A igual que el presidente Chávez, quiero hablar con el corazón, teniendo una lectura de la derrota sufrida por el Chavismo y no por Chávez. Juraba que el Sí ganaría, no me confié y salí a votar como lo hecho desde todos los procesos desde que Chávez lanzó su primera candidatura. Siempre he pensado que nuestro pueblo se le hizo cuesta arriba esta propuesta de reforma constitucional por varias razones, una de ellas es la ignorancia, la cual llevo a miles presa de la manipulación mediática, el temor, y a otros miles a una exagerada confianza, me refiero a todos aquellos y aquellas, que prefirieron no salir a votar. La oposición mantuvo su piso electoral aumentando en unos 400.000 más, mientras que el chavismo bajo de 7 millones 300 mil a 4 millones 300.000 ¿Qué paso con el resto? .Es allí el meollo del asunto para una profunda reflexión.
Reconozco que el Chavismo no ha alcanzando, en muchos sectores de la población, la madurez política necesaria, aunque 4 millones hayan salido a votar por esa propuesta de reforma, sigue sembrado en la conciencia política de la gente el presidencialismo, cosa peligrosa porque no se ha tratado de ver más allá de Chávez quien no se cansa de señalar un rumbo, no en su persona, sino en un proyecto de enorme envergadura como es un nuevo sistema socialista sui generis.
Cuando yo salí a votar, lo hice con mi hija de 5 años, la llevé frente a la maquina y le dije: Denaly tú vas a votar, tú marcarás las opciones, ella sabe ya leer. No le dije qué opción marcar; Sí ó No. Ella se quedo mirando la maquina y con su dedito marcó primero el Sí, luego le dije: Te falta otro, y seguidamente sin decirle marcó el otro Sí, luego le dio la opción votar, ella en su santa inocencia y para nada con ninguna razón política, porque es imposible, lo que hice fue un acto simbólico de sembrar en su espíritu el hecho democrático porque todo lo que uno siembre en sus hijos; una bofetada, un insulto, un halagó, un buen o mal ejemplo, amor o desamor, abuso o respeto, todo eso queda impregnado en su espíritu que en su desarrollo se manifestará. Nunca antes disfruté votar así, y aunque parezca cosa de papá, trato de comunicarles algo, especialmente aquellos que se dejaron atrapar por el miedo, la indiferencia, la apatía y la exagerada confianza. De que se es muchas veces difícil deslastrarnos de la cultura capitalista que está en nuestras almas y sangre porque para lograrlo se requiere una transformación desde adentro muy profunda que no solo dependerá de las aluciones presidenciales sino de una seria reflexión del camino que se nos está señalando y del lugar donde hemos avanzado o nos quedamos.
Cuando dejamos de votar o preferimos marcar el NO sabiéndose que era necesario el Sí, no pensamos en esa generación de niños, jóvenes y adolescentes sino en nosotros mismos, muchas veces en un marcado egoísmo. Ahora nos toca tragarnos esa derrota, levantarnos y lavarnos las caras y preguntarnos ¿Qué paso?. Muchas cosas pasaron querido hermano y hermana, amado amada compatriota, detuvimos por ahora una acelerada marcha hacia una profundización del proceso revolucionario, hemos oxigenado a una derecha que para nada quiere una revolución socialista, una clase política y oligárquica que está desesperada por echarle el guante al país y crear una estructura político-jurídico que trancará para siempre un sistema socialista, jamás permitirían que algo como la revolución bolivariana volviese a existir en el país.
A eso nos enfrentamos, pero miles siguen jugando a la revolución, eso uno lo nota en las rencillas por el liderazgo local o más allá de la parroquia, se ve en las mismas manifestaciones y ansias de poder y comodidad, porque no hemos llegado a la altura política, cultural y social de un hombre como Chávez, muchas veces aspiramos a su popularidad, a estar rodeado de gente, inevitable, halagadora, a la comodidad e influencia que él sin quererlo tiene por su envestidura, y tantas otras cosas más, pero no imitamos su moral, su sacrificio, su desprendimiento, su pasión por la lectura, la historia, ética, transparencia, amor por los más desvalidos, mchos nos afincams en sus errores y sin sabores. Nos llamamos revolucionarios pero seguimos con las conductas pervertidas de la ignorancia, la malsana competencia, la desconfianza, la prepotencia y hasta la amoralidad, cosas peores que robar y ser corrupto.
Chávez, querido pueblo, nos queda muy grande, porque hemos dejado sobre sus espaldas un gran peso, muchas veces uno escucha la voz del pueblo que nos dice: Chávez está solo, a veces pienso que sí. Uno escucha aunque no lo evidencia de personalidades que de alguna manera accesa y comparte el poder que por ley natural todo presidente tiene, para después a través de los cargos que ocupan enriquecerse, lograr negocios bajo cuerda como el de las invasiones de edificios para sacar tajadas millonarias en las negociaciones de apartamentos, otros en comisiones por medio de contrataciones, y un sin fin de cosas que eleva los ingresos.
Esta derrota es triste porque 3 millones dejaron de ir a votar y aunque con un pequeño margen de diferencia se hubiese peleado la victoria Chávez con la aceptación inmediata del triunfo opositor mostró al mndo al mundo su grandeza de espíritu, una actitud moral tan ejemplar que seguramente los opositores no tendrán ni un cuarto de cerebro paa analizarlo, ellos se emborracharán, su odio al presidente no les deja ver el rumbo que el paìs está dirigiendo y por esa forma egoísta y capitalista metidas en sus entes y venas empujan al paìs al pasado que trata de volver.
Esa oposición nos restregarán en la cara la derrota nuestra, pero jamás entenderán lo que hicieron porque se pusieron un cuchillo en sus gargantas, ellos que sueñan ver repetir algo así pero en una nuevas elecciones presidenciales. Entendamos que Chávez gobernará este período y otro más, pero después no, almenos que que se vuelva a lanzar una vez más la propuesta de reforma pero con un chavismo más maduro y más conciente.
Otros factores que influyeron y es mucha responsabilidad del gobierno por su exagerada democracia son los medios privados de comunicación. Globovisión es un medio que hace mucho daño al proceso y poco se hace para frenar ese cáncer que alcaza al chavismo Light. El permitir con toda impunidad el financiamiento extranjero para la contrarrevolución a través de las ONG y partidos políticos de oposición, la impunidad campante ante tanta inseguridad y asesinatos, el avance del paramilitarismo que va sembrando la violencia y secuestros en nuestro territorio, sin normar otros tantos.
Quedan muchas preguntas, pero ha sido muy importante esta derrota porque tenemos que ser sacudidos, esto ha sido como un 11 de abril donde tenemos que por un largo tiempo hallar nuestro 13. Chávez no dejará de presentar una vez más su propuesta de Reforma, pero antes ha de trabajarse cultural e ideológicamente con todos los sectores que le apoya, allí me incluyo. Un trabajo moral, ético, político y de identidad a profundizarse, a que dejemos de jugar a la revolución y nos enseriemos, a analizar dónde se nos está escapando el proceso, cómo mantener 7 millones de votos seguros, concientes e ideológicos.
No veo un triunfo en la oposición como tal, ganan por la irresponsabilidad chavista que no pueden despojarse del presidencialismo, que no ven más allá de una casa barata o regalada, que no ven más allá de algún beneficio de parte del estado, conductas capitalistas muy arraigadas. Hemos detenido con esta derrota el acelerado avance del proceso, entendemos que la revolución no se detiene sino que se contrae porque era necesario esta posición ante el mundo, de que lo que tenemos en nuestras manos no lo perdamos por la ligereza. Los que se oponen a Chávez y al proceso jamás cambiarán porque no poseen lo que ha nacido en nosotros; la justicia, la paz, los sueños de libertad, ellos carecen de eso porque si nosotros no le hemos llegado a Chávez en su altura, éstos ni a los tobillos han llegado.
Con la cadena presidencial inmediata dada por Chávez ante el anuncio del triunfo del NO, el presidente marcó un ejemplo al mundo, destronó todas las matrices de opinión que hablaban de dictadura, reinado, comunismo cuántas cosas más. Aunque sea doloroso, pero fue necesario que haya sucedido porque necesitábamos un sacudimiento, pero sería una derrota presidencial. Chávez necesita terminar bien su período, de eso no habrá dudas que lo hará con más ahínco, el problema está en los que seguimos el proceso, cambiamos o seguiremos indiferentes hasta que Chávez se nos vaya y perdamos todo ante la posibilidad de un gobierno de derecha o un chavismo que negocie con la derecha.
¿Qué le espera a la oposición?
Nada, saber distribuir su triunfo entre una casta política vieja y acabada y un nuevo liderazgo fascista que cabalgó su triunfo sobre la violencia, la intolerancia, el miedo y el terror, no hubo de parte de este segmento político de la nación argumentos validos, serios, profundos donde votar por el NO era votar contra Chávez. Ellos tendrán que tragarse sus acusaciones de que nuestro proceso y gobierno como presidente es autoritarista. La derecha dentro y fuera del país planificó desde distintos ángulos las amenazas de violencia, golpe de estado y más ante un posible triunfo del Chavismo. Con el reconocimiento inmediato de Chávez y el gobierno bolivariano del no triunfo fue preferible y no llevar a la sociedad venezolana a un confrontación de resultados donde la oposición y la CIA aprovechase para lo antes planeado dirigido a un golpe de Estado.