En mi prolongado ejercicio de la profesión docente, sólo trabajé unos pocos meses en un colegio privado. No era usual – tampoco ahora lo es - que a un profesional de mis opiniones, vertidas con frecuencia en la prensa y más siendo profesor de historia, se le buscase para ejercer en esos espacios.
Y esa única vez, fui dado de baja o despedido, porque me opuse a que el dueño del "negocio", me utilizase para sacar de clase a algunos de mis alumnos, por no estar al día con el pago de la cuota mensual o matrícula.
Esta práctica, contraria a los fines del sistema educativo, y los derechos de la gente, particularmente la adolescente, pero si con lo mercantil, era aplicada por los comerciantes de la educación y apadrinaba por muchísimos personajes hoy en la oposición, como políticos, dirigentes gremiales y dueños de colegios, cuando eran al mismo tiempo responsables oficiales del sistema educativo.
En verdad, no sé si todavía eso se hace, pues pese a que contraviene las leyes nuevas que protegen al niño y adolescente, los mañosos son los mismos.
Por culpa de muchos de esos personajes, antes en el gobierno, el magisterio venezolano vivía de paro en paro, por diversas razones. Como por negársele reivindicaciones, constantes retrasos en el pago de salarios u otros beneficios derivados de las contrataciones. Por la desidia en atender las necesidades inherentes al estudiantado, la escuela y paremos de contar.
En la época del puntofijismo, era viciosa conducta que, los ministros del despacho educativo, gastasen ilegalmente lo correspondiente a salarios en otras cosas, violando lo dispuesto en la Ley de Presupuesto, para acudir luego al crédito. Lo que en verdad no era eso, sino la solicitud de nueva porción de presupuesto. Era una manera de operar los corruptos.
Y justamente, para lograr que el Congreso, compuesto mayoritariamente por adecos y copeyanos, no pusiese reparos a aquellas ilegalidades, se apalancaban en huelgas que educadores y otros servidores del sistema educativo, se veían forzados a declarar para que les pagasen. De esta manera, sin quererlo, educadores se volvían obligados e inocentes cómplices de la canalla, interesada en destruir la escuela pública.
Además, era una de las tantas trampas destinadas a presionar para que parte de la matrícula del subsistema educativo público, se trasladase al privado.
Por las fiestas de carnaval, semana santa y navidades, las clases eran suspendidas con exagerada anticipación. Para eso, con diferentes motivos, se incentivaba a estudiantes para que paralizasen las escuelas del Estado.
Como uno bien sabe de estas cosas, le asombra el nivel de hipocresía de ciertos personajes. El presidente de la Cámara de Educación Privada, quien además de cómplice de todo lo anterior, mantuvo una huelga de más de dos meses en el sector educativo, violatoria de la Constitución de la República y los derechos de los niños, por lo cual debió ser castigado, durante el paro para tumbar al actual gobierno, acaba de manifestar con cinismo que la declaración del 2F, como feriado por los 10 años de revolución, "es otro día perdido". Y por lo exagerado, al afirmar que "el calendario escolar no será cumplido cabalmente". Hasta llega a la hipócrita audacia de comentar que "lo necesario es seguir formando jóvenes".
Este último pensamiento, no ha guiado nunca al señor Álamo, sus asociados de Cámara Mercantil Educativa y compañeros de AD Y COPEI, que hicieron todo lo posible por acabar con la educación pública. Tampoco a sus socios de las universidades públicas y privadas que estimulan protestas políticas, guarimbas e interrumpen las clases.
Cuando gobernaron pasaron años sin crear nuevas escuelas ni expandieron la matrícula pública. Las universidades las cerraron para el pueblo, creando un vergonzoso e injusto sistema de selección para el ingreso a ellas. Violaron principios democráticos en beneficio de los comerciantes de la educación. No obstante esas barbaridades, cometidas o avaladas por ellos, hoy ponen el grito en el cielo, porque no habrá actividades escolares los días 2 de febrero.
Para los de la fúnebre cámara, aquello de "formar jóvenes", sólo vale para quienes puedan pagarles y lo hagan a tiempo, las elevadas y especulativas tarifas por su mercancía.
Y de paso, es pertinente resaltar que explotan al extremo a los educadores que para ellos trabajan. A quienes entre otras cosas, no pagan prestaciones sociales, jubilaciones y otras obligaciones como corresponde. Sólo que éstos nunca se ponen en huelga porque serían despedidos sin contemplaciones.
