Y todo juega contra usted si usted es chavista u osa declararle su
apoyo a las causas de los pueblos oprimidos en el mundo. Usted puede
hacer y decir de todo si usted es antichavista; todo se le permite a
sus adversarios (incluso el trámite del asesinato) si usted huele
remotamente a chavismo. No es de extrañar que al antichavismo (con dos
o tres excepciones irrelevantes) le parezca correcto y justificable el
genocidio contra el pueblo palestino, y que denunciarlo y solidarizarse con las víctimas califique como ridiculez.
Quiero recordar la coñaza en la cual fueron asesinados Jairo Gregorio Morán y Oscar Aponte Gómez
hace ya seis años (3 de enero de 2003, durante el paro-sabotaje
petrolero), una marcha de tipos pervertidos (no me refiero a la
preferencia sexual de nadie sino a la actitud depravada de los
aludidos) a la que ellos mismos
le pusieron por nombre "La Batalla Final". El antichavismo justificó
esos crímenes mediante el trámite bastardo del despedazamiento moral de
los muertos. En El Universal se publicó una nota, dictada palabra por
palabra al "periodista" por un PTJ interesado, según la cual ambos
jóvenes fallecidos tenían antecedentes: uno por hurto y el otro por
lesiones durante una riña. A la mala zorra de Marta Colomina le pareció
que había que arrojar un peor vómito sobre la memoria de los muchachos
y les cocinó un expediente basado en chismes y "runrunes".
¿Danilo
Ánderson? Casi nada: dos semanas después de su espantoso asesinato
Patricia Poleo aumentaba las ventas de su pasquín haciendo burlas,
acusaciones y chistes macabros en su contra. Recuerdo un titular: "Danilo era mago: desaparecía el oro". Chavista y ladrón: bien muerto estaba. Todo un canto a la necrofagia y al periodismo entendido como arma de guerra sucia.
En vista de lo anterior, que el palangrista y perturbado mental Alberto F. Ravell le haya mentado la madre y amenazado con darle unos coñazos a un reportero de Ávila TV
no pasa de ser un episodio más, bastante tibio por cierto, en el lento
pero sostenido proceso de deterioro ético de un conglomerado al que, a
falta de proyectos, sueños y proposiciones positivas para el país, le
viene bien llamarlo simplemente antichavismo. La partícula anti informa
que se está contra algo, pero deja en suspenso el a favor de qué. Todos
sabemos contra qué están, pero ni ellos mismos saben qué es lo que
quieren.
Aclarando: a mí me gusta este país en el cual todo vestigio
de majestad y suprahumanidad de los hombres públicos ha sido pisoteado.
Hace sus cuatro años Felipe Mujica también le mentó la madre por TV a
Hugo Chávez y no hubo consecuencia alguna para él ni para el canal que
transmitió la "hazaña". Siempre me ha parecido que sincerar el odio es
más sano que solaparlo o sustituirlo por la hipocresía: yo te grito en
la cara mis sentires y me preparo para recibir de vuelta lo mismo;
verdugo no pide clemencia y tirapiedras no anda esperando que le echen
flores. El problema es precisamente ese: el día que un ciudadano vea a
Ravell en la calle y le escupa la cara, lo llame palangrista o le meta
una buena patada por ese culo, saldrá este cabrón sin carácter para
soportar chalequeos y presiones a acusar al Gobierno de haber
perpetrado en él un crimen de lesa humanidad. El gremio periodístico en
pleno chapeará con esta nueva demostración de que en el país no existe tolerancia ni libertad de expresión, y le atribuirá el morado en las nalgas de Ravell al discurso del odio que ha fomentado el dictador Hugo Chávez Frías entre los venezolanos.
Lo
dicho: si usted es un hijoeputa, tiene libertad para todo. Ahora, si
usted es chavista, reprímase, porque cuanto diga o haga será usado en
contra del Gobierno.
Y después andan por ahí extrañadísimos de que
uno prefiera a este Chávez permisivo hasta lo increíble, que a unos
malditos fachos a quienes se les saldrá la clase apenas retomen el
control del Estado. De su Estado.
Y eso ocurrirá. No hay que ser futurólo para saberlo y afirmarlo: la
derecha, el sifrinaje, los empresarios, los adecos y los neonazis
volverán al control de SU Estado.
Sí,
soy pesimista, y más que eso: realista. Camaradas: ese Estado burgués
que fuimos incapaces de destruir les pertenece a ellos. Es cuestión de
poco tiempo para que regrese a sus manos. Y los que se pasan la vida
hablando de tiranía y luchas por la libertad, pues aprieten ese culo y
vayan preparándose para ver una tiranía de verdad. Ya verán de qué se
trata una dictadura, cuando estos coñoemadres desalojen al chavismo del
poder.
Y repito: esto ocurrirá. Porque si el chavismo ha sido incapaz de partirle o cerrarle el hocico a los candidatos a tiranos, mucho menos podrá hacerlo cuando comience la tiranía.