Contra la corriente

Nelly Pringorian, una “soviética” en Venezuela, explica la guerra del Cáucaso

La conocí en el foro La TV que queremos, realizado en el Celarg por los 30 años de TVenezuela, el aún vigente film de Jorge Solé que desnudó los mecanismos ideológico-económicos que se esconden detrás de las pantallas.

Oscar Urdaneta, militante y escritor revolucionario, había intervenido con ideas acerca de lo que debía ser la TV en una Venezuela socialista –era mayo de 2007, año de la fallida reforma constitucional-, la cual, para él, no debía copiar a la “aburrida televisión soviética”.

El micrófono pasó de mano en mano, entre un público ávido de ser oído, hasta que llegó a las de esta rubia que dijo con firmeza: “Me llamo Nelly Pringorian y soy soviética”.

El gentilicio de la Urss, en desuso desde hace más de una década, tardó en ser digerido por la sala, que fue graneando aplausos hasta hacerlos ovación.

Nelly nació en Moldavia, una de las 15 repúblicas de la Urss, hoy un país independiente.

Estudió Artes Dramáticas en la Universidad de Cine de Moscú, donde vivió seis años y conoció a un venezolano con el que se casó. Tomada de su mano llegó a esta parte del mundo en 1991, meses antes del golpe de Estado que terminaría precipitando el desplome de la Urss.

En su cartera traía un pasaporte con las siglas CCCP.

En el foro –disponible en youtube.com-, Nelly defendió la TV de aquel país, resaltando variedad temática y contenidos educativos, sin violencia o incitaciones al consumismo.

Todo un tema para la discusión, pero que no es el motivo del diálogo que ahora sostenemos.

Quiero preguntarle sobre la guerra que estalló entre Rusia y la ex república soviética de Georgia, ahora aliada de EEUU, precisamente el día en que el mundo se maravillaba con la inauguración de las Olimpíadas 2008, a cargo de ese otro gigante rojo -China- que sí sobrevivió al deslave de los 90.

Intertítulo: Herencia de Stalin

-¿Quién es el bueno y quién el malo en la guerra Rusia-Georgia?

-No hay buenos ni malos. Hay una realidad político-histórica que se pronuncia.

-¿Cuál es la causa del conflicto?

-Si se buscan en un pasado inmediato, no serían razones objetivas. Muchos piensan que el conflicto Rusia-Georgia es a raíz de la independencia de Georgia y su anhelo por entrar a la OTAN, pero son problemas de mucho antes, incluso desde la Rusia zarista. El conflicto de Osetia se debe a la geopolítica de Stalin.

-¿Por qué?

-El padre de todos los pueblos, así llamaban a Stalin, se tomó la libertad de mudar pueblos de un sitio a otro y con la misma libertad adjudicaba tierras históricamente pertenecientes a una nación a otras naciones.

-¿Esa política buscaba diluir todas las nacionalidades de la Urss en una sola?

-Era una cuestión estratégica. Se mudaron pueblos enteros de un sitio a otro. Por ejemplo, en la II Guerra Mundial había unos poblados alemanes, como la Colonia Tovar, pero 20 veces más grandes, que estaban demasiado cerca de la frontera, y fueron trasladados por completo a Siberia. Era una medida preventiva. En Moldavia, una parte que tenía salida al mar se la quitaron para dársela a Ucrania y le adhirieron un pedazo de tierra que es ucraniana y que hoy tiene conflicto muy parecido al de Osetia. En ambos lugares ha habido referendos a favor de la separación.

-Stalin era georgiano.

-Sí, pero los georgianos no obtuvieron nada especial por eso.

-Rusia asegura que el agresor fue Georgia al atacar Osetia del Sur.

-Hay conflictos latentes en la ex Urss por esa política territorial de Stalin. Cuando se derrumba la Urss, todas las repúblicas demandan independencia y esos territorios quedaron en disputa. Lo problemático es que, si bien históricamente pertenecieron a una nación, fueron poblados por otra durante décadas.

-Al parecer, Georgia contaba con que EEUU la apoyaría con tropas.

-Mal cálculo. El agresor fue Georgia, porque Osetia del Sur ha reclamado la independencia de Georgia. Ha habido referendos. En el último, 98% votó por anexarse a Rusia. Surgió un conflicto militar entre Georgia y Osetia, que terminó con un acuerdo por el cual fuerzas de paz de Rusia se acantonaron en Osetia. Georgia nunca reconoció ningún referendo e insiste en que es su territorio, aunque 80% de la población es rusa.

-¿Se parece en algo a lo que vive Bolivia?

-No. En Bolivia no hay un ingrediente nacionalista. Después del derrumbe de la Urss hubo una explosión de nacionalismos muy fuertes en todas las repúblicas. Y eso fue consecuencia de la política rusificadora del gobierno soviético.

-¿Cuál es el papel de EEUU en ese conflicto?

-Los georgianos no actuaron por cuenta propia. Se sintieron apoyados por EEUU para trasgredir todas las normas y atacar Osetia del Sur. Pero el cálculo les falló. EEUU no puede meterse en otro conflicto militar.

-El segundo oleoducto más grande del mundo pasa por Georgia. ¿Tiene eso algo que ver?

-De hecho, los problemas con Chechenia eran por oleoductos. Desde su perspectiva, Rusia no puede dejar en manos hostiles proyectos tan grandes.

-¿Se justifica el escudo antimisiles que EEUU propone a Europa?

-Si apuntan a una nueva guerra fría, pues claro. En los últimos años los rusos han ido a marcha acelerada renovando su potencial militar. El misil más grande, el Topol I, en teoría puede penetrar cualquier escudo satelital. Rusia está empeñada en volver con toda fuerza a la arena mundial para imponer sus criterios, sus intereses.

-¿Cuál debía ser la posición de Venezuela en ese conflicto?

-Ahí no hay buenos ni hay malos. Cada país está procurando sus intereses.

-Rusia es aliado estratégico de Venezuela.

-El primer transgresor ha sido Georgia y Rusia se aprovechó de eso. A la larga, Osetia del Sur dejará de pertenecer a Georgia. Y ése será el gran triunfo de Rusia, lo que siempre ha buscado. La torpeza del gobierno georgiano permitirá ese triunfo de Rusia.

-¿Qué opina de Putin?

-Tiene en mente una nación imperialista. Su objetivo es devolver el brillo de la ex Urss, incluso de la Rusia zarista, para que Rusia sea un país que condicione la geopolítica mundial.

-Por eso la respuesta tan dura a Georgia.

-En parte. Por la otra, también cuida intereses de influencia geopolítica. Pero nunca hay que olvidar que Putin viene de ser el jefe de la KGB.

-¿Qué quiere decir con eso?

-Se puede esperar cualquier cosa de él.

Intertítulo: Nostálgica de la Urss

-Sí, yo soy soviética.

-¿Por qué?

-Porque no puedo renegar de una realidad pasada. Yo nací en la Urss, crecí en la Urss, me eduqué en la Urss y de hecho salí de la Urss.

-En dos palabras, ¿por qué cayó la Urss?

-Economía y un burocratismo hasta el absurdo.

-¿Siente nostalgia de la Urss?

-Cómo no.

-¿Por qué?

-La Urss no era una cosa maligna. Tenía cosas maravillosas.

-¿Por ejemplo?

-La seguridad, el acceso a la educación y a la obra artística…

-¿Fue militante del Partido Comunista?

-Para nada.

-Venezuela se proclama en camino al socialismo. ¿Qué le parece?

-Yo siempre trato de definir qué significa socialismo. Para alguna gente es lo que se vivió en la Urss o Cuba, para otros lo que se vive en España o Francia. Para mí, es una sociedad donde todos tienen las mismas oportunidades, donde no hay explotación de unos por otros y donde se impone el sentimiento de lo común por encima de lo particular. Donde la libertad de uno es la suma de la libertad de todos.

-¿A Rusia le ha ido mejor con socialismo o con capitalismo?

-Es algo muy ambiguo. Rusia es un país muy pujante, con gente que en 10 años pasó a ser de las más ricas del mundo. Moscú se convirtió en una joya capaz de competir con cualquier capital de Europa en su belleza. El problema es que todos los logros sociales obtenidos por la Urss se han perdido. Hoy la lucha de clases en Rusia es más actual que nunca.

-¿Tiene tiempo que no va?

-Dos años.

-¿Cuál fue su primera impresión?

-Muy triste. Debí hacer trámites legales ante la misma estructura burocrática soviética, pero sumergida en el capitalismo salvaje.

-¿Miseria?

-En las grandes urbes no se palpa tanto, pero en el interior muy pocos se salvan. En el campo y pequeñas ciudades hay mucha miseria. El alcoholismo se agravó y ahora el porcentaje de muertes es mayor al de nacimientos.

 -La gente del ex campo socialista son ahora el lumpen de Europa.

-Sí, lamentablemente. Sobre todo los de las pequeñas republicas, como mi Moldavia natal. Un tercio de la población ha emigrado, sobre todo a Italia, a Grecia, y son mano de obra mal pagada.

-¿Es imaginable el resurgir del socialismo en esas tierras?

-Soy escéptica. Yo llegué a un pensamiento marxista estando en Venezuela. No traje esos rasgos de la educación inculcada en Rusia, sino por mis lecturas particulares. Lamentablemente el nombre del socialismo es más asociado con stalinismo que con otra cosa.

-¿Le aconsejaría algo a los venezolanos?

-Desarrollar el sentido de lo común. El venezolano se siente muy particular. Piensa que vive solo en una sociedad y no es así. El ser humano se debe al otro ser humano. Hasta que no se entienda que una plaza pública es de todos, que todos debemos cuidarla, difícilmente se puede hacer algo. Hasta que no tengamos ese sentido de lo común, de cuidar lo que nos pertenece a todos, y respetar al otro, difícilmente se puede construir un socialismo.

Taquitos

RESTABLECIMIENTO. La embajada venezolana en Tel Aviv, que ha permanecido sin titular desde el retiro ordenado tras los bombardeos de Israel al Líbano en 2006, abrirá puertas con nuevo embajador. La decisión fue comunicada por el Presidente a una misión del Congreso Mundial Judío que lo visitó el miércoles en Miraflores. La cita, muy cordial, sirvió para que Chávez desmintiera por enésima vez la acusación de antisemitismo que sus detractores le achacan. Chávez se puso a la orden para facilitar un diálogo entre Israel e Irán, país con el cual tiene alianza estratégica. La delegación judía fue encabezada por el presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald S. Lauder (propietario de la marca de cosméticos Estée Lauder) y el presidente de la Asociación Israelita de Venezuela, Abraham Levy Benshimol. CITA: “En Venezuela –es mi punto de vista- vivimos cambios intensos, mas no una revolución. Todavía hay muchas cosas del pasado, mucho lastre que no logramos superar”. José Vicente Rangel, Últimas Noticias, 11/08/08.



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Ernesto Villegas Poljak

Periodista. Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información.

 @VillegasPoljakE

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