“La revolución cesa a partir del momento en que hay que sacrificarse por ella”

Este era una de las consignas del movimiento estudiantil que puso en zozobra en mayo de 1968 a Francia. Para Ignacio Ramonet, la adopción de este eslogan revelaba el sibaritismo que prevalecía entre esos estudiantes (ver http://www.rebelion.org/noticia.php?id=67588). Ello son estaban interesados en hacer una revolución política, no les interesaba tomar el poder. Ellos estaban más bien interesados en revolucionar las formas de vida dentro del marco del capitalismo. Los estudiantes llevaron adelante un pop-revolución, según palabras de Ramonet. Es precisamente, “Esa creatividad, y el hedonismo que la impregna, es lo que les vale la simpatía universal” (Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=67588). Podemos decir que hay sectores de la Revolución Bolivariana que están en la misma onda.

Los eventos electorales hacen que cada quien revele una buena parte de su verdadera personalidad. El oportunista no puede contenerse, el mentiroso miente más y más, el inepto se hunde hasta el cuello, el corrupto actúa como si cada día fuera el último día, y así sucesivamente. También aparecen aquellos que han trabajado entregados por el bien de sus comunidades sin pedir nada a cambio, quienes cansados de la negligencia e ineptitud de algunos funcionarios deciden lanzarse a la lucha política, los militantes de los partidos de izquierda que lo han dado todo si recibir nada o muy poco, aquellos que estuvieron al pié del cañón durante el referéndum constitucional y no recibieron ni una botella de agua, los funcionarios honestos que trabajan por su pueblo y así sucesivamente. También se muestran los logros y las deficiencias de las gestiones. Se revela lo poco que se ha logrado en algunos sectores en cuanto a la formación política de los ciudadanos. Algunos muestran número de obras, metros de aceras, cantidad de asfalto regado, número de canastillas regaladas, etc. Mientras no pueden ocultar la manera hedonista de gobernar. Mientras no pueden ocultar que están con la revolución mientras ésta no les exija sacrificios. El día que la revolución requiera que sacrifiquen parte de sus bienes, que le dediquen horas de trabajo sin recompensa, que se embragueten en su defensa, ese día abandona la revolución. Lamentablemente la lista no es muy corta, algunos ya mostraron sus rostros el 11 de abril y el pasado 2 de diciembre.

Para ellos, como para los jóvenes del mayo francés, “La revolución cesa a partir del momento en que hay que sacrificarse por ella”. Los jóvenes franceses por lo menos mostraron una gran creatividad y se tomaron en serio el sibaritismo.

Ante esa realidad nada hacemos sentándonos a llora o a quejarnos. Basta de lamentos y lloriqueos. El llamado es a la organización y la unidad de todos los sectores que si están dispuestos a continuar con la revolución aún cuando tengamos que sacrificarnos por ella.

julio_mosquera@hotmail.com


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Julio Mosquera


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