Aquello de que la profesión médica es encomiable, que quienes optan por ella son personas fuera de lote dentro de la sociedad, porque se supone que tienen un gran corazón, y sentimientos de solidaridad muy arraigados, lamentablemente en muchos casos queda desvirtuado cuando en lugar de un médico respetuoso del juramento hipocrático, nos encontramos con desalmados, con la mente puesta en el dinero sin importarles la condición en que un ser humano se ve obligado a recurrir a ellos.-
Tuve que pasar por una experiencia muy dolorosa, con un familiar, quien acudió al Hospital Central de San Cristóbal, referido por los médicos cubanos del CDI de Santa Ana del Táchira, por fractura abierta de una mano, con observación de que requería cirugía urgente e implantación de una pieza metálica.
Después de esperar más de cuatro horas y ver como los que le precedían salían del consultorio, a punto de llorar y con la desesperación reflejada en su rostro, le tocó entrar para ser victima de este energúmeno, quien al ver que iba referido por un médico cubano, le dijo que se regresara donde ellos para que le resolvieran el problema, que para él no había cupo en el hospital y que si quería se buscara tres millones para operarlo fuera del hospital en un ambulatorio que él tenia. Mi pariente logró averiguar que el fulano es de apellido Pinto, cirujano de manos adscrito al Hospital Central de San Cristóbal y que lo que hizo con él lo hace con todo el mundo.
Una vez vivida esa experiencia se dirigió al Hospital del Seguro donde lo atendieron muy diferente y su problema va en vías de solución y allí por cierto se enteró que en el Hospital Central más bien sobraban los cupos para este tipo de cirugías, lo cual sirvió para confirmar que el susodicho médico es más delincuente que otra cosa-
No me pude contener y decidí contar esta situación dolorosa, de un enemigo de la revolución de los tantos que tienen actitudes similares, en la esperanza de que alguien del Ministerio del Poder Popular para la Salud, lea este artículo y se averigüe el detestable comportamiento de este mercantilista de la medicina.-
LA JUVETUD ESTERCOLERA DEL OPOSICIONISMO
Del estercolero, escogieron con el mayor cuidado y cobardía la boñiga más maloliente de su cloaca, para de una manera vergonzosa ante propios y extraños, utilizando menores de edad, lanzarla frente a las instalaciones de la Contraloría, en una forma tan original y reprochable, como falta de imaginación, que lo que hace es demostrar la clase de mentalidades que se anidan en la filas del oposicionismo venezolano.
Antes fue en la AN., lanzando paja seca, lo que les valió el mote de “los pajuos” en el argot caraqueño, después fueron con unos gallos ante el TSJ, luego con una torta y sombreros de payaso frente a Miraflores, hace unos años lanzaron un cochino en el hemiciclo de La Asamblea Nacional, son los mismos que cuelgan esqueletos y sapos de los postes de electricidad, es decir son la parte bufa de una oposición que lo que da es lástima, que se ha quedado sin pueblo y que con actitudes e iniciativas demenciales como éstas lo que logran es el desprecio de la gente y darle la razón a la Revolución en cuanto a que aquí existe más que absoluta libertad ee expresión.
Fue tan de mal gusto la acción de la emblemática juventud con que cuenta la oposición, que los medios de la derecha que les dedican todos sus espacios a tratar de vendernos sus bondades, callaron e ignoraron tan absurdo comportamiento que para lo único que sirve es para que el pueblo abra más los ojos y se dé cuenta que con esta oposición que tiene esta manera tan absurda de protestar, el país en sus manos no llegaría a ninguna parte que no fuese el caos y el regreso a una terrible exclusión que con esta revolución está siendo derrotada, porque mientras la juventud que desde la contrarrevolución promueve hechos tan bochornosos, la Juventud Bolivariana, organiza actos culturales, eventos con las comunidades para detectar las carencias y necesidades que alimenten un diagnostico que sirva para los programas de gobierno de los futuros gobernantes en Gobernaciones y Alcaldías; es decir es una diferencia tan grande que con ambas actitudes no le queda muy difícil al pueblo poder dilucidar dónde está la razón.-
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