”No haremos ninguna
declaración de tipo político. Voy allá a jugar y a tratar de ganar.
La parte política es real, pero la razón por la que vamos allá es
para jugar. Y eso es lo que tenemos que considerar''.
Así lo expresó Landon Donovan, la estrella del equipo. Las expectativas son muchas, tanto para cubanos como para los aficionados del país norteño, con la diferencia que no podrán estar para alentar a su equipo, pues las restricciones del bloqueo económico lo prohíben, y esa es la realidad de que habla Donovan, quizá su genio futbolístico le sirva para ver en tan poco tiempo y no para entender tal vez, la realidad que vive Cuba, un país tildado de terrorista y de dictadura.
“No esperen que Donovan y EEUU tengan una recepción tan amistosa en su próxima parada: el primer partido entre selecciones mayores en Cuba en 61 años”.
Quizá le caiga un cubo de agua fría a “periodistas” como Antonio González de la AP, con el augurio que reflejó en su artículo de fecha 2 de septiembre en el Nuevo Herald, cuando escribió lo antes expuesto.
Tal vez alguna razón tendrá el periodista para presumir tal recibimiento, tal vez esté bien informado de la historia de agresiones del Gobierno de los EEUU y no de Donovan y EEUU, contra el pueblo de cuba, y cree en un posible desborde de rencor y odio hacia los jugadores de la selección.
La esperanza del volante
Eddie Lewis se esfuma cuando expresa primero ''Tengo la esperanza
que nos reciban bien'' para luego decir,”Pero ciertamente, con
la situación política entre los dos países, vamos a escuchar más
abucheos''.
El pueblo de cubano es
amante del deporte y tiene como uno de sus favoritos al Fútbol, quien
escribe es como se llamaría un verdadero “fanático” y siento no
poder estar en el día 6 en el Pedro Marrero, para ser partícipe del
histórico encuentro, será una lástima no poder vivir en carne
propia, al igual que Antonio González que seguro no se va a perder,
el partido, pues debe atrapar con su lente de periodista, la acogida
calurosa que seguro les darán los aficionados que allí se congreguen.
Tal vez sea yo más augurador
que Antonio González y me imagine a la cancha del Pedro Marrero desbordada
de cubanos y otros visitantes, y en el centro de la cancha ambos equipos
luego de saludarse, solicitar un minuto de silencio en solidaridad a
las victimas del Huracán Gustav.
A Lewis le digo que perdurará
esa esperanza y ni abucheos, ni improperios, escuchará él y el resto
del equipo, solo gritos de gol y Cuba, y quizá algún otro us s ei,
de un valiente compatriota del vecino país, que haya vulnerado el cerco
del Bloqueo y no quiera perderse el verdadero enfrentamiento entre Cuba
y EEUU.