Del 21 al 24 de noviembre será la recolección de firmas para revocar los mandatos a los gobernadores de la derecha golpista, al Alcalde Mayor Alfredo Peña y sacar de sus curules a los diputados contrarrevolucionarios. Lástima que no serán incluidos los demás alcaldes responsables de la “carmonada” y cómplices del paro-sabotaje petrolero de diciembre 2002. A esos habrá que pasarles otra factura.
¡Uh, Ah, Chávez no se va! Así lo determinó el pueblo alzado el 13 de abril. Pero los golpistas tienen que irse toditos.
Todos los revolucionarios, los bolivarianos, los que apreciamos las libertades democráticas y queremos preservar las conquistas logradas desde el inicio del proceso constituyente hasta nuestros días, debemos volcarnos con todas nuestras fuerzas a firmar y a recoger las firmas para ir al referéndum revocatorio de todos esos criminales.
Los sindicatos afiliados a la UNT y todas las organizaciones sindicales que se consideran alineadas con el proceso de transformación del país, todas las corrientes antigolpistas y clasistas del movimiento obrero, los trabajadores y trabajadoras, tenemos que ir a este combate y participar a fondo durante los cuatro días de recolección de las firmas para el “revolcatorio” contra esos gobernantes regionales y parlamentarios de la oligarquía golpista, testaferros de los ricos y de los gringos. Los luchadores sociales de los Círculos Bolivarianos, de los Comités de Tierras, de las cooperativas, los movimientos y organizaciones populares, los medios alternativos y comunitarios, los militantes de los partidos políticos que respaldan al gobierno o lo defienden contra la ofensiva de la oligarquía y el imperialismo; todos nosotros, tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos en los próximos días, para garantizar el éxito en la recolección de millones de firmas, como un paso adelante en la lucha por derrotar a los enemigos del pueblo y de su revolución.
Es una oportunidad para darle una patada en el trasero al pequeño Hitler Peña, jefe de los asesinos de azul que masacraron a nuestros compatriotas en la Avenida Baralt y Puente Llaguno el día del golpe de Estado. Para quitarle el control de ese cuerpo policial convertido en brazo armado del golpismo contra las masas populares caraqueñas.
Es una oportunidad para avanzar hacia el derribamiento del golpista Enrique Mendoza (Miranda), del Clan Salas (Carabobo) o de Rosales (Zulia), gobernadores con participación golpista activa y dotados con policías estatales utilizadas en la conspiración y en el acoso permanente al pueblo. Recordemos a “Cachucha” Mendoza llamando a tumbar la señal de Venezolana de Televisión durante el golpe de abril. Aprovechemos la oportunidad del revocatorio para tumbarlo a él.
Pero, hay que decir claramente una cosa: No había que esperar al revocatorio contra los golpistas. ¡Todos ellos, en realidad, ya deberían estar presos! Son delincuentes flagrantes.
Entonces; vamos a recoger las firmas para revocarlos, pero vamos a luchar también para acabar ya con tanta impunidad. ¡Queremos que vayan presos!
Después de todo lo que han hecho, es injusto e ilegal que anden por ahí conspirando y llamando a revocar, a tumbar y hasta a matar al presidente Chávez. Revocarlos no es suficiente: Tienen que ir a juicio, deben dictarse medidas cautelares para meterlos presos. Hay que inhabilitarlos políticamente por haber pisoteado la Constitución el 13 de abril, por haber saboteado la industria petrolera en diciembre 2002, por causarle inmensas pérdidas a la nación, por ser responsables de asesinatos, allanamientos y detenciones ilegales practicados durante la breve pesadilla carmoníaca.
¿Es que no van a pagar por esto? ¿Es que tenemos que vivir con la angustia de que los asesinos de la democracia y del pueblo hagan vida pública, anden sueltos y reincidiendo? ¿Es que no les sirve o no les alcanza la Constitución Bolivariana, Sr. Fiscal, Sres. Magistrados todos, para resolver esto? ¿Qué significa la omisión y la negligencia en que están incurriendo: Indolencia, debilidad, complicidad acaso?
La política ingenua del perdón y la conciliación con los criminales, la hipertolerancia injustificable, la presión que llevó a la sentada del gobierno en la mesa con los golpistas y las complicidades e ineficiencias dentro de la Fiscalía y de los organismos judiciales, han mantenido la amenaza de estos conspiradores en la calle.
Por eso hay atentados, explosiones, amenazas contra la seguridad y la vida del presidente Chávez y contra la vida y el futuro de todos los que luchamos por impulsar esta revolución y profundizarla en pos de un destino liberador.
Por eso, en vez de estar inhabilitados políticamente o en interdicción, los golpistas asesinos están preparando su nuevo “firmazo” para revocar al presidente que fue rescatado por el pueblo el 13 abril de 2002 e impunenmente siguen creando los escenarios para torcer la voluntad popular y desestabilizar o descabezar al gobierno mediante acciones terroristas, manipulación mediática y amenazas externas made in USA.
Así que, vamos a recoger las firmas por el “revolcatorio” contra los golpistas del 21 al 24 de noviembre, pero recojamos también, en todos los eventos, centenares de miles, millones de firmas, para exigirle al Fiscal General de la República, al TSJ y demás tribunales que culminen las investigaciones, que procedan a presentar acusaciones, que procedan a abrir las causas judiciales contra todos los golpistas y criminales de abril y diciembre (revocables y no revocables).
Primero, vamos a propinarles una gran derrota con la masiva asistencia de los trabajadores y el pueblo a la recolección de firmas contra los gobernadores, Alcalde Mayor y diputados golpistas. Aprovechemos esas jornadas y todos los eventos masivos para recoger también firmas que respalden un documento que exija juicio y cárcel para los golpistas. Y después, celebremos el triunfo de esas jornadas por el “revolcatorio” con una inmensa movilización masiva hacia el Ministerio Público (Fiscalía) y el Tribunal Supremo, para exigir que se termine ya la impunidad.
Con impunidad no hay democracia, ni hay revolución.
¡Vamos a “revolcarlos”, pero que vayan presos!
Gonzalo Gómez