Al acusar recibo de tu carta, aprovecho la ocasión para aclararte un punto sobre el cual estás mal informado, una equivocación sobre la cual levantas parte del edificio de tu argumentación, y cuya difusión a través de Aporrea desinforma, sin querer, a sus usuarios. Lo aclaro antes de que más personas puedan caer en el equívoco.
Al grano: mi hermano Mario Villegas no es jefe de prensa en el Seniat. Más aún, no es jefe de absolutamente nada en ese organismo. No ocupa cargo de confianza alguno: es un simple periodista raso. Bajo sus órdenes no hay subalterno alguno, ni mucho menos la toma de decisiones de carácter estratégico, ni siquiera de orden gerencial. De modo que el castigo que propones (degradarlo para que lo manden sus subordinados), aparte de otras consideraciones que omito, sería sencillamente inaplicable.
Tampoco creo que sea exacto atribuirle a él “desprecio por nuestra Constitución”, salvo que le hayas leído o escuchado alguna expresión que yo desconozca. En mi criterio, su antipatía por Hugo Chávez es infinita (él me acusa de exagerado por eso), pero en todo caso una cosa no necesariamente implica la otra. Recientemente leí un artículo suyo contrario a la convocatoria de una Constituyente.
De resto, me limito a aceptar tu respetuosa crítica en lo que a mí corresponde y te envío un saludo fraterno para ti y tu familia.
(*)Periodista
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