El relevo de Chávez y la partirepresentación

El 2013 es un verdadero reto histórico para Venezuela, el proceso revolucionario es naciente, y eso nos lleva a pensar, tanto a propios como a extraños, que es necesario buscar la garantía de continuidad de la esperanza americana. La revolución bolivariana así se convierte en una revolución universalizada, donde confluyen muchos intereses, tanto políticos como económicos y sociales.

Siendo así, el pueblo venezolano tiene el gran compromiso de garantizar que más allá del descollante liderazgo de Chávez, se cimiente, desde su conciencia política, una estructura organizativa política, social y económica que permita generar cuadros de relevo para la continuidad de la revolución bolivariana, a partir del apoyo popular, y en coexistencia con el sistema híbrido de democracia representativa y participativa (llamémosla “repreparticipativa”), pero con una clara preponderancia de la representatividad en las estructuras formales, que permite tener garantizada la subsistencia de lo que difícilmente terminará de morir, para que lo otro, naciendo, termine de nacer.

Las próximas elecciones de noviembre para los cargos de gobernadores y alcaldes serán medulares en la configuración del mapa político-territorial que permitirá describir las estrategias o pasos geotácticos de la oposición para lograr su objetivo: acabar con el gobierno de Chávez, y es ahí donde radica su error, al menos que el proceso revolucionario lo permita. Siendo el objetivo Chávez, la habilidad de él mismo estará en hacerse acompañar por el o los cuadros relevo, que en caso de ser necesario ya esté o estén preparados para continuar el proyecto sin mayor distracción que no sea el proceso electoral.

Pero quien sea o quienes sean estos relevos deben garantizar varias cosas, entre ellas, la fidelidad al líder del proceso y además la juventud y vitalidad para resistir y mantener los avatares de la oposición. Es evidente, con base en las afirmaciones anteriores, que para lograr este objetivo, el primero que debe estar consciente de esta condición y necesidad es el mismo Chávez, que deberá medir, evaluar y cualificar quien o quienes, desde las bases y con las bases, podrán acompañarlo, en este proceso de formación en los cinco años previos al posible evento de relevo.

Cualquiera podría afirmar que ya esto está pasando, y que quienes forman parte de su equipo, efectivamente ya están en formación para ello, pero me atrevo a afirmar que aun no, y que aunque alguno de ellos tenga el perfil, ninguno pareciera tener la potencialidad de relevo y el liderazgo popular para alcanzar dicho objetivo.

Incluso aun cuando no sea para el 2013, esto debe darse, sumado a un esfuerzo del partido por consolidar todos los cuadro relevo del actual equipo de gobierno ya que la alternanza en las posiciones de poder, como consecuencia de una institucionalización de políticas y procesos, es garantía de participación, y que paso a paso transitemos de la repreparticipación a la partirepresentación, donde el predominio sea el ejercicio de la democracia participativa y protagónica.

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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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