Aquí y más lejos, en Anzoátegui y por allá donde el viento se devuelve, los “revolucionarios” o mesiánicos, comenzaron de pronto a lanzar sus candidaturas. Quizás, de buena fe, lo cree uno, poco dado a la malicia, han creído que en sus manos está la respuesta a cada interrogante y, en consecuencia, la salvación de la patria. Y…¿quién quita? Hasta razón tendrán en el comúnmente poco comprensible empeño de “sacrificarse”.
Pero el presidente, siempre atento o mosca, como se dice en lenguaje coloquial, vio en esos bellos y espontáneos gestos de desprendimiento, una amenaza contra la disciplina y hasta integridad que debe prevalecer en el campo revolucionario. Pese a que es verdad que aún en el PSUV, por lo menos para ese momento, no había estatutos, ni norma alguna relativa a la conducta de los aspirantes a militantes, que siguen siéndolo, en las cercanías de la coyuntura electoral, el máximo líder, cosa esta que nadie pone en duda, creyó prudente aplicar las normas aconsejables cuando se entra en zafarrancho y amenazó con expulsar a quienes insistiesen en presentar sus candidaturas.
Quien o quienes asuman esa conducta, más o menos dijo Chávez, serán expulsados de nuestras filas. Es decir, dejó claro, en lo que a él respecta, no permitiría a nadie jugar adelantado.
Unos cuantos recatados, escondieron sus pancartas, afiches, cintillos y proclamas, a espera de un mejor momento. Otros, como para no perder el juego y dejarlo empatado por lo menos, se buscaron a los mismos periodistas a quienes dijeron antes que ellos eran justamente las piezas que faltaban y esta vez les dijeron, me entendieron mal o hasta habrá alguno que sesgó la información, yo no presenté mi candidatura, sólo dije que si a alguien buscaban, en esta esquina estoy yo.
Unos días pasaron y aquella proclama del presidente, pareció tranquilizar las aguas o desinflamar las agallas.
Ante aquella actitud, un amigo politólogo expresó con convicción, tal como estàn las cosas, con una oposición sacando candidatos a granel y de los potes de aquellos productos que ella misma todavía no ha escondido, mientras que el sector revolucionario espera tranquilo para sacar sus candidatos de elecciones de base, éste estaría ganando la batalla. El pueblo observa y al comparar, encontrará en la conducta de todos los “chavistas”, un proceder maduro, elevado y hasta noble. Ante ese razonamiento, uno que sabe como se bate el cobre en cada sitio, apenas atinó a decir, como el “gocho”, llueve y escampa; y como el refranero popular, amanecerá y veremos.
Pero es verdad que quien inventó la ley, sin proponérselo, también la trampa. Esos mismos “revolucionarios abnegados”, que creen tener el rábano por las hojas y la forma de componerlo todo, lo que uno no puede negar con fundamento, encontraron que el comandante, se refirió a los candidatos. Dijo el comandante, alegaron ellos ante quienes les aupan y coro hacen, que se expulsaría a quienes lancen sus candidaturas. Como ven, para nada prohibió las precandidaturas.
La oposición tiene candidatos de sobra, como sorgo. De cada partido hay tres y cuatro para cada cargo. Hay alcaldes que proponen a sus madres, hermanos y hasta primos, como si se tratase de haciendas que en herencia se trasmiten. Y la idea es sacar el candidato definitivo de un cogollo que reparte y reparte, mientras quienes hasta unos cuantos callos tienen en los pies de tanta marcha, serán algo menos que convidados de piedra. Eso es verdad y se percibe sin dificultad alguna. Y no es nada de extrañar. Es el proceder que a ella corresponde.
Lo anormal es que, para que Chávez no les expulse, aunque no se sabe a ciencia cierta de dónde, los anteriores candidatos, maquillaron su propaganda impresa y discurso, para llamarse ahora sólo precandidatos. Y hasta como en el lado opositor, hay alcaldes que empeñados estàn que esos cargos se otorguen atendiendo al derecho de familia.
Y en la prensa regional ya aparecen precandidatos y precandidatas, para decirlo con el acentuado feminismo de ahora, del PSUV que creen tener la bola de cristal y un milagroso ungüento y los ofrecen sin temor, porque Chávez no expulsa a nadie siempre que use el prefijo pre.
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