Durante los
últimos días de enero de 2009, se realizará en
Brasil una nueva edición del Foro Social Mundial, que
congregará a más de setenta mil personas de todo el
mundo en representación de los movimientos sociales y partidos
populares que vienen batallando con el lema “Otro mundo es
posible”. Creado en los años más duros del
neoliberalismo, a fines de los ’90, hoy el Foro regresa a América
Latina tras su última realización en la India. Hecho
que no es casual.
En América
Latina no sólo avanza un proceso de cambios profundos en cada
país, encabezados por sus Presidentes, sino que se observa,
también, un momento de integración política,
económica, social y cultural que está siendo observada
con mucho interés por otras regiones de este mundo
globalizado. Gobiernos democráticos y pueblos soberanos hemos
iniciado un nuevo rumbo en la región.
Esto se produce en el marco de la profunda crisis financiera y económica internacional surgida en el seno de la mayor potencia de estos últimos tiempos, los Estados Unidos, que ha puesto en jaque al modelo de dominación y saqueo que ha prevalecido durante los últimos treinta años. Ante el nacimiento de un mundo multipolar, podemos constituirnos en un polo de incidencia real, que tiene como desafío inmediato enfrentar los efectos de una crisis que no generamos.
En las diversas Cumbres realizadas, tanto la de Presidentes como la Cumbre Social recientemente en Salvador de Bahía, Brasil, nuestros gobiernos conjuntamente con las organizaciones populares consolidaron la unidad regional apostando al MERCOSUR, la UNASUR y la cumbre de países latinoamericanos; aprobaron medidas para que la crisis no la paguen nuestros pueblos, y realizaron un significativo reconocimiento a la Revolución Cubana en las vísperas de su 50 aniversario. Las medidas adoptadas constituyen una importante referencia de cómo debe abordarse la crítica coyuntura actual, donde la defensa del empleo y de la redistribución de la riqueza surgen como pilares esenciales a mantener.
En cada
país se están tomando medidas para enfrentar estos
momentos. Muy diferente sería la realidad argentina sin la
profunda transformación que impulsaron los gobiernos de Néstor
Kirchner y Cristina Fernández, en plena sintonía con el
rumbo antineoliberal emprendido en Latinoamérica. Y muy
diferente hubiera sido la situación de los países de
América Latina hoy, sino se hubiera enfrentado en la Cumbre de
los presidentes del 2005 al ALCA, propuesta por EE.UU, para dominar
aún más a nuestros países y comenzar un camino
de mayor soberanía de la región. Hoy nos hubiera
llevado a una situación de mayor pobreza y dependencia.
Un
conjunto representativo de organizaciones sociales y fuerzas
políticas que respaldamos al gobierno nacional, venimos
llevando adelante un proceso de unidad popular para profundizar los
cambios en nuestra patria. Con este espíritu, conformaremos
una delegación unitaria para participar en el próximo
Foro Social Mundial de Belém do Pará, donde estarán
presentes Lula y otros presidentes de la región. Ahí se
pondrá en debate un modelo y un sistema alternativo frente a
la crisis del capitalismo. No sólo estaremos presentes, sino
que llevaremos nuestra posición como argentinos, con la idea
de que la única salida es la unidad de nuestra Latinoamérica,
como lo estamos haciendo, para resistir este momento y proponer un
proyecto de soberanía regional.
Estamos convencidos que estos eventos de masiva participación social, como las Cumbres Sociales y otras expresiones, adquieren renovada vigencia en un mundo de peligros y oportunidades. Nuestra América es hoy el epicentro de estos debates y transformaciones, que podremos profundizar con más unidad popular y hermandad latinoamericana.