Otra vez Uribe, sin poder ocultar el escozor que le causa que personas como la Senadora Piedad Córdoba, amiga de Chávez, aparezca de nuevo como protagonista principalísima en la nueva liberación de rehenes de las FARC; en una demostración de incontinencia anímica, dispuso si pensarlo dos veces, deslastrar de las negociaciones y de la comisión humanitaria a quien no se le puede negar fue la artífice de las primeras liberaciones cuando un día públicamente en un Aló Presidente, le pidió con vehemencia al Comandante ayudar en la búsqueda de que las FARC, abrieran la posibilidad de liberar a sus secuestrados, lo cual, por supuesto, se tradujo en el comienzo de lo que ha venido después; en esa oportunidad se repitió la Historia en la que Uribe demostró que a él no le importan los secuestrados sino su prestigio y protagonismo, para él es imposible aceptar que alguien como Hugo Chávez tenga tanta autoridad moral, como para ser el fiel de la balanza en algo tan importante como la libertad de seres humanos en cautiverio, y ahora tomó la misma actitud que afortunadamente duró muy poco pues las presiones y el estupor que causó tal decisión sobre todo en la dirección de la Cruz Roja Internacional, le obligó en menos de 24 horas a recular. Esa conducta de un presidente que deja un sabor a inseguridad en sus acciones, que le hace presentarse como incapaz de jerarquizar prioridades y en este caso en especial, como si la presencia de la Senadora le privara a él de figurar, lo pinta cual es, un hombre prepotente, frío, duro de corazón y ávido de un protagonismo tal que casi aborta las primeras liberaciones, al enviar aviones a volar paralelamente con los helicópteros que gustosamente facilitó el Gobierno de Lula para el traslado de la Misión Humanitaria, a la vez que atacaba a los encargados del traslado de los liberados, causando según reseñan las noticias un muerto y varios heridos entre las filas de los insurgentes. Es una conducta repetitiva, así fue en ocasiones anteriores con excepción de la llamada Operación Jaque de la que por cierto quedan muchas cosas por aclarar,.
LA LLUVIA NOS UNE Y FORTALECE, LA BRISA LOS ESPANTA
Esplendoroso el acto de masas, del día de la Revolución, único en su género por la presencia de 5 presidentes que inspiran sus gestiones en nuestro inédito proceso, con una concurrencia inmensa, insuperable, bajo una lluvia pertinaz que soportaron todos con alegría y coraje en una muestra de mística militante y que nos hace pensar, qué hubiese pasado del otro lado en un aguacero como el que adornó la enorme concentración; con toda seguridad las viejas encopetadas y las sifrinas y sifrinos, no hubiesen permitido que la lluvia les dañara su peinado y mojara sus zapatos de marca y sus atuendos adquiridos en las tiendas más costosas del Sambill, simplemente porque a ellos no le une una ideología, porque en ellos el amor a la Patria brilla por su ausencia y por lo tanto carecen de mística que supere una simple lluvia. He ahí la diferencia que se observa en hechos cotidianos y que se comprueba al ver la entrega de los revolucionarios a una idea, a un compromiso y a la convicción de que esta Revolución, muy niña aun, requiere del calor de todos los que la amamos, sin cortapisas, sin condicionamientos y todos alrededor del líder que nos ha dado ese ejemplo de entrega a las causas más nobles.-
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