Estando próximo a cumplirse 10 años de que el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías fuese electo por primera vez, se ha creído necesario dar a conocer la razón de por qué él está en esa posición, siendo por ello este pequeño relato de sus actividades y de los sucesos que influyeron para que hubiera un cambio en la vida del venezolano y de la nación cuando ya parecía que el venezolano y su nación irían irremediablemente al abismo por causa de los malos gobiernos que los hijos del Pacto de Punto Fijo estaban haciendo. Para aquellos políticos, aferrados al Pacto de Punto Fijo, no había causa justa y sublime en pro del progreso y la felicidad del pueblo sino que ellos poseían unas ambiciones desmedidas del Poder para enriquecerse con toda clase de negocios y con las comisiones cobradas a quienes se les concedía algún contrato para ejecutar obras o las adquisiciones de bienes; así transcurría el tiempo de cada mandato constitucional en aquella época.
Y para recordar a los venezolanos de que esos políticos no tenían el menor pudor ni guardaban el más mínimo sentimiento de lealtad, el máximo líder y creador del partido COPEI, que decía estaba dispuesto a dar la vida si fuera necesario en defensa de la unidad se su partido, no le importó destruirlo y mandar a sus militantes, sus hijos en política, al mismísimo infierno si con ello abría la posibilidad de ser nominado candidato presidencial para ejercer un segundo mandato, pues bien, este líder dividió a COPEI y se llevó una buena parte de su gente creando otra organización política como revancha apropiada a su soberbia casi demencial, y todo ello sucedió porque una vez uno de sus delfines, como eran llamados algunos jóvenes muy cercanos a él dentro del partido y a quienes él apoyó para encabezar la alta dirigencia del partido, le ganó en buena lid una elección interna para escoger al candidato presidencial a las venideras elecciones del año 1.988.
Luego, en 1.989, a escasos días de haber asumido el poder el candidato adeco, ganador de aquellas elecciones presidenciales realizadas en Diciembre del año anterior, ya envestido como la primera autoridad del Ejecutivo de la República anuncia la aplicación de drásticos ajustes económicos exigidos por el Fondo Monetario Internacional para, según aquella organización financiera, salir de la inmensa crisis económica en que se encontrara el país. Esta política de clase netamente neoliberal hace que estalle espontáneamente un virulento sacudón popular en protesta por algo puesto en vigencia cuando mil veces el candidato prometió en la campaña electoral que ésto no ocurriría si él llegaba a la presidencia de la república. Esta revuelta social es conocida en la historia patria como EL CARACAZO, en la cual la represión oficial fue exagerada y por lo que es contabilizado miles y miles de victimas, ellas como consecuencia de los disparos de las tropas traídas de otros lugares de Venezuela con el fin de evitar pudiera existir la más mínima persuasión en el pensamiento de aquellos asesinos en negarse a disparar; por el posible temor de herir a algún conocido o familiar suyo.
Chávez, con la mente en esta masacre, aunada al inmenso desastre político, social y económico en el cual estaba envuelto su patria, aprovecha una ocasión en que estaba proyectado realizarse unas prácticas militares en El Pao, estado Cojedes, avisa a su gente que en vez de dirigirse a esa zona se desviarían y tomarían vía a la Ciudad de Caracas con la intención de deponer al gobierno por las armas, ya que sabía que de otra forma era imposible cambiar el esquema político tradicional que se había diseñado por la clase política dominante. Es así como en la noche del 3 de febrero de 1.992, parte el convoy de autobuses hacia la capital y valiéndose de algunas argucias logran recorrer los 100 kilómetros que separan Maracay de Caracas comenzando con esta movilización la llamada Operación Ezequiel Zamora, el plan ya está elaborado y cada grupo toma sus posiciones en diferentes sitios de la ciudad. En el interior de la república se presentan situaciones subversivas similares y en algunas ciudades se logra poner en jaque a los gobiernos regionales, y para la mañana del día 4 de febrero ya están dominadas algunas plazas y el mando ha pasado al poder de los militares alzados. Sin embargo, el Presidente de la República, miembro del partido político Acción Democrática, logra dirigirse a la nación a través de la televisión y anuncia que el intento subversivo ha fracasado.