Por supuesto que el triunfo del NO NO, en el referendo consultivo convocado es una derrota electoral para el presidente Chávez. Simplemente no fue aceptada la propuesta presentada por el Comandante presidente y tampoco fue aceptada el largo anexo propuesto por la Asamblea Nacional.
Queda claro que existe un rechazo importante al proyecto socialista, o mejor dicho, a la palabra “socialismo”, aunque se acepten términos como “sociedad civil”, “justicia social”, “socialdemocracia”. Por supuesto que estoy consiente de que muchos amigos lectores afirmaran que cada uno de estos términos son totalmente diferentes en significado y práctica. Es mas, si mi comandante Chavez llegase a leer esto seguramente me regañaría, pero no importa, corro el riesgo y afirmo, temerariamente, que son la misma vaina.
Si me tocara ceder ante mi temeraria afirmación, tal vez lo haría aceptando como diferencial entre los citados términos a la intensidad, aceleración o propulsión que cada uno de ellos imana intrínsecamente.
Algo semejante ocurre con los términos reforma y revolución. Es tan así que el presidente propuso una reforma para profundizar una revolución. Tal vez ese sea el error cometido.
La agresividad de la revolución fue contenida por una propuesta reformista en donde se puso a reflexionar al país entero. La gente dudó, vaciló, hubo poca convicción y termino imperándose la cultura de la satisfacción, aquello de ¿para que vamos a cambiar si así estamos bien?...
Por supuesto que apoye la reforma, me pareció pertinente en cuanto al concepto fundamental de la nueva geometría del poder. Eso de las provincias funcionales y consejos comunales apuntan hacia el desarrollo industrial y económico, lo primero, y lo segundo al bienestar de la sociedad y solucionar de los problemas caseros.
También me gusto la propuesta de la reelección presidencial. No por el hecho de que Chavez continuara en el poder, sino por la experiencia ya vivida con aquellos gobiernos pasados en donde el que llegaba desbarataba lo anterior para, al llegar a su ultimo año de gobierno volverlo a imponer. Casos hay para ejemplificar, pero es muy pavoso estar nombrando esa gente. Así que, paso.
El término socialismo, al igual que el comunismo, está estigmatizado. Han sido lastrados adjudicándoles la responsabilidad de lo acontecido luego de la segunda guerra mundial, es decir, para miles de millones de personas el comunismo y el socialismo fueron los malos de la película, por supuesto, gringa de espionaje y acción.
Es tanto el estigma que brotó con efervescencia sangre de la llaga en este mes de campaña. Los obispos, levantaron sus sotanas como enaguas y corrieron a meter miedo. Yo todavía no los entiendo, ellos van en contra de un estado de bienestar general y colectivo, de justicia social y democracia inmersa en un estado socialista. Van en contra de un clima de hermandad que solo es posible cuando todos accedemos al trabajo y a la productividad de manera colectiva, y por el contrario, promueven al gran señor, al dueño de todo, a quien les garantiza ese donativo generoso. Los cismas en la iglesia católica siempre han sido anunciados por el tilín de las monedas.
Los empresarios, no los grandes sino los pequeños, temblaron al pensar que el gobierno les quitaría su carnicería o su quincalla. Y las madres, y muchos padres también, llegaron a maldecir a Chavez, por el convencimiento de que les quitarían a sus hijos.
En este último punto voy a hacer una digresión: Fue tan irracional el temor a que se llevaran a los hijos, que escuche a muchas y muchos padres decir locuras como: ”si llega a ganar Chavez y me vienen a quitar a mis hijos, los enveneno para que no se los lleve…”… es algo así como de locos. Imagínense ustedes que hubiera ganado el SI,SI, y que alguien por echarle una broma a una de estas madres delirantes por el miedo, les envía una carta o algún documento haciéndose pasar por el gobierno, pidiéndole a uno de los hijos. Caramba, no quiero ni pensarlo, pero se imaginan el dantesco espectáculo.
El temor al socialismo esta inoculado en las personas desde el vientre materno. La gente supone que con el socialismo volverá Hitler o Stalin, con el cometido de fusilar a cuanto disidente aparezca y a formar ejércitos de hombres malos (militares) torturadores y esbirros.
Tanta es la manipulación, que hay gente que cree de verdad verdad que Fidel Castro se bebe la sangre de los niños para mantenerse joven, y que en Vietnam todavía la gente, toda la gente, esta vestida con el kimono negro, en sandalias y con un sombrero cónico sembrando arroz.
Es duro lo que voy a decir, tan duro que advierto que mi amor por Venezuela y por los venezolanos puede ser puesto en duda por quien me lee, pero bueno, asumo y lo digo: nuestro pueblo es ignorante y cómodo.
Mucha gente hoy habla de civismo y paz. Otros hablan de manipulación mediática y campañas de terror. Yo prefiero hablar de ignorancia y comodidad. Sencillamente porque me niego a aceptar que alguien pueda creer en que el gobierno te va a quitar el carro, o te va a meter a otros a vivir en tu casa o que te va a quitar a los hijos para formar un ejercito de fanáticos.
En la socialdemocracia se promueven reformas económicas, sociales y políticas para mitigar a los efectos negativos del capitalismo. Del solo concepto se desprende que el capitalismo es el malo, o por lo menos tiene efectos dañinos sobre la población.
El término socialismo en un poco más teórico o ideológico. El socialismo implica aquellas teorías y acciones políticas que defienden en principio un sistema económico donde los trabajadores ejercen en control político de manera democrática. En el socialismo las estructuras políticas son administradas por los ciudadanos en sociedad, de ahí su carácter originalmente antimperialista, antifeudalista, antimonopolista y anticapitalista.
Por supuesto que gano el NO NO, por estrecho margen, pero ganó. Pero el NO NO no fue el único ganador, también ganaron las instituciones republicanas emanadas de la constitución bolivariana del 99. Quienes antes la negaron hoy la ratificaron.
El CNE ganó credibilidad. Aunque por allí hay unos cuantos tratando de amplificar ruidos al poner en duda el pirrico margen de triunfo o al cuestionar la tardanza en la revelación del primer boletín… total, algo tienen que decir en contra del CNE para evitar desmontar por completo los ya amortiguados gritos de fraude.
Ganó Chavez, con otro bien resonante “por ahora”. Frase que estimula a seguir en la búsqueda de un ideal soñado. Y como los sueños se reconstruyen una vez despiertos, pues despertamos otra vez. Vale la expresión aquella de que estábamos “dormidos en los laureles”.
Hoy dentro del Chavismo hay reflexión. El látigo de la contrarrevolución se ha sentido en las ancas. Y habrá que dejar el pasitrote y galopar otra vez.
Errores por enmendar, desviaciones por rectificar. Eso es lo que nos queda por hacer. Nada más, nada menos.
Tal vez no se me entienda esta ultima afirmación que deseo llevar a todos, incluyendo a los oposicionistas. Es uno de esos conceptos derivados de años de estudio en la ingeniería del control automático, y que se van trasfigurando al género humano cuando se ejerce la docencia: “para que exista control, la realimentación debe ser negativa”…