Cuando vamos analizando poco a poco el comportamiento humano ante ciertas circunstancias, nos damos cuenta que ese comportamiento es variable de acuerdo a las conveniencias propias que maneja el individuo, si lo pensamos bien, nos damos cuenta que eso es así y así será toda la vida, independientemente del beneficio que en un momento dado esa persona pudo o pueda tener como producto de una situación determinada.
Por eso juzgar ligeramente
ese comportamiento, no es beneficioso, no conduce a logros positivos
y puedes llegar a tener resultados que se alejan de la realidad y, entonces
se cometen errores de apreciación que algunas veces pueden llegar a
pesar considerablemente sobre el trazado que tienes previsto para el
logro de un objetivo determinado. Un político debe saber que la ingratitud
desgraciadamente forma parte de la condición humana y por tal motivo
encontrará el que se aprovecha del beneficio que le das y nunca reconocerá
el esfuerzo que se ha hecho por él. Son los chulos de la revolución.
Antes de entrar en el tema
propiamente dicho, quiero referirme a una palabra que por su alta significación
merece ser definida de una vez por todas para todos los revolucionarios,
utilizada algunas veces mecánicamente sin utilizar la parte cognitiva
del cerebro. Me refiero a la palabra “PUEBLO”, todos la usamos en
nuestro léxico habitual, pero no todos tenemos la certeza de su real
significación. Vamos a ver algunas definiciones que tenemos al respecto:
- Según Diccionario de la Real Academia Española (RAE), pueblo es: “Gente común y humilde de una población”
- Se define también como muchedumbre, multitud o plebe.
- Según definición encontrada en la Enciclopedia Wikipedia, pueblo es: “Conjunto de habitantes de una Nación, aunque puede extenderse como parte de ella, el de una región o país.
- Según Cicerón 54 a.C. pueblo es: “Asociación basada en el consentimiento del derecho y en la comunidad de intereses.”
- El Diccionario Webster de la lengua inglesa, define como pueblo a: “Todo grupo de personas que constituyen una comunidad u otro grupo en virtud de una cultura, religión o elementos similares comunes”
He allí cinco definiciones o más bien acepciones que nos permiten asumir o no alguna de ellas, es algo que depende del criterio personal que se tenga. Por eso, me gustaría conocer cual es el verdadero significado que debemos dar los revolucionarios a la renombrada palabra pueblo.
Seguramente las elites de la
sociedad venezolana consideran la definición de la RAE como la más
acertada, y por supuesto justifican en si esa implícita exclusión
fijada en el contenido de su propia etimología que en ella se refleja.
Desde mi punto de vista, cualquier clase social es parte del pueblo, independientemente de su constituyente cuya ocupación u oficio puede ser cualquiera
En tal sentido, me referiré a la clase media como parte de ese pueblo al que todos pertenecemos, y trataré de analizar algunos rasgos de su comportamiento político en esta sociedad.
Como producto de mis observaciones
personales, he detectado que si existe una clase media evidentemente
progresista que da y está dispuesta a dar más aportes al proceso revolucionario,
independientemente del lugar donde se ubique, bien puede ser en el área
de Catia, el centro de la Ciudad o en sus urbanizaciones del Este. Sus
miembros pueden ser empresarios, técnicos, profesionales o tener otro
tipo de ocupaciones variadas que para los efectos da lo mismo.
El hecho real es que existen y su existencia conlleva a una obligación moral de la revolución para mantenerlos a su lado, cosa de gran importancia. Así pues, el gobierno nacional debe escucharlos en sus justas peticiones y no mentirles, y debe entender quiéralo o no, que trata con personas inteligentes que captan de inmediato cualquier situación irregular.
Hay que entender de una vez por todas, que para ser revolucionario no es necesario ser pobre o darse de pobre, un lujo normal se lo da cualquiera y esto lo sabe mucha gente, incluso el mismo presidente de la República.
No podemos descartar a la ligera
el hecho real, de que la clase media en cierto modo representa un paradigma
para las clases más desposeídas que desean adquirir un mejor Standard
de vida y al fin y al cabo debe proyectarse como un modelo a seguir
y de esperanza para los socialmente menos favorecidos.
Ahora bien, existe una parte considerable de esa clase media que nunca ha creído o se ha distanciado del proyecto revolucionario por temor. Temor infundido por los medios comunicacionales de la oposición, por la iglesia fascista venezolana o por su propia formación en casa.
Tienen temor al socialismo porque siempre entendieron que ese socialismo de estado impuesto en la Europa Oriental y la Unión Soviética, era inadmisible para ellos y no creen en el socialismo del Siglo XXI ni mucho menos en la palabra del presidente de la República. Consideran que sus alocuciones son destempladas y se sienten ofendidos o amenazados por su discurso.
Quizás sea necesario por parte
del señor presidente moderar sus expresiones y evitar las interpretaciones
que aparecen en consecuencia.
Por lo tanto esta variante
de la clase media es muy difícil de ganar para la revolución, más
fácilmente puede ser tarifada por entes internacionales que atentan
contra la soberanía del país. Su deformada formación la induce
al facilismo y a la quimera de obtener mucho pero mucho dinero en poco
tiempo y la convierte de esta manera, cuando le dan la oportunidad,
en falsa revolucionaria y está dada a la traición en su primera oportunidad.
Hay una clase media también
de medianos recursos que requiere de un empleo en algún ministerio
o institución del Estado para poder vivir. Muchos de ellos ya vienen
maleados por esa propaganda infame y permitida y por su propia manera
de pensar, de ellos se puede esperar cualquier cosa, pero también existe
la posibilidad de que un número significativo de ellos, pueda ser conquistado
para la revolución. Depende de ciertos factores pero es quizás el
más importante, el comportamiento que tengan sus gerentes en esos ministerios,
instituciones o empresas del estado, si son honestos y eficientes y
no ladrones o falsos revolucionarios.
En pocos ejemplos hemos visto
como el comportamiento del individuo dentro de una clase media a la
cual pertenece, es variable. Esto significa que a priori la clase media
no puede ser satanizada en su conjunto por nadie. Se cometería un grave
error.
El fenómeno del comportamiento humano ante la revolución es idéntico en todas las clases sociales en unas se expresa con mayor intensidad y en otras no. De igual manera sucede en los estratos de menos recursos económicos que por ser más pobres, no significa que son los más honestos componentes del pueblo o de la revolución. Allí también se ven aberraciones que a veces te ponen a pensar si es verdad o no que se puede contar con esa gente para la revolución.
Afortunadamente no son mayoría
los granujas contra revolucionarios los que integran ese estrato social,
pero si los hay y bastantes y no se puede poner de un lado el hecho
de que aún hay mucha ignorancia en su seno y puede ser manipulados
inteligentemente por los medios de oposición y de la iglesia. Pueden
incluso convertirse en traidores por dinero.
Conclusión: Independientemente de la clase social a la cual te refieras, siempre estarás dentro del pueblo porque eres parte de él. Ya se que hay muchos venezolanos de familias “muy especiales” con mucho o poco dinero, que utilizan la palabra pueblo en forma peyorativa. Ya se que les desagrada el término y nunca se verán incluidos en él. Pues bien, por allí es que hay que empezar, CAMBIANDO esa mentalidad llena de complejos para poder avanzar de verdad con esta revolución.
alexriver870@hotmail.com