La reconciliación, tal como esta planteada es una contradicción conceptual grave, que habla de la ignorancia política de algunos sectores de oposición que plantean tal artificio argumentativo para victimizarse ante el pueblo como los no escuchados.
Digo ignorancia con base en el hecho de comprender que para reconciliar debió existir alguna conciliación previa, y para poder conciliar dos sectores en pugna o con diferencias deben existir algunos puntos de interés común que permitan pactar. Tal fue el caso del Pacto de Punto Fijo, que no fue más que un pacto de conciliación de élites, tal como lo ha llamado el politólogo Juan Carlos Rey, donde las élites políticas de derecha, el sector castrense, la iglesia y el sector económico dominante se pusieron de acuerdo para mantener el control hegemónico del Estado, negándole al Partido Comunista de Venezuela la participación, como consecuencia de lo antagonista de su visión de país en relación ha todos los actores del Pacto de Punto Fijo.
En la actualidad, encontramos a un sector político que plantea ideas y ejecuta proyectos desde un paradigma socialista, que se afianza en la Teoría Crítica con prácticas socioconstruccionistas, mientras que otro, hace resistencia desde un paradigma neoliberal, capitalista y positivista. Estos dos paradigmas son de un antagonismo tal que no puede existir conciliación, y mucho menos reconciliación entre sus ideas, lo que puede existir es diálogo para afrontar normas de convivencia y de aplicación de acciones conducentes a que los ciudadanos decidan por cual opción inclinarse, en libertad y en condiciones de igualdad.
El otro aspecto fundamental, con base en el diálogo y la tolerancia, aun a pesar de las diferencias, es el reconocimiento del otro, como actor protagónico, ejercicio que no se ha hecho efectivo por parte de los sectores en pugna con la suficiente vehemencia como para generar la superación de las tensiones ocasionadas por las fricciones ideológicas.
De lo que estoy seguro es de que hay un sector con ventaja sobre el otro, mientras el “SI” representaba un proyecto de país, el “NO” significó y sigue significando la negación a un proyecto sin proyecto alternativo, mientras el “SI” tenía y tiene líder, el “NO” es un cuerpo etéreo sin liderazgo. Esto implica que mientras el “SI” representa un bloque sólido, el “NO” es una diversidad de organización sin orientación clara ni propuesta.
El año 2008 depara hechos relevantes para la definición de un proyecto socialista, en contraposición a un “no proyecto”, usted podrá escoger en democracia que camino elegir, en la posibilidad del diálogo y la tolerancia, pero jamás en la reconciliación, si esto se da, se acaba el proyecto socialista del siglo XXI, sólo deseamos que el diálogo permita atender problemas como el desabastecimiento, el dólar paralelo y la inseguridad, para generar las condiciones idóneas que permitan seguir disertando y haciendo práctica del socialismo del siglo XXI.
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