Había una Vez… un buen presidente (Primera Parte)

HUGO RAFAEL Chávez FRÍAS

El Aire fresco de la mañana soplaba tranquilo, envuelto en pesadas capas de frío, muchas personas caminaban despacio a través de este aire fresco, presumiendo que algo bueno iba a pasar, no era un camino propio, era un camino que se tenia que empezar a andar para llegar a una libertad. De improviso el viento se calentó bruscamente, y el aire asemejaba un silencio fecundo, un silencio tan intenso que casi se podía palpar.

Era como si Venezuela hubiese quedado en suspenso esperando sin respirar la llegada de la libertad. Pero esa calma fue de corta duración no tardó de enfriarse de nuevo el viento, mas frío que antes.

Uno de los Venezolanos que estaban levantados ese día, por su parte, parecía indiferente lo mismo con respecto a la frialdad del aire, a las murmuraciones de su compañero. Con la cabeza bien en alto, parecía olvidado de cuanto lo rodeaba, sumergido en sus propios pensamientos de libertad.

Y sus pensamientos debían ser, en aquellos momentos, agradables, pues empezó a tararear entre dientes una canción de Ali primera, el Cantor del Pueblo. A pocos pasos de distancia se confundía la canción que tarareaba con el zumbido del viento, pero yo no diría confundía, diría que el viento sabia lo bueno que iba a pasar, ya que este Venezolano había tomado una decisión de carácter firme y beneficiosa para todos los Venezolanos.

Acabó por dibujarse una sonrisa en sus labios, y hablando consigo mismo decía: no ganar esta batalla era castigarse a sí mismo y castigar al pueblo Venezolano, y habiendo llegado hasta allí con sus compañeros de armas, por un amor profundo por Venezuela sin lograr su cometido era una tontería, marcharse sin lograrlo.

Joven como es, había jurado el amor por Venezuela, muchas veces; y había pensado que los niños jugarían también aquella mañana pero al lado de otra Venezuela de otro modo de vida que favoreciera a los excluidos que somos la mayoría de los venezolanos. El solo contacto con una criatura le había revelado el conocimiento de algo más profundo y más fuerte de lo que hasta entonces había sentido, ya con la revelación de este niño había sentido el sufrir de los pobres más de cerca.

Murmuro con un largo suspiro, perdóname señor si te he ofendido en esto que voy a hacer. Es que hace mucho tiempo, mucho tiempo ellos querían ser felices.

Pero en el pequeño sitio en el que se encontraba, se hallaba completamente contento, y aún en el caso de que sus compañeros apoyaran sus pensamientos podría ser que no fuese posible alcanzar el cometido, pero, si fuese  atado de pies y mano, para no lograrlo el solo seguiría hacia adelante para lograrlo.

Algunos compañeros no tardaron en tratar de convencerlo, que lo que se iba a intentar era estéril, ya que la convocatoria de los Venezolanos, tenia que hacerse de otra manera, respondiéndole él, que de la otra manera se había hecho en muchas oportunidades y no se había tenido respuesta positiva, por esto es este movimiento, esta intentona de buscar una mejoría para los Venezolanos, si era de derramar sangre por esta causa teníamos que morir incorporado en la lucha, esto no es una nueva diversión de las que persigue las clases adineradas, esta, lucha va a llevar a los excluidos a ser tomados en cuenta, sin torturas, y sin menoscabo alguno.

Cuando sus compañeros de armas trataban de lavar la conciencia ya que habían algunos de sus compañeros que olvidaban la carita triste de los pobres, pero el era fuerte, y los instante de respiros eran cortos. Cuando descansaba en su cuartel soñaba, en sus sueños despertaba con un sobresalto, tembloroso como un animal cogido en la trampa, rodando incesantemente sus ojos fieros alrededor de la habitación en busca de algo, que le pudiera ayudar a lograr la libertad de todos los venezolanos, El gran cuarto de habitación en donde dormía con muchos de sus compañeros carecía de lo que él buscaba, la luz entraba por una de las ventanas y la comparaba con los excluidos, por la sencilla razón de que esta luz no le llegaba a todos, le llegaba a un pequeño grupo, esta misma luz era la luz de la esperanza que era lo que él quería, lo que él ansiaba "la libertad...libertad...libertad...libertad..libertad".

Un pequeño golpe en su hombro le volvió a la realidad, apretando los dientes para sofocar las ganas de lucha que nunca se le iban a escapar, ya que una señal en su corazón con palpitos con repentina violencia le decía que también su corazón estaba con sus pensamientos.

Aunque vestido como militar, había en su voz un tono de esperanza cuando hablaba con sus compañeros, pero sabiendo que el triunfo no era de él, si no de Venezuela, siempre haciéndole observaciones a sus compañeros y aclarándole el motivo de la lucha, con un juramento por su bandera, por su himno, por su tierra Venezuela y por su pueblo. Con estas observaciones mostraba la verdad amarga por lo que estaban pasando los venezolanos y le hizo una pregunta a uno de sus compañeros; ¿tú crees que los venezolanos merecen estar viviendo en esta Venezuela?, nosotros en ningún momento tenemos que perder el temor, la fe, la esperanza, de lo que tenemos lleno el corazón por nuestra Venezuela. Tenemos que vivir por lo menos hasta que veamos a una Venezuela digna, a una Venezuela bella, a una Venezuela libre para todos los venezolanos. Una nueva esperanza renacía en su alma, sus ojos brillaron cuando pronuncio esas palabras porque le sirvió de estimulo y orientación a sus compañeros. Se hallaba convencido de que sus hombres se encontraban con él, el afecto y la adhesión a sus pensamientos por la lucha emprendida, habían algunos que estaban lejos pero dándole un apoyo a esta lucha. La situación de los últimos años le habían servido para que sus compañeros se enteraran por lo que estaba pasando Venezuela, donde somos muy ricos, y hay venezolanos que se morían de hambre, era horrible pensar que siguieran muriendo muchos venezolanos y ellos sin poder hacer nada. Dijo, con voz fuerte .que Dios conserve mi fortaleza y le pido que guarde a los míos, y a mi pueblo.

Cuantas veces había sentido la angustia de ver a muchos venezolanos excluidos, sin ser tomados en cuenta por muchos presidentes que gobernaron a Venezuela.

Le dijo uno de sus compañeros que la idea era fácil decirla, pero difícil hacerla, respondiéndole él, pero no imposible.

 
SE EMPRENDIÓ LA IDEA

El domingo 4 de Febrero de 1992, dijo el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías nosotros hemos respetado la constitución y siempre la hemos respaldado, pero que me perdone mi Dios Todo Poderoso si la lucha que he emprendido perjudicaría a los Venezolanos, en esta misma fecha el comandante Hugo Rafael Chávez Frías con sus compañeros, que no los menciono ya que son muchos y en los cuales también muchos han brincado la talanquera hacen la intentona militar, fracasando en la misma, pero dándole un aliento muy grande de libertad a los Venezolanos, y dándole un gran susto al Presidente de la República de Venezuela para aquel entonces Carlos Andrés Pérez.

Hay un instante del día, en que los artículos aparecidos en las páginas de diferentes periódicos; exigen reflexiones y críticas. Éstas circunstancias y un amor por Venezuela, por verla libre y por que todos los venezolanos vivamos en un país digno.

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José Antonio Velásquez Montaño


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