiernos, las ideologías, la moral, el vestido, las usanzas en general, la ciencia y sus correspondientes tecnologías, y hasta la manera de historiar e historiografiar, son todos enfatizadamente *históricos*, o sea, sentimos y pensamos según y cómo vivimos.

Hemos tomado el título de esta entrega de los epígrafes que orgullosamente engalanan los edificios de muchos de nuestros excelentes *Grupos Escolares*. El Ministerio de Educación que los fundó tomó esta lapidaria expresión de una escritura atribuida al Libertador, Simón Bolívar: su Discurso ante el Congreso de Angostura.

Ahora bien, los 26 congresistas o legisladores constituyentistas de marras, a quienes él dirigió con densa argumentación su excelente discurso allá por 1819, si bien son citados como representantes del pueblo, debemos entender que entre estos hubo un importante faltante popular. Ni los esclavos ni los indios tuvieron representación directa en la escogencia provinciana de ninguno de aquellos diputados, y era de esperarse que los ungidos con el voto *mayoritario* sólo los representaban a aquellos en su condición de *bienes patrimoniales* de tales diputados, de sus familiares y amigos. Recordemos que para entonces aquella Venezuela era un ente predominantemente esclavista.

De ese faltante popular recordamos al epopéyico *Negro* Primero, todo un valiente teniente que murió ignorando a quién servía. Pedro Camejo, nombre que se le reconoció postmortem, fue un esclavo de Vicente Alonzo, y esclavo que estuvo al servicio militar de Páez. Y más recientemente se viene reconociendo a las determinadas y específicas esclavas de la servidumbre mantuana: La *Negra* Hipólita, y la *Negra Matea*, todos ellos con apodos expresamente alusivos a su condición social.

Por supuesto, los esclavos del siglo XIX, como tampoco los trabajadores del presente, jamás han sido representados como personas con iguales derechos ante las leyes, porque estas siempre han estado divorciadas de la realidad, que es como decir letra muerta en materia DD HH mayoritarios.

Nuestras constituciones sólo han tenido como articulado veraz los privilegios de los oligarcas de ayer y de hoy. Por ejemplo, la atribución para indultar que tienen los Presidentes cuando un oligarca moderno resultare condenado por algún notabilísimo delito. En el caso de propiedad privada, sabemos que este derecho sólo se le respeta y hace respetar al gran poderoso, pero no al propietario menor.

Entonces, retomando el epígrafe de nuestro artículo, las verdaderas Primeras Necesidades de la mayoría del pueblo son: comida, vivienda, calzado, salud, seguridad, respeto interciudadano, libertad para *trabajar para vivir*, pero para los mantuanos de otrora, ciertamente, personas con todas esas necesidades harto satisfechas en su condición de adinerados, Moral y Luces sí eran sus primerísimas necesidades por cuanto, a juicio de Simón Bolívar, sus contemporáneos y compatriotas eran muy inmorales y analfabetos.


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Manuel C. Martínez M.


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