Después de escudriñar en la página del CNE y revisar los numeritos del 23N entendemos la razón del rostro desencajado, fuera de sí, que mostró Ismael García en televisión ese día. Hace tan sólo dos años su partido Podemos fue la segunda fuerza en aportarle votos a Chávez, con un total que casi llegó a las 760 mil personas.
Ahora que se pasó a la oposición, aquellos que antes lo seguían no lo acompañaron en el despeñadero. A duras penas alcanzó 195 mil votos. La traición siempre se paga cara y más de uno de sus seguidores debe haberse quedado desconcertado con el abrazo televisivo que le dio a Barboza en una ensayada manifestación de un triunfo que nunca le llegó. Ismael García quedó para las cámaras. Ya lo veremos con frecuencia en Globovisión, que disfruta y saca partido de todas esas figuras que saltaron la talanquera, que hoy no representan a nadie, pero que guardaron la ideología en un maletín a cambio de una foto, de una toma o de una declaración en contra de Chávez, que termina convirtiéndose en una autopuñalada. Hoy en día la votación de Podemos representa 0,78 por ciento de la población del país.
Otros que quedaron al borde de la extinción fueron La Causa R y el MAS, con tan sólo poco más de 73 y 43 mil votos cada uno; 0,29 y 0,18 por ciento respectivamente del total nacional de habitantes. Deberían juntarse y conformar entre los tres el Frente Unido del Liderazgo Televisivo. No les queda otra.
Pero esa misma revisión de numeritos arrojó otras cosas muy interesantes: Un Nuevo Tiempo, que en 2006 sacó un millón 555 mil votos, bajó ahora a un millón 222 mil; y Primero Justicia, que hace dos años obtuvo un millón 299 mil sufragios, redujo su votación a la mitad, con 619 mil votos. Tanta alharaca con las supuestas ganancias. Julio Borges debe estar penando en una esquina: su partido le aportó a Ledezma más de 236 mil votos metropolitanos mientras que Alianza Bravo Pueblo, increíblemente, no llegó en todo el país ni a 60 mil votos. ABP, sin dudas, resultó el más eficiente de todos. Con apenas 0,25 por ciento de los votos, ganó la Alcaldía Mayor. Por eso nadie celebró. Sólo él, que resucitó de entre los muertos.
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