Es vergonzoso ante propios y extraños, ver como los periódicos de la derecha registran el berrinche de “Leopoldito”, quien ya no sabe a quién o dónde acudir para con el mayor caradurismo, quizá solo superado por el nefasto CAP, amenazar con recurrir a organismos como MERCOSUR, cuyo parlamento por cierto ya se ha pronunciado, manifestándose respetuoso de decisiones soberanas como la tomada por el TSJ en cuanto a las inhabilitaciones, bien ganadas junto a otros, por sus graves faltas como administradores de los dineros del pueblo.
La verdad que su actitud lo que hace es demeritarlo ante los ojos de quienes ciegamente pueden seguir creyéndole, porque después de lo del bolsillo, muchos deben estar repensando ese apoyo. Más bien si fuese más inteligente, debería como hacen los hombres de verdad, asumir su responsabilidad y con coraje y dignidad sus errores, que no solo tienen que ver con sus lo administrativo, sino que también lleva sobre su consciencia un golpe de estado, su permisiva actitud para que se realizaran guarimbas en su municipio y el paro petrolero con sus graves consecuencias para la economía venezolana.
Es que tal vez este personaje es de aquellos a quien los buenos ejemplos le resbalan, porque si de otra manera fuese, emularía a quien un día con su famoso “por ahora” que le catapultó en el corazón del pueblo, asumió la responsabilidad de una acción que la historia y el tiempo se han encargado de justificar como necesarias por el terrible estado de cosas que vivía la sociedad venezolana; pero como dice el filósofo “no se le pueden pedir peras al horno”
LA OPOSICION Y LA VENEZUELA OLIMPICA
La insuperable por sus ejecutorias, anti todo lo que le huela a revolución, la inigualable por su terquedad, oposición venezolana ( cuesta asignarles este adjetivo), llega demasiado bajo, pero tan bajo cuando pretenden juzgar la actuación venezolana en los Olímpicos, discreta pero suficientemente justificada, por su juventud, porque en la casi generalidad pisan por primera vez unos olímpicos, lo que ya es un triunfo porque ese roce internacional, se va a reflejar en futuros y más satisfactorios logros, pero de éso, qué van a saber estos especialistas en subversiones, en promover desabastecimiento y especulación, en utilizar sus recursos para intentar vender a toda costa una imagen lo más disminuida de nuestra Patria, en ofender, mentir, calumniar hasta más no poder y a demeritar hechos como los que nuestros atletas han vivido en estas olimpíadas que con el solo logro de clasificar ya están más que justificados.
EL HERODES CARAQUEÑO Y SU ARROZ CON MANGO
Goico, quien en lugar de estar en el curso prematrimonial obligante para casarse por la iglesia, lo que hace es llamar a incendiar Caracas, y ahora aparece llamando a un abrogatorio “sin violencia y en paz”, quizá como una salida para tratar de enmendar la embarrada, que cada vez que sale ante los medios muestra del “arroz con mango” en que tiene convertidas sus neuronas, pretendiendo darnos cátedra con sus rebuscados argumentos.
Si tiene tanta fuerza con su llamada Asamblea Estudiantil, porqué no arranca a recoger las firmas a ver si lo logra, en lugar de estar hablando pistoladas y querernos convencer de que las leyes habilitantes son “injustas”, lo cual demuestra que ni siquiera se ha preocupado por leerlas, pues si lo hiciese podría darse cuenta que todo lo que ellas pretenden es lograr una mejor calidad de vida para los venezolanos; claro lo que le duele a este pichón de oligarca es que se tocan intereses de quienes por muchos años han pisoteado al pueblo a su antojo a través de una desmedida especulación, sobre todo en los rubros alimenticios de primera necesidad con sus monopolios y oligopolios en todas las ramas de nuestra economía.
Entonces cuando aparece un líder como Chávez que encima de que nos dice la verdad que es lo que el pueblo ha querido oír por centurias, actúa en consecuencia apegado eso sí a la Constitución, reaccionan como “gatas paridas” porque saben que cada medida, cada decisión a favor del pueblo aleja más las posibilidades de que vuelvan a convertir este país en su hacienda privada y a los pobres como sus esclavos.