Simón Bolívar y la desbordada delincuencia actual

“La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades. Tomemos de Atenas su Areópago, y los guardianes de las costumbres y de las leyes; tomemos de Roma sus censores y sus tribunales domésticos; y haciendo una Santa Alianza de estas instituciones morales, renovemos en el mundo la idea de un Pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso. Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos, y formando de estos tres manantiales una fuente de virtud, demos a nuestra República una cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres, y la moral republicana.

Constituyamos este Areópago para que vele sobre la educación de los niños, sobre la instrucción nacional; para que purifique lo que se haya corrompido en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la negligencia de los Ciudadanos: que juzgue de los principios de corrupción, de los ejemplos perniciosos; debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca, sino lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público. La jurisdicción de este Tribunal verdaderamente Santo, deberá ser efectiva con respeto a la educación y a la instrucción, y de opinión solamente en las penas y castigos” El anterior texto es parte del discurso que Simón Bolívar, tratando de formar patria, pronuncia en la instalación del Congreso de Angostura el día 15 de Febrero de 1.819.

Observe como él tenía claro la diferencia existente entre la educación y la instrucción de los pueblos, vea como recomienda al Congreso la educación popular y como aboga por que sea lo primero en sus ocupaciones, y dese cuenta como insiste en aquello de: MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES. Advierta como él antepone la moral a las luces, es decir, la educación sobre la instrucción y pide que sea la infancia y el corazón de los hombres lo que domine en el espíritu público, las buenas costumbres y la moral republicana. El espera que todas las instituciones públicas velen por la educación de los niños, en primer lugar, y que sea su segunda tarea velar por la instrucción. Vea como él recrimina todo aquello que se desprenda de la mala educación: La ingratitud, el egoísmo, la falta de amor por la patria, la flojera, la irresponsabilidad y asegura que de allí proviene la corrupción, lo pernicioso y la falta de respeto.

Bolívar aconseja educar primero y después formar a las mujeres y a los hombres, aspirando ver en el futuro una patria floreciente en virtudes y con una población instruida. De esta manera hubiera impulsado y consolidado su proyecto si no muere a los 11 años después de pronunciado el discurso en Angostura, 11 años en que sus enemigos no lo dejan en paz ni por un momento, le ponen trabas al desarrollo de sus ideas, lo traicionan, tratan de asesinarlo, lo expulsan del territorio que él ha libertado; y finalmente tratan de lanzar su memoria al olvido. El Gobierno Bolivariano de Venezuela tiene que reivindicar aquel proyecto planteado por Bolívar en Angostura, el referente a impartir al pueblo una buena educación, esa bandera hay que hacerla flamear con vigor para así reparar el daño inmenso que los enemigos de Bolívar le hicieron a la patria; por querer herirlo a él. Y ha sido el rencor de la oligarquía criolla hacia Bolívar, por su empeño de ponerse al lado de los excluidos, la que ha negado su proyecto educativo y popular ocasionando ello una progresiva mal formación en los venezolanos.

Cuando Bolívar escribe al general Francisco Carabaño el 13 de Octubre de 1.928: EL TALENTO SIN PROBIDAD ES UN AZOTE, le está diciendo que el talento en el ser humano proporcionado en parte por la instrucción, pero careciendo éste de una buena educación en su niñez, le hace aflorar en exceso la falta de probidad. El Gobierno de Venezuela no debe seguir errando, su primer deber bolivariano es el de ocuparse en la educación de los niños de la patria.


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José M. Ameliach N.


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