"A lluvia de sol, techo de parra".
Miguel Hernández
El general, a quien la oposición llamaba despectivamente "el gordo", venía siendo señalado sistemáticamente por aquel sector de estar incurso en manejos dudosos de recursos del plan Bolívar 2000. Tanto era el despliegue informativo y la insistencia de los medios de comunicación adversarios del gobierno sobre el asunto, que José Vicente Rangel, entonces Vicepresidente Ejecutivo de la nación, en defensa del alto oficial dijo que, por él era capaz "de exponer sus manos al fuego"
Pero aquel respaldo, en lugar de aminorar las acusaciones, fundamentadas o no, lo que obtuvo fue que contra el rollizo militar intensificasen aquellas. Los órganos informativos lograron crear, dentro del universo al cual influyen, en nada insignificante, la matriz de opinión que se trataba de un personaje metido en mal manejo de los recursos públicos, un hombre lleno de vicios, mañas y defectos. Quizás Rosendo pensó aquello de, ni no puedes con tu enemigo únetele.
Bastó que quien gozó de la confianza del presidente, pese las dudas que generaba entre oficiales que han podido mostrar a éste con creces su lealtad, apareciese entre los alzados el 11 de abril del 2002, para que ante la oposición no sólo dejase de ser simplemente "el gordo", sino el corrupto y villano.
¿En verdad, Rosendo estuvo metido en enredos administrativos y quiso exculpar sus pecados, acallar las voces acusadores poniéndose del lado de ellas o simplemente fue víctima de un chantaje injustificado?
Lo que uno puede mostrar es que al general en retiro, hoy nadie le nombra ni para bien ni para mal.
Los dueños de medios que se rasgan las vestiduras por "la libertad de información", como ahora mismo lo están haciendo en el aquelarre de la SIP, allá en Madrid, olvidaron por completo las acusaciones sistemáticas contra el general ex ministro de la defensa. De repente le descubrieron como un personaje honorable y digno ciudadano. Alguna dama opositora se percató de pronto que era hasta buen mozo.
¿Los medios se volvieron por omisión cómplices de un corrupto o simplemente el ministro de la defensa fue víctima del chantaje de aquellos?
Por cierto que en la apertura del acto de la SIP, donde los burros se juntan para rascarse, el rey de España, no dejó de criticarles y hacerles un llamado al respeto "a la veracidad e imparcialidad" y Mario Vargas Llosa, habló "de la proliferación de la prensa ligera, irresponsable que ha acabado con la privacidad de cualquier persona que ocupe un plano público". Es, a todas luces significativo, que personajes como los dos antes mencionados, no hayan podido renunciar a hacer esas duras y sugerentes críticas, a quienes se han reunido en Madrid, con el deliberado propósito de enlodar a regímenes progresistas como el Boliviano, ecuatoriano y venezolano.
Pero volviendo al asunto inicial, recordamos como un general trasladado desde Maturín a Caracas y puesto bajo investigación, por sospechas de haber cometido irregularidades también en la administración de recursos del plan Bolívar 2000, fue objeto de tenaces ataques de la prensa opositora y hasta llegaron a acusar al presidente de protegerle.
Ese otro alto oficial, apareció en rol de dirigente entre quienes se alzaron contra la legalidad aquellos días angustiosos de abril. Aquel gesto también tuvo la magia de convertirle ante los ojos de la prensa opositora en un dechado de virtudes, un oficial digno y respetable.
Y casos como los mencionados abundan. Los corruptos descubrieron una forma salvadora; una manera de exculpar los pecados. Basta con declararse enemigo del gobierno para que la gran prensa escrita y los medios audiovisuales, conviertan a un corrupto verdadero o un hombre calumniado, pero asustado, previamente denunciado por ellos mismos, en un personaje limpio y aséptico.
Ese proceder nada respetable y digno, es de una peligrosidad incalificable. Forma deleznable de abrirle espacios a los delincuentes y al mismo tiempo una práctica chantajista. De esa manera, se cansarán de hacer de las suyas contando con la impunidad que le garantiza el pesado respaldo de una inmensa red comunicacional. Basta con cobijarse bajo las banderas oposicionistas de ella, para que quien incurrió en delito se vuelva inalcanzable para la justicia.
De esa manera, renunciando a la "veracidad e imparcialidad", cualidades de las que habló el rey de España, ante los dueños de los medios o SIP, por atacar al gobierno, se ampara a quien haya cometido actos indebidos en función pública. Y lo que es peor, por ese mecanismo o innoble proceder, se logra chantajear a algún militar que haya robado o no; se le presiona para que se manifieste contra la institucionalidad a cambio de perdonarle los pecados u olvidarlos por ahora. Eso es como otorgar una patente de corzo.
Es pues una manera de impulsar a cualquiera a cometer delitos, al ofrecerle un burladero, una garantía que saldrá inmune. Como despreciable forma de motivar o mejor incitar a alguien a asumir posiciones políticas que se avengan con los intereses de aquellos que se escudan tras "la libertad de expresión". Valor por el cual, por cierto, sólo por ese proceder no guardan ningún respeto.
Según funcionarios de la Fiscalía Militar, en las cuentas del Ministerio de la Defensa, correspondientes a la gestión del General Raúl Isaías Baduel, hay dudas con respecto a la muy elevada cifra de TREINTA Y UN MIL MILLONES DE BOLÍVARES. Es obvio que por lo cuantiosa, no pudo despacharse de un plumazo ni meterse en una cartera o sacar de improviso, sin que los efectos se notasen de inmediato. Si el faltante es verdadero, no vale decir real, porque de hecho de eso se trata, tuvo que haber una sustracción paulatina por un tiempo considerable. Quien haya incurrido en aquel fraude, de ser eso cierto, tuvo también la oportunidad de planificar la forma de salir del rollo; lo que equivale decir, preparar el refugio o burladero o decidirse por aquel que había visto funcionar con eficiencia en otros casos verdaderos o imaginados con evidente propósito político.
¿La repentina toma de posición pública contra el gobierno de parte del general en jefe – ya van dos que le han salido malosos al presidente- tiene que ver con lo que investiga la fiscalía militar?
Detenido el general Baduel, en vista de su reiterada negativa, según las afirmaciones del fiscal, a atender las citaciones que se le habían hecho, mientras se le trasladaba a Caracas, contactó con Globovisión y se presentó, como antes lo ha hecho, de perseguido político y ofreció una versión de los acontecimientos totalmente distinta a la castrense.
Al general Rosendo, los medios le hicieron víctima apriorísticamente, sin investigación ni juicio alguno. Le condenaron. Sólo cuando apareció en medio del golpe de abril, le perdonaron u olvidaron sus pecados.
Este caso es diferente. A Baduel la prensa hostigó, no por corrupto sino por considerarle aliado del gobierno, desde los días que apareció en Maracay al lado de la constitucionalidad, hasta cuando próximo al retiro, pronunció aquel célebre discurso sobre el carácter que habría que imprimirle a la revolución, lo que implicó un discreto deslinde con el presidente.
Lo demás es historia conocida. Pero no deja uno de hacerse la pregunta: ¿En este caso, los usualmente manipuladores no podrían resultar manipulados? ¿La gran prensa en este caso actuó con discreción a espera que el general se voltease contra el gobierno, lo que para ella fue "crónica de una muerte anunciada"?
Es posible. De todo se ve en la villa del señor. Dios les creó y ellos se juntan. Algunos creen que por salvar la honra perdida, basta una hoja de parra.