Uno no termina de asombrarse con Fedecámaras y su llamado tren gerencial; por un lado nos dicen que el país se hunde, que la inflación tiene pasando hambre a millones de venezolanos, que el consumo se viene abajo, y por otro lado amplia la extensión de las líneas de productos al sacar el mismo producto con ciertas variantes.
Todos los libros del capitalismo que habla sobre temas de mercadeo nos indican que si la economía marcha como ellos la pinta, el manual capitalista dice que debe recortarse la extensión de las líneas y disminuir la profundidad de la misma, en palabras cristianas estimados compatriotas, es que la variedad de presentaciones tienden a reducirse al igual que el tamaño de las presentaciones, pero en Venezuela estamos viendo lo contrario, aquí surge la pregunta: ¿Por qué? Será que es mentira y la realidad es que ocurre todo lo contrario, es decir mayor poder adquisitivo de los venezolanos y crecimiento económico sostenible.
En economías pujantes es aceptable que muchas empresas incremente la extensión de las líneas, ya que la segmentación de los mercados tiende a sufrir una mayor deframentación, en otras palabras se incrementan los nichos de mercados.
En eso estamos de acuerdo, pero cuando hablamos de nichos de mercado nos referimos a grupos muy pequeño de consumidores que demandaran ciertos productos; lo que no entiendo es ver en los supermercados anaqueles repletos de esos productos, que según lo que nos expresa los manuales capitalistas estas extensiones sólo deberían ocupar espacios muy pequeños en los anaqueles, el mundo capitalista al revés o la mala intensión de estos grupos de empresarios, me inclino por esta última frase.
Un día decidí visitar varios supermercados y me conseguí varios anaqueles repletos de estos productos, uno de ellos es una marca de aceite líder del mercado, que presenta ciertos cambios en su sabor a un precio bastante elevado, las personas se paraban al frente, pensaban un rato antes de decidirse, algunos hasta daban una vuelta para luego venir y colocar el producto dentro del carrito, después les preguntaba las razones de por qué lo compraban y me decían que si no hay más hay que llevar uno parecido; ante otra pregunta para saber si eran de su agrado la repuesta era algo debemos comer, como deseaba tener una cámara y poder firmar el verdadero sentir de los compradores ante esta avalancha de supuestos productos que no son solicitados por los consumidores, pero que son comprados de manera forzosa ante la inexistencia del producto que por años han adquirido; me recordé de una empresa cervecera que le colocaba a la cajas de ciertos productos, una marca de otro producto competidor y de manera coercitiva hacia adquirir a los consumidores productos que no eran de su agrado y que nunca llegaron a ser aceptados; esa empresa cervecera más tarde que nunca perdió el 98% de mercado y hoy en día no llega al 40% de participación (eso si en los 10 años de revolución, donde todas las empresas tienen el mismo derecho de ganar la preferencia del consumidor sin el uso de estrategias de mercado poco éticas).
Nadie niega que puedan existir estudios de mercados que nos indiquen la apariciones de nichos de mercado; pero de hay hacer que todo los consumidores compren de manera coercitiva dicha presentación es algo que solo esta en la mente de grupos de empresarios que solo piensan en la forma de cada día más hacerse más ricos, pero lo que más me duele es que son estos consumidores los que han hecho que estos, que no se como llamarlos, puedan darse la vida que hoy llevan.
Que asco siento cuando escucho a ciertos personajes de Fedecámaras diciendo que LOS CONSUMDIORES SON NUESTRA RAZÓN DE SER. Henry Carrero Experto en Mercadeo