Para tener el dominio de las armas
hay que tener el dominio de las
tripas.
Don Quijote
Se dice que el hambre es mala consejera. En conversación con Sancho, en una de sus correrías caballerescas, Don Alonso Quijano, Don Quijote de la Mancha, hombre de poco comer, aún así, invita una noche, después de haber pasado todo el día “desenredando entuertos”, a su escudero a comer algo antes de echarse a dormir, porque “para tener el dominio de las armas, es imprescindible tener el dominio de las tripas”.
“Lo primero es el comer, la moral viene después”, dice Bertholt Brecht, en “La ‘Opera de los tres Centavos”.
Y por supuesto, sabiendo esto, la oposición ha intentado de todo para salir del presidente, mientras los hechos empeñados están en no serles favorables; pero sigue ensayando; y una de las cosas en que persiste tiene que ver con lo dicho por el personaje cervantino y el dramaturgo alemán. Ensayo y error es el recurso metodológico opositor; bien costoso, pero allí sigue pegada, esperando que algún día Dios de ella se apiade.
No es que uno piense, por el abrir de este artículo, que los opositores inspirados estén en los personajes arriba mencionados, pero si conciente está que la escasez de alimentos, es un arma peligrosa, sobre la cual el gobierno debe tomar el dominio, para decirlo como el personaje manchego. Y es que la oposición, perdón muchos productores e importadores, con el dejar de producir, por sólo provocar desazón o para obligar al gobierno a autorizar aumentos de precios, lo que en fin de cuentas se traduce en lo mismo, en disgusto de la gente y en atribuirle la culpa exclusivamente a éste, está haciendo notables daños.
La oposición un plan B tenía, cuando optó por acudir a votar contra el proyecto de reforma. De ganar Chávez con su propuesta constitucional, por pocos o una avalancha de votos, desatarían el caos. Para eso contaban con su plan Tenaza y la matriz creada contra el CNE. De hecho, para ella habría fraude. Pero los resultados le favorecieron pero, de modo tan precario, que además de desmontarle toda su tramoya y descalificar su argumentación, le obligó a cambiar rápidamente de estrategia. Porque no hay duda que ella ha aprendido.
No ha abandonado su propósito de salir de Chávez antes de la víspera. Es decir su inconfesable plan en marcha continúa. Para eso, ahora como aquello de las manitas blancas que se levantaban en aparente son de paz, después de agredir y destruir, hablan por los cuatro costados, en coro armónico, de reconciliación.
El acto de graduación efectuado en la Nunciatura Apostólica, donde las autoridades de la Universidad de los Andes (ULA), concedieron un título de manera insólita, fue acompañado por un inesperado y contradictorio llamado a la reconciliación del cura Baltasar Porras. Este puso en práctica aquello de “a Dios rogando y con el mazo dando”. Pues mientras con el acto mismo se desafía, desconoce y burla los poderes del Estado, se llama a la reconciliación.
Premiar con un gesto de dudosa legalidad y respetabilidad académica, mostrarse a priori por la inocencia de quien está sometido a juicio en un tribunal de la república, acusado de delitos graves como herir a un policía, agavillamiento y hasta intentar cometer actos lascivos contra una agente del orden público, no es gesto que habla a favor del discurso presuntamente conciliador opositor y de miembros de la alta jerarquía católica.
Esa actitud, ese acontecimiento, no es sino un indicio que el llamado a conciliar es otra trampa para intentar hacer aparecer al gobierno como agresor y persistente divisor de los venezolanos.
Pues, no solamente iniciaron esta nueva fase con el espectáculo mediático, escenificado en la Nunciatura apostólica, sino que intensifican la escasez de alimentos y ahora medicinas. Saben bien de lo que hablaron Quijote y luego Brecht, no porque muchos de ellos los hayan leído u oído mencionar, pues España misma, en un altísimo porcentaje se desconoce al primero, sino porque lo aprendieron en las recetas de las agencias de conspiración americanas.
Por esto, en estos días navideños y de reyes, no el de España, el Borbón, sino de los magos que a homenajear al niño vienen, hablarán hasta por los codos de reconciliación, paz y armonía, mientras los suyos que manejan las redes productoras y distribuidoras de alimentos a estos esconden para que la gente la pague con Chávez y se caliente. Es un plan macabro, diabólico para el cual se usan curas y hacen discursos de aparente inocencia y generosidad.
El cuadro a pintar es una oposición conciliadora, deseosa de la paz y la gobernabilidad y del otro lado, un gobierno con todos los defectos y vicios conocidos, provocador de escasez y, de paso, con una actitud violenta que habla el lenguaje vulgar del “sal pa`fuera”. Han sembrado en su gente la opinión que el gobierno es violento e intentan que los venezolanos, en su gran mayoría, les acepte el cuento vacío de la reconciliación; como pretenden hacer creer que la escasez provocada por la avaricia y los intentos desestabilizadores, resultan del carácter del gobierno de Chávez, al cual absurda y anticientíficamente califican de comunista.
Por estas cosas, lo dicho por Quijote, para el gobierno cobra vigencia. Para derrotar la ofensiva que viene con disfraz de cordeo, hay que “tener el dominio de las tripas”. Mercal, Cadivi y todo el potencial del cual se dispone, debe desatarse para que de nuevo los invitados al festín guarimbero se queden con los crespos hechos.