La Banca Privada (BP) venezolana cubre la mayor parte de las erogaciones gubernamentales. Quincenal y/o mensualmente Min. Finanzas le consigna las nóminas de las diferentes y numerosísimas instituciones burocráticas con el correspondiente depósito bancario. Obviamente, por este servicio de pagador el Estado le reconoce una jugosa comisión y, como si fuera poco, dicha BP cobra importantes comisiones a los beneficiarios y clientes en cuestión.
Este servicio bancario no sería malo en sí mismo. Ocurre que durante las décadas que lleva prestándolo la banca ha ido desvirtuando su razón de ser como institución financiera. Ya el Estado y la Superintendencia de bancos aparentemente agotaron sus acciones para que aquella cumpla con las cuotas crediticias al Agro, por citar un ejemplo.
Pero sin discusión alguna, la calidad de servicio que esta banca ha estado prestando es de pésima calidad, y a la mayoría de sus clientes los mantiene ventajistamente sujetos a insalubres y desconsideradas condiciones. Son escasas las oficinas con dotación suficiente de asientos dignos. La mayor parte de las agencias y sucursales disponen de cajeros automáticos ubicados al aire libre con todas las peligrosas implicaciones que eso lleva consigo en materia de inseguridad pública. El usuario recibe parejo polvos contaminantes durante la época de sequía, y agua y barro del bueno durante la de lluvias.
El cliente asegurado o pensionado y el funcionario público activo, amén de correr riesgo por la inseguridad pública, absorbe las molestias propias de la contabilidad computacional, las fallas del sistema, y como si fuera poco, debe sacrificar parte de sus horas de descanso, sábados, domingos y feriados para las colas de cobranza y retiro de un salario que otrora el Estado y las empresas privadas cancelaba en la propias instalaciones laborales.
Como si fuera poco, decimos, la contrata que ha hecho el Estado con estos entes privados nacionales y extranjeros ha desestimulado la experiencia técnica eficaz en la banca pública. Allí tenemos por ejemplo, un Banco Industrial excelente… para arrojar pérdidas, ofrecer malestar a su clientela y para mantenerse ineficiente por causa de sus bajos rendimientos laborales.
Quizás cuando el gobierno reflexione y le corte estas “manguanguas” financieras a la BP se logre por un parte que esta vuelva a sus funciones convencionales que son bastante lucrativas, y principalmente podría alcanzarse una mejor dotación de personal técnico para la banca pública.
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