Venezuela en el ojo del huracán

FORMACIÓN IDEOLOGICA Y PRAXIS REVOLUCIONARIA (XXIV)


En la formación ideológica de los revolucionarios, puesto que hacen la revolución conscientemente, en busca o en sostenimiento del poder revolucionario, siempre ha surgido la necesidad de comprender cada situación por la que se atraviesa. En Venezuela no estamos ajenos a ello y por tal razón, miles de salas situacionales existen en todo el país. Caracterizar las coyunturas en la revolución es una tarea y comprenderlas dentro de alguna situación revolucionaria es otra crucial tarea. En los últimos once meses se han dado varias coyunturas políticas, económicas y sociales, y no siempre iguales en el territorio nacional. Todas juntas y en interrelación con su entorno mundial conforman una determinada situación revolucionaria en el país. Podría preverse o visualizarse en las próximas elecciones regionales (gobernadores, alcaldes y concejales) de Venezuela la consolidación de una nueva situación revolucionaria en el proceso profundo de transformaciones sociales y económicas que van caracterizando el socialismo bolivariano liderado por el Comandante Chávez, quien encabeza al “sujeto histórico” de la revolución social en Venezuela. Veamos en este artículo “lo general” y en el siguiente “lo particular” incluyendo el factor Obama como elemento de cierto peso en el entorno.


PREMISAS Y TENDENCIAS HISTORICAS

El tránsito del capitalismo al socialismo es todo un proceso histórico y mundial que ya ocupa más de un siglo y viene ocurriendo en varios países del planeta. Cada uno ha sido escenarios de situaciones revolucionarias de las más diversas formas y magnitudes. En algunos se alargan, en otros se acorta la duración de las situaciones. Una sucediéndose a otras. En cada una, las fuerzas sociales en pugna varían sus capacidades de acción. La tendencia histórica mundial es al fortalecimiento cada vez mayor de las fuerzas sociales que propugnan el socialismo como alternativa al capitalismo.

Las razones o los elementos a considerar, de carácter objetivos, los expusieron Carlos Marx y Federico Engels desde 1848 en el Manifiesto Comunista, luego, su seguidor más brillante, Vladimir Ilich Lenin sistematizó las ideas para construirlo en Rusia y Mao Tse Tung para construirlo en China. La prematura muerte de Lenin vino a sellar -seis décadas después- el destino infructuoso de la construcción socialista. Mientras –en China- las casi cuatro décadas de reflexión, acción y dirección de Mao permitieron consolidar el proceso de construcción socialista y hoy, con particularidades chinas (culturales, geopolíticas e históricas), basados en tecnología de punta y con la acción consciente de millones de seres se fortalecen los rumbos trazados desde 1949. Ello quedó evidenciado en las Resoluciones de su último Congreso del PCCh en el 2007 y en la disposición a cumplirlas como se viene apreciando en este 2008.

El propio Albert Einstein, el científico más famoso del mundo en el siglo XX, ya había reconocido y sostenido públicamente desde 1949 –con todo el peso moral y político que sus palabras significaron a pesar de la censura capitalista- unos meses antes del triunfo de la Revolución China que “el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano” , que el socialismo “está guiado hacia un fin ético-social” y que solamente hay un camino para eliminar los graves males del capitalismo, “el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales” (1).

¿No es sintomático que en los dos últimos siglos hayan sido dos socialistas los más destacados pensadores de la humanidad?¿No resulta muy sugerente que los líderes de mayor prestigio ante la humanidad en los últimos tres siglos sean socialistas?

TIPOS DE TRÁNSITO EN ESTE HEMISFERIO

Todas esas ideas –desde Marx hasta las de Eisntein y todas las que animaron el debate en las últimas décadas del siglo XX- han sido estudiadas y contrastadas en la construcción socialista en Cuba. Fidel y Che –a la cabeza- profundizaron la reflexión teórica, dadas las condiciones de un capitalismo para el subdesarrollo y de un país fronterizo con la potencia imperialista más agresiva. Ambos estadistas echaron los principales cimientos teóricos, Fidel ha podido comprobarlos con la praxis cubana, de cómo construir el socialismo en los predios del imperialismo, aún y a pesar de los efectos del bloqueo genocida de Estados Unidos contra el pueblo; ese “sujeto histórico” que ni se rinde ni se vende, sino que impulsa y reimpulsa la revolución. A Fidel le correspondió la alta responsabilidad de preservar los principios de esa construcción, de defenderlos y de reimpulsarlos para poder resistir, aún en un mundo unipolar como el surgido al iniciarse los noventa, y tuvo toda la razón. “El poder del pueblo, ese sí es poder” exclamó una y mil veces luego de valorar y apreciar al pueblo venciendo innumerables batallas antimperialistas.

De manera que en este hemisferio, hay un tipo de tránsito del socialismo al capitalismo, ya practicado, donde el desenlace en el enfrentamiento de las fuerzas sociales internas en pugna depende de los vínculos externos que las fuerzas del capitalismo sostengan eficazmente con el imperialismo y depende también de las relaciones eficientes y eficaces que las fuerzas impulsoras del socialismo sostengan externamente con potencias y países no orientados al capitalismo o declaradamente socialistas que están dispuestas a apoyar el tránsito hacia el socialismo en uno u otro país de este hemisferio.

Ante tal dinámica y ante la realidad del poder residiendo –cada vez más- en el pueblo, podrán darse diferentes modalidades en el tipo de tránsito hacia el socialismo en nuestro hemisferio y cada uno llevará el sello de la cultura popular y del nivel de la tecnología existente en el país en revolución, incluyendo la tecnología de la comunicación.

En uno, se conquistó el poder con las fuerzas organizadas y mediante la radio revolucionaria, en otro, mediante la radio y la televisión, en otro se incorporó la internet y los teléfonos digitales, pero en todos, la comunicación “boca a boca” ha sido imprescindible y decisiva, tanto para conquistar el poder como para sostenerlo y desarrollarlo. Ahora, Venezuela está “en el ojo del huracán revolucionario” y ya cuenta con su satélite para integrar mejor la fuerza de los medios bolivarianos.

En consideración de tales hechos, las tesis leninistas sobre las características de una “situación revolucionaria” podrían volverse a reconfirmar casi al cien por ciento pues sólo habría que precisarlas atendiendo a las condiciones histórico-concretas del siglo XXI en este hemisferio. Varias de esas condiciones provienen de la propia naturaleza del proceso que abre y hace posible el tránsito: las elecciones presidenciales y los referendums constitucionales.

LA TENDENCIA PRINCIPAL DEL TRANSITO DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO

A diferencia de los anteriores tránsitos de sistemas sociales que la humanidad había protagonizado, el paso del capitalismo al socialismo es cada vez más, un proceso menos violento, porque la humanidad va siendo más consciente de sus propias potencialidades, va comprendiendo mejor las vías idóneas para resolver los problemas derivados de su propia reproducción como especie y va alcanzando su fin “ético-social”

No obstante, el análisis histórico-dialéctico exige el estudio detallado. Si se observa la historia, las revoluciones violentas han sido consecuencia directa de la violencia capitalista sobre los pueblos. ¿O es que esclavizar a niños y hacerlos trabajar 14 y 16 horas, o tratar a las mujeres trabajadoras como seres inferiores como hizo el capitalismo inglés de los siglos XVIII y XIX no fue violencia?¿O es que las violentas dictaduras de Batista en Cuba y de Somoza en Nicaragua no determinaron la vía armada de lucha en el siglo XX?.

Pero, tomando el tiempo como expresión de la realidad y analizando el tránsito histórico del capitalismo al socialismo –desde la propia Comuna de Paris de 1871 hasta las actuales comunas bolivarianas en formación en Venezuela- hay que reconocer que la violencia física entre los contendientes –revolucionarios y contrarrevolucionarios- ha venido reduciéndose y las fuerzas capitalistas –luego de varios siglos- van perdiendo cada día más sus capacidades para someter las voluntades populares a sus intereses y conductas violentas.

Cuando los pueblos han hecho lo que se debe hacer en cada momento y en cada espacio, han logrado alcanzar el poder y cada vez en menor tiempo. Veintitantos años les llevó a los proletarios franceses instaurar el poder comunal desde que conocieron y comenzaron a aplicar el Manifiesto de Marx y Engels. A Lenin y bolcheviques les llevó unos veinte años poder gobernar desde el Kremlin. A Fidel y al pueblo cubano les bastó sólo dos años de lucha armada en la Sierra Maestra para hacer huir al tirano y nacionalizar todas las propiedades gringas. A los sandinistas les llevó poco menos de una década para vencer al ejército somocista. Los venezolanos, por la vía electoral, en unos tres años de conocer a quien fue luego su líder, lo llevó al poder, y luego, cuando el golpe de Estado del 2001, en sólo veinticuatro horas, rescataron el poder y reiniciaron con más fuerza los cambios revolucionarios. “El pueblo es decisivo a la hora de hacer la historia” explica el Comandante Chávez a mil de los “patrulleros” pesuvistas de Carabobo (2).

Reconocer ello, no debe presuponer ingenuidad y mucho menos desmovilización, sino al contrario, debe profundizarse el estudio y ampliar el conocimiento, intensificar la movilización y la activa participación popular que son los factores claves –según el análisis histórico- que pueden poner freno a la violencia, a las guerras civiles, a las masacres a las que siempre condujeron las fuerzas de la burguesía capitalista ante la posibilidad de perder sus privilegios explotadores, y ahora, a neutralizar las artimañas, las argucias y las estrategias de engaños usadas por la burguesía para evitar derrotas flagrantes y contundentes. Pero “no basta la voluntad, se requiere que haya planificación (…)”(3). Cada patrullero debe saber qué hacer de aquí hasta el 23 de noviembre. Cada

EL TRANSITO ES UN PROCESO Y UNA SINTESIS DE OTROS PROCESOS

Como tránsito de un sistema social a otro, en un país determinado y en un momento histórico preciso, ese proceso “histórico concreto” debe concebirse como un hecho integrador de diversos procesos culturales de todo tipo: económicos-financieros, psico-sociales, político-jurídicos, políticos-administrativos y ecológicos-ambientales. Parafraseando a Lenin, podríamos reconocer hoy que la política es la “expresión concentrada”, no sólo de la economía, sino de todos esos procesos en su interrelación dialéctica y también en tránsito de un estado de cosas a otro.

El tránsito no es lineal y mucho menos igual en todos los países. Tampoco es completamente desigual, sino que se conservan particularidades y manifiestan generalidades. Las sociedades pueden transitar –en un corto plazo- hacia una dirección o en dirección contraria, aunque siempre, a largo plazo transitarán hacia el socialismo. No se han producido muchos casos, pero los pocos son procesos sociopolíticos que en el mundo representan una gran fuerza humana, donde se pudiera apreciar y corroborar la dialéctica del complejo tránsito del capitalismo al socialismo. El transito es un proceso y una síntesis de otros procesos, algunos de los cuales, por sí mismos, pueden producir saltos hacia delante o retrocesos. Mientras la participación popular es mayor y mejor es la organización para aprovechar los recursos disponibles, los procesos antes mencionados se desarrollan coherentemente y pueden articularse más adecuadamente entre ellos a los objetivos trazados y se anula la opción del retroceso.

En Venezuela se ha abierto una propia senda de tránsito cuando su pueblo y su líder han venido aplicando y corrigiendo las experiencias socialistas anteriores, las cuales van consolidando la conducta reflexiva, consciente y crítica del socialismo bolivariano, como veremos en el próximo artículo.



Nota

(1) Albert Einstein, Monthly Review, Nueva York, mayo de 1949. Leáse en www.marxists.org.

(2) Hugo Chávez, discurso ante mil patrulleros pesuvistas en Valencia, Carabobo, el día 8 de noviembre del 2008.

(3) Idem.


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Ernesto Wong Maestre


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