"El egoísmo, la traición, la deslealtad
y la desorganización, solo conducen al fracaso". (Frente Cívico Militar)
Debido al síndrome del día después, amanecemos siendo los mejores analistas políticos del mundo, haciendo gala de nuestras cualidades post-iluminadas. Casualmente todos tenemos razón y ninguno estamos equivocados, lastima que no nos dimos cuenta antes. Tan solo queda decir que:
Se perdió, porque eso era mucho ataque desde diferentes flancos a nivel nacional e internacional. No supimos ver la bestia monstruosa, aunque vivimos en sus entrañas. Vemos al imperialismo más allá de nuestras fronteras y no nos damos cuenta que está entre nosotros, moldeando nuestra cultura y pensamiento y presentándonos la propuesta Socialista como el verdadero monstruo que amenaza el bello mundo del consumismo. El imperio hizo derroche frente a nuestras narices de lo que en propiedad sabe hacer, manipular y comprar conciencias.
Se perdió, porque no había otra opción, ya que muchos y muchas aterrorizados por la campaña de terror de los medios de comunicación, se paralizaron y se enconcharon en sus casas, dejando a la propuesta huérfana de votantes chavistas. Funcionó la campaña de terror que se materializaba por las pantallas de la televisión, prensa y radios privadas, triunfó el odio.
Se perdió, porque muchos empleados públicos, que a la hora de defender su sueldo, se calan una camisa roja y salen a lanzar consignas rojas rojitas, casi irreflexivamente. No hemos sido capaces de transformar la mentalidad de ese caudal de gente.
Se perdió, porque no hemos sabido atender las quejas de nuestro pueblo cuando nos dice que en los Mercales del Barrio, sus empleados se comportan tal cual como los grandes especuladores y esconden el producto que debe llegar al pueblo dándole otros destinos con nuevas etiquetas y precios más altos.
Se perdió, porque en muchas dependencias del estado, siempre hay alguien con buenos autos últimos modelos, ropa fina y además comen en restaurantes de lujo y hacen el amor con otras mujeres y hombres que no son, ni sus esposas o esposos en caras habitaciones de hoteles y moteles. Estos funcionarios son fáciles de detectar por la forma como visten y por la forma como gastan y hablan.
Se perdió, porque el tercer motor y todos los demás se quedaron apagados, no lograron encender adecuadamente. Muchos esfuerzos, proyectos y esperanzas se quedaron en el camino y se le dio más prioridad al cargo que a la tarea. El apagado del tercer motor paralizó la maquinaria de la Revolución. Este debió haber sido el primer motor que empujara todo el tren de la Revolución.
Se perdió, porque no hubo oídos ni ojos atentos a todo lo que acontecía en medio de la masa revolucionaria. Nos preocúpanos, como la vieja izquierda, a formar cuadros y descuidamos a la gente de a pie, quienes a la final son quienes depositan el voto en todos los procesos electorales.
Se perdió, porque le hicimos creer a mucha gente, que con los cientos de miles de adecos y copeyanos inscritos en el PSUV, ya teníamos ganado el referéndum. Confiamos más en la apariencia que en la realidad. Estos mismos personajes son quienes están muchas veces en cargos públicos y con sus palabras y con su comportamiento y desprecio por la gente, dan un mensaje contrario a lo que es una verdadera conducta revolucionaria.
Se perdió, porque muchos líderes electorales de los batasos "Chavistas", se dieron a la tarea de darle una contra información a mucha gente que fue a votar en los centros de votación. Ellos y ellas por alguna extraña razón utilizaban los mismos argumentos de los sectores antichavistas para mandar a la gente nulo o cruzado.
Se perdió, porque no podemos tener gente como dirigentes, que sean empleados de organismos del estado y de las Misiones y que vayan a defender votos y a movilizar gente con varios sueldos caídos. Porque el estomago tiene mayor rapidez de pensamiento que el cerebro.
Se perdió, porque no hemos sabido poner la lupa en las contratistas que trabajan para las grandes empresas del estado y que están financiando a los sectores que promueven la violencia en el país. Hemos puesto la lupa con eficiencia para perseguir a pequeños y medianos empleados públicos y dejamos intacto a los grandes empleados, contratistas y testaferros que se nutren de la corrupción.
Se perdió, porque no nos quisimos dar cuenta que muchos que van a las marchas, van pensando en el espectáculo y hasta presionados. Fuimos sordos, ciegos y mudos, al no darnos cuenta a tiempo, que ya habían sido inoculados por el virus de una campaña infame y mentirosa que se orquestó en torno a la Reforma Constitucional. Muchos revolucionarios y muchas revolucionarias, llegaron a creer ingenuamente que en verdad la Revolución les iba a quitar a los hijos, sus autos, sus casas y negocios, como dijo Jesús: "Donde esté tu tesoro, ahí estará tu corazón".
Se perdió, porque no hemos entendido aun la calidad de líder que tenemos en el presidente Chávez, Hombre verdaderamente demócrata y revolucionario. No hemos sabido entender lo que significa la construcción de Un Mundo Otro, ni el concepto de la Nueva Humanidad.
Se perdió, porque hemos sido tradicionalmente ingenuos.