Los escuálidos de aquí pujaron por el otro, por el belicista, por quien con toda seguridad iba a continuar con su política de dominación, por quien les garantizaba financiamiento para sus planes desestabilizadores, era imposible esperar otra cosa porque además quien aquí dirige la oposición: el partido político Globoterror es profundamente fascista y para ellos era inconcebible un negro y menos en la presidencia de un país que para ellos es prácticamente su verdadera patria; se quedaron con los crespos hechos y se retuercen en sus asientos cuando tienen que dar la noticia con caras largas que no pueden ocultar ante las cámaras; les duele porque Chávez siempre apostó por quien tal vez decida parar tanta agresión a nuestra soberanía, por quien tal vez nos deje tranquilos trabajar mediante una Revolución que es producto de la decisión de un pueblo.
La paliza que el candidato del genocida más grande del mundo, pero además el más impopular de la Historia recibió, es para los escuálidos de aquí una bofetada que seguramente les va a doler, porque Obama pareciera no tiene madera de expansionista, va a enfrentar una enorme crisis económica y con seguridad no va a seguir distrayendo los enormes recursos con que financia chulos como los de SUMATE y toda ese estiércol de las llamadas ONG cuyos miembros, todos enemigos del proceso no son más que vulgares parásitos; sufre el escualidismo de aquí porque presienten que con Obama las posibilidades de magnicidio y golpe de estado con toda seguridad van a amainar y el gobierno tendrá un respiro, pues en su agenda la defensa contra los arteros ataques a que nos tiene acostumbrados el borracho de la Casa Blanca con sus lacayos de aquí no va a ser prioritaria.
Dios sabe lo que hace y más tarde que temprano el mal es derrotado, tanta saña algún día tiene que parar y parece que con Obama ese día ha llegado no solo para nuestra Patria sino para los países del mundo que como el nuestro, están en su pleno derecho de trazarse su destino de manera soberana e independiente.-
Los porrazos del prelado:
Hay que ver que ni siquiera nuestra Iglesia, sobre todo en el entorno de los prelados, escapa al caradurismo, a la hipocresía, al decir una cosa y hacer otra, en no enseñar con el ejemplo que es una de las cuestiones de las que más se deben preocupar y cuidar quienes por alguna razón tengan representación destacada en el ámbito religioso.
Uno de esos ejemplos reiterativo por lo demás es el que con frecuencia nos da, a través de declaraciones y artículos que algunos medios le publican, Baltasar Porras que vive predicando amor y concordia mientras ataca de manera desconsiderada a un gobierno que en la historia de este país es lo que más se acerca al pensamiento cristiano sobre todo en su lucha contra la pobreza en todas sus manifestaciones, mientras se coloca al lado de un prófugo de la justicia por intento de violación y homicidio como Nixon Moreno, a quien encima de conseguirle asilo en la Nunciatura, hasta una misa a domicilio le ofrece, comunión incluida, con toda seguridad sin previa confesión, para celebrar un grado espurio e ilegal que yo no sé porque no ha sido anulado por nuestros tribunales.
Pues bien, resulta que en la edición del día 04 de noviembre en el diario La Nación de San Cristóbal, este señor obispo publica un artículo con el nombre de “Magnicidio” , en el cual pretende condenarlo y ridiculizar las innumerables pruebas y evidencias que existen, pero siempre dejando abierta la posibilidad de que no esté descartado eso sí por alguien que forme parte del entorno presidencial, nunca por alguien contratado y pagado por la oposición, dejando en evidencia cómo este ensotanado pervierte su condición sacerdotal que destila odio en cada una de sus declaraciones y sus escritos.,
En uno de los apartes de su articulo escribe: “No al magnicidio, no a las muertes absurdas, no a la guerra, no a la exaltación de héroes asesinos……….” (subrayado mío) y ¿qué es lo que ha hecho al exaltar como héroe al asesino a quien le sirvió de intermediario para que lo acogieran y lo enconcharan en la Nunciatura?; o ¿cómo se puede interpretar su apoyo abierto y público al golpe de estado en el que una de los objetivos era el magnicidio?. En verdad que, cada vez de manera más intensa, estos señores obispos (existen excepciones) nos sorprenden por la forma en que desmejoran ante los ojos de millones de venezolanos su imagen de “representantes de Cristo en le tierra” como les gusta les llamen.-