Un instituto europeo divulgó los datos de un estudio según el cual los habitantes de las ciudades más seguras son, paradójicamente, los más atemorizados.
Las cifras del instituto italiano Censis fueron presentadas durante la primera edición del World Social Summit, un congreso de sociología realizado en Roma a finales de septiembre, bajo el título Sin miedo: cómo combatir la angustia global.
En la cita reapareció el sociólogo británico Anthony Giddens, ideólogo de la llamada Tercera Vía, que hace una década proponía una salida intermedia al socialismo y al capitalismo. Los hechos derrumbaron ese viaducto: Tony Blair, su más encumbrado adherente, terminó alineado con Bush en su capitalismo belicista y Hugo Chávez, quien cierta vez también habló de ella, acabó proclamando el socialismo.
El estudio presentado se basó en 5 mil entrevistas a personas de 15 a 75 años de 10 metrópolis: Londres, París, Roma, Moscú, Bombay, Beijing, Tokio, Nueva York, Sao Paolo y El Cairo.
Según la reseña de Miguel Mora en el diario madrileño El País, titulada “Vivimos atrapados en el miedo”, 90% de los encuestados declaró que sufre algún tipo de miedo. Un 42,4% sufre un “miedo muy fuerte” y 11,9% cataloga el miedo como la mejor caracterización de su actitud vital.
“Roma es la capital mundial del miedo y Londres la más optimista”, apunta Mora, no sin destacar que el estudio es previo al estallido de la crisis financiera global, que algo habrá afectado el optimismo londinense.
Los datos: entre los consultados romanos, 58% se declaró entre el miedo y la incertidumbre, muy por encima de la media global, de 36%. En contraste, en Bombay (India) 83,3% siente confianza y/o entusiasmo, lo mismo que la mayoría de los chinos sondeados en Beijing: 65%.
“El pésimo dato de Roma es uno de los que más choca a los expertos, porque al mismo tiempo la ciudad encabeza las tablas de las ciudades más seguras del mundo, pese a la ‘emergencia de seguridad’ lanzada contra inmigrantes rumanos y gitanos por el gobierno de Silvio Berlusconi y por el alcalde Gianni Alemanno”, escribe Mora.
Miedos pegajosos
Los expertos arrojan luces acerca de esa paradoja:
“El miedo es, como dijeron Sartre y Kierkegaard, una invención, una religión, una creencia, una ilusión. Pero no hay nada tan ilusorio como la seguridad perfecta y mágica que nos venden los políticos y que nos hace perder la libertad. Los temores de la gente provienen del entorno, de la economía, del racismo, de la arquitectura, de los sistemas de enseñanza, del capitalismo, de la explotación, de la precariedad. Vienen de muchos sitios que la psicoterapia y la política no tratan” (James Hillman).
“[La causa de que los ciudadanos de Roma sean los más atemorizados] es la nula adaptación de la ciudad al cambio generado por la inmigración. Si ciudades como Beijing y Bombay presentan altos niveles de satisfacción es entre otras cosas por la interpretación positiva de los flujos migratorios” (Giuseppe Roma).
“Nuestros miedos son líquidos, se nos pegan y despegan dependiendo de quién nos los intente vender: la política o la economía. La gente siente que vive en un reality show del que te eliminan. Si pierdes es por tu culpa, y pagas… Es el temor a no ser adecuado, a no servir. Sabemos que podemos ser excluidos si no somos lo suficientemente hábiles… Podría desaparecer la empresa para la que trabajamos, podrían no hacer falta nuestras competencias… El miedo es una ganancia permanente para los políticos que parecen arrogarse el deber de acabar con él. Lo mismo vale para las empresas que nos ofrecen seguridad privada. Unos y otros prefieren no resolver nuestros miedos, porque cada uno de ellos genera nuevos réditos” (Zygmunt Bauman).
“[El uso de la palabra miedo] ha aumentado hoy, pero también antes del 11 de septiembre, aunque las estadísticas demuestren que la sociedad actual es mucho más segura que la de antes” (David Altheie).
“Hace falta combatir el miedo al miedo” (Michel Maffelosi).
“[Medidas como los controles en los aeropuertos] si bien no han servido para detener a un solo terrorista, contribuyen a alimentar la percepción de de inseguridad… El miedo se convierte en una ideología absolutamente independiente de los riesgos reales” (Frank Furedi).
Miedo a qué
Los números de Cesis muestran las principales causas de inquietud por ciudad:
En Tokio, los terremotos (16,1%).
En Beijing, las catástrofes naturales en general (15,4%).
En Bombay, los accidentes (23,6%).
En París y Roma, el miedo a sufrir daños físicos (23%).
En Moscú, la pérdida del trabajo y la autosuficiencia (20,4%) y ser víctima de crímenes o violencia (19%).
En el Cairo, la pérdida de seres queridos (23,4%) y quedarse rezagado en los avances sociales (17,2%).
En Nueva York, el no ser capaz de mantener su estilo de vida (17,2%), más que el ser objeto de un atentado terrorista (16,6%) o un conflicto internacional (14,6%).
En Sao Paolo, el dolor físico (24,8%) y la miseria (19,8%).
En cuanto a los beneficiarios del miedo, los consultados piensan que son:
Los políticos, para generar consenso (29,5%).
Los terroristas, para infundir pavor (25,7%).
Los medios, para ganar audiencia (20,4%).
Miedos de aquí
A falta de fuente estadística conocida, es válido especular acerca de los miedos que pululan en ese laboratorio de temores que es Venezuela. Las categorías son arbitrarias y la lista queda abierta. Anímese, complétela o haga la suya.
Principales miedos generales: miedo a que te maten, miedo a que te roben, miedo a la oscuridad, miedo a perder el empleo o fuente de ingresos, miedo a enfermarse.
Principales miedos chavistas: miedo a que maten a Chávez, miedo a perder su reconocimiento como mayoría social, miedo a perder la esperanza, miedo a ser tildado de escuálido.
Principales miedos escuálidos: miedo a Chávez, miedo a parecer chavista, miedo a que tus hijos terminen chavistas, miedo a la pobreza, miedo a que te quiten casa, carro, lujos e hijos, miedo al fracaso individual.
Principales miedos femeninos: miedo a lucir gorda, miedo a las arrugas, miedo a la ley de gravedad, miedo a la infidelidad de la pareja.
Principales miedos masculinos: miedo a no satisfacer sexualmente a la pareja, miedo a la infidelidad de la pareja, miedo al homosexualismo.
Principales miedos de los políticos en general: miedo a perder o nunca alcanzar el poder, miedo a que nadie los conozca, miedo a la derrota.
Principal miedo de los políticos chavistas: que Chávez les haga la cruz, los regañe, los ignore o, peor aún, los declare contrarrevolucionarios.
Principal miedo de los políticos escuálidos: miedo a que Alberto Federico Ravell y Miguel Henrique Otero declaren su muerte mediática (“sin nosotros no eres nadie”) o, peor aún, los manden al paredón mediático.
Principales miedos de los periodistas: miedo a que te den un tubazo, miedo a que te manden a botar.
Taquitos
JORNADA LABORAL. Cuando se discutía acerca de la reducción de la jornada laboral, prevista en la fallida reforma constitucional, varias voces del mundo sindical opositor advirtieron que no hacía falta. Alegaban que la Constitución vigente, en su artículo 90, establece que “se propenderá a la progresiva disminución de la jornada de trabajo ”. Ciertamente, con esa base es factible que la Asamblea Nacional legisle sobre la materia. Sin embargo, el mismo día en que aparecieron publicadas las declaraciones del ministro del Trabajo, Roberto Hernández, anunciando el envío de una reforma parcial de la Ley del Trabajo para que la AN apruebe la reducción de la jornada, el viceministro de Seguridad Social, economista Jesús Faría, se manifestó cauteloso. En el programa radial Todos en confianza, Faría no pareció muy convencido acerca de la conveniencia de una medida de esa naturaleza, al menos por ahora. Sostuvo que la AN deberá sopesar muy bien el impacto de esa aspiración legítima de la clase obrera en el propósito estratégico de aumentar la producción nacional, condición que Faría observó indispensable para la construcción del socialismo. FUEGO AMIGO. Por cierto, Jesús Faría, hijo y homónimo de un líder histórico del PCV, no secundó el calificativo de “contrarrevolucionario” que el presidente Chávez le prodigó a ese partido, pero sí reprochó el lanzamiento de candidaturas paralelas a las del PSUV por parte de sus ex camaradas, pues sostiene que ellas no tienen chance alguno, aunque sí causan daño a los candidatos psuvistas en unas elecciones cruciales, lo cual en su criterio le hace juego a la contrarrevolución. Dijo que esa política, y no Chávez, es la que amenaza con “borrar del mapa” al PCV y PPT. Cuando se le comentó acerca del sectarismo del PSUV, Faría más bien se lo atribuyó a esas otras fuerzas políticas… ¿MEDVÉDEV VENEZOLANO?. Lo cierto, dice uno, es que el inusitado “fuego amigo” de Chávez hacia sus (¿ex?) aliados ensombrece las posibilidades de un acuerdo –que parecía tácitamente convenido- para el retiro de candidatos en estados donde la confrontación intra-chavista había sido menos virulenta y donde, como en casi todas partes, cada votico cuenta. Es posible, incluso, que el Presidente prefiera un enemigo en una gobernación o alcaldía, que un aliado demasiado autónomo y legitimado por el voto popular. Detrás de todo gravita la perspectiva de las elecciones para la Asamblea Nacional –donde los gobernadores suelen influir- y, luego, el 2013. Además de gobernaciones y alcaldías, el 23N se juega el destino de una hipotética reelección presidencial o, en su defecto, los cupos para el certamen del “Medvédev venezolano”… Amanecerá y veremos. CITA. “Si el capitalismo, el cual es inherente a la naturaleza humana, llega a su fin será por brutal imposición gubernamental al estilo soviético”. Hugo Farías, economista neoliberal venezolano, valga la cuasi-redundancia.
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