Cada vez que Petete Lizardo, poeta y cantante de rock de la agrupación La Misma Gente que inmortalizó el tema "Lluvia", se prestaba a cantar sus "Tonterías", el público le cambiaba la letra al coro de la canción y entonaba con un sentimiento de rabia, frustración y desahogo...
¡Que porquería... la policía...!
Petete se dejaba embriagar por la nueva letra y se solidarizaba inmediatamente con las demandas de justicia que encerraba la espontánea respuesta del público.
¡Que porquería... la policía...!
Bañado en aplausos, sudor y luz, Petete abandonaba el escenario sin poder complacer al público que pedía otra canción. La Policía Metropolitana lo esperaba para esposarlo y llevarlo preso.
Su delito: cantar la verdad.
¡Que porquería... la policía...!
En los años 80, la detención de Petete y otros cientos de miles que como él se enfrentaban a la autoridad con las armas del arte y la cultura, no despertaba simpatías en la clase política y mucho menos en las altas esferas de la sociedad, la cual siempre consideró a los "pelúos" e "izquierdozos" unas lacras sociales que debían ser extirpadas con la recluta y la represión.
El "Plan Unión" y la "Ley de Vagos y Maleantes" se diseñó como parte de una política apartheid que desechara la escoria social del medio ambiente.
Pelúos, buhoneros, limpiabotas, pedigüeños, estudiantes, encapuchados, estudiantes, izquierdozos y todos esos malandros desempleados, debían ser encerrados, execrados, excluidos y atrincherados en el Oeste de la ciudad a punta de balas y metras, que colocaban en la cámara de los rifles en lugar de los perdigones, silenciando así la vida de muchos jóvenes estudiantes durante el gobierno de Caldera II.
Enrique Mendoza era uno de estos fascistas; llegó a dar "órdenes expresas a los efectivos de la IAPEM de que disparen a aquellas personas que sean capturadas infraganti, cometiendo actos vandálicos en la transitada vía", y ofreció una recompensa de un millón de bolívares a quien suministrara información para la captura de tres presuntos antisociales: "Los choros y delincuentes del Estado Miranda deben saber que quien mate a un policía no lo va a poder contar y mi orden es capturar vivos o muertos a los antisociales que cometieron este crimen". (Provea, 1998)
Con el surgimiento de Chávez al poder se tejieron enormes expectativas de un cambio radical en la manera como la autoridad se relacionaba con la sociedad civil. La aprobación de los artículos en la Constitución Nacional referentes a los derechos humanos fue un paso enorme hacia el desarrollo social de Venezuela. Incluso el cambio de un civil por un Guardia Nacional en el mando de la Policía Metropolitana, fue percibido por muchos, no todos, como el primer paso para materializar los enunciados del texto constitucional.
El desenlace de la historia es conocido.
El proceso de establecer una nueva relación entre la autoridad y sociedad civil en base al respeto por los derechos humanos lo estaba dando la FAN, mientras que la policía civil de las alcaldías y gobernaciones de la oposición se convertían en el brazo armado parapolicial al servicio de las apetencias personales de politiqueros neofascistas.
Así lo pudimos ver el 11 y 13 de abril, y durante el sabotaje petrolero.
¡Que porquería... la policía...!
Son incontables ya las violaciones a los derechos humanos de la Policía Metropolitana. Varios de sus miembros están siendo juzgados por su participación en la masacre del 11 de abril. Durante el sabotaje petrolero las alcaldías de Baruta y Chacao utilizaron sus cuerpos policiales para trancar avenidas, negocios y reprimir a quienes exigían el restablecimiento del orden.
La historia se repite...
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| El Vicepresidente José
Vicente Rangel, asistió este lunes al acto velatorio de Reyes Jorge Guevara,
obrero militante del MVR, quien falleció este sábado luego de recibir tres
impactos de bala cerca de La Urbina Foto: RNV |
Pero encontrarán nuevamente la respuesta contundente del pueblo venezolano.
¡No pasaran!
ÉCHENLE BOLAS…. Vamos a ver que tan guapa es la oposición. Vamos a ver si tiene las bolas de tirarse "al pajón" y subir las montañas para hacer la "contra" pitiyanqui contra la Revolución Bolivariana.
Quiero ver si el payaso de Ricardo Koesling tiene las bolas suficientes para dejar su cómoda poltrona desde donde no se pierde un minuto de Globoterror junto a "caña" de 18 años, y agarrar un fusil, uniformarse con la bandera estadounidense y llegarse hasta "Los Sin Techos" para declararlo "territorio libre".
Vamos a ver si le echan bolas…
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