Tremenda broma me echó Carlos Ortega, director encargado de Quinto Día. El miércoles me llamó para decirme que no podía escribir nada que pudiera confundirse con campaña electoral, pues esta edición sale a la calle cuando ésta ya habrá cerrado. Tremenda broma porque ya había adelantado líneas sobre la pobreza del debate que ha precedido el referendo del domingo, lleno de mensajes que nada tienen que ver con la propuesta sometida a consideración del pueblo: una enmienda constitucional que permita incluir entre los diversos candidatos de cualquier elección futura —junto a aquellos que se lancen desde una acera distinta— a quien en ese momento ejerza el cargo en disputa, sea Presidente, gobernador, alcalde, concejal o parlamentario.
Me hubiera gustado, pensaba decir, un debate en torno a las ventajas y desventajas de esa posibilidad, más allá del nombre de quien hoy está en Miraflores, pero éste fue sustituido por un torneo de monosílabos y por el mismo debate cansón, en el que llevamos una década, acerca de lo bueno o lo malo que es Hugo Chávez. En vez de enfocarse en el mecanismo en sí, sus enemigos optaron por pintarlo como un atajo hacia la monarquía, cosa absurda, que nadie en su sano juicio ha planteado ni podría respaldar. También pensaba comentar lo cuchis que se veían las coronas de cartón en cabeza de señoras y señoritas que no se pelan una revista Hola —full de chismes sobre la anacrónica nobleza europea— y se derriten si conocen a un conde, así sea el del Guácharo.
‘Encadenado’ el 2007
En fin, como no puedo explayarme en eso, decidí compartir con ustedes la intervención que hice a través de VTV en la mañanita del lunes 3 de diciembre de 2007. Venezuela estaba trasnochada, tras la larga espera por los resultados del referendo del día anterior. Tenía allí invitados al observador y diputado europeo Willy Meyer y al encuestador Germán Campos, pero no podía dejar de ‘encadenarme’ en semejante momento histórico. Cosa excepcional, ese día fui a trabajar con una camisa roja-rojita.
“Buenos día, amigas y amigos. Gracias por acompañarnos en este operativo Reforma 2007. Ofrecemos disculpas por la demora de hoy, culpa total de este servidor, en vilo toda la noche, como en vilo pasó toda Venezuela. Seguramente buena parte del país está también incorporándose a sus labores con retraso, dada la expectativa nacional en la madrugada de ayer por el resultado del referéndum sobre la reforma constitucional. Últimas Noticias lo recoge de esta manera: ‘Rechazada la reforma constitucional’, con tendencia irreversible según el CNE en la expresión de voluntad popular. Anoche vimos al presidente Chávez reconociendo ese resultado, muy estrecho, extremadamente pegadito, que demuestra entre otras cosas una notable polarización política, pero que además coloca en el Jefe del Estado una cualidad que hay que reconocer. Voy a instar a nuestros compañeros acá en el estudio a reconocer el talante democrático de quienes hoy cantan victoria, expresándole nuestras felicitaciones a un sector del país que por una muy pequeñito margen se ha impuesto en este referendo. Un país opuesto a la reforma propuesta por el Presidente. Pero también quiero reconocer con fuerte aplauso tanto a ellos como al Jefe del Estado, que de manera gallarda ha reconocido su derrota. Un gesto que lo enaltece y que compromete aun más a ese país rojo-rojito de corazón, que ha estado acompañándolo durante estos años y que hoy fortalece su convicción al lado del Jefe del Estado. Felicitaciones a Hugo Chávez por esa postura gallarda que tuvo ayer, que reafirma la característica democrática del proceso que ha liderado estos años. Mi saludo a todo ese pueblo venezolano, multicolor, particularmente al pueblo chavista que ha estado estas horas consternado frente a un resultado que llena de alegría, por supuesto, al país ubicado en la otra acera del espectro político, pero que hoy ve reafirmada las razones por las cuales ha venido acompañando a Hugo Chávez en este proceso revolucionario. Estamos haciendo historia los venezolanos, pues muéstrenme algún ejemplo parecido al de un hombre que desde las alturas del poder admite su derrota con ese margen, sigue adelante y reconoce al contrario el éxito obtenido. ¿Dónde está la dictadura? ¿Dónde está la falta de libertades? Felicitaciones también al CNE, al sistema electoral que ha demostrado ser absoluta y totalmente confiable. En los tiempos de la IV República era inimaginable que el poder político aceptara un resultado incontestable por décimas de diferencia. Un sistema manual no hubiese tolerado lo ocurrido ayer. El sistema automatizado ha demostrado su transparencia, su idoneidad. El Poder Electoral se ha consolidado como uno de los cinco poderes que la Constitución establece como pilares del sistema republicano que existe en Venezuela. ¿Dónde están las voces que han estado durante todos estos años atribuyendo una característica fraudulenta, tramposa, al Estado, al CNE, al gobierno de Venezuela? ¿Dónde están los que desde el 2004 para acá, por no ir más atrás, han sido mezquinos en el reconocimiento de tal cantidad de funcionarios, técnicos, hombres y mujeres como usted y como yo que han trabajado en forma denodada en la buena marcha del sistema electoral? Sobre ellos se han volteado toneladas de estiércol y millones de cuartillas, innumerables minutos en la TV y en la radio, desacreditándolos y hoy, por milésimas, el Poder Electoral expresa un resultado adverso al Poder Ejecutivo. Con un retraso, comprensible, para la paz del país, pues había milésimas de diferencia. Y lo hace a contrapelo de las aspiraciones del Poder Ejecutivo, al cual supuestamente está arrodillado. Así que arrodillados están frente a la voluntad popular y por eso expresamos a Tibisay Lucena y al resto de los integrantes del CNE nuestra felicitación. A Venezuela toda, multicolor, no sólo a la roja-rojita, a la de todos los colores que existen en el país, nuestra felicitación por la jornada democrática, pacífica y cívica que se ha desarrollado el día de ayer. En particular, a ese país rojo-rojito, nuestro afecto, aprecio, cariño y compromiso. Hoy está en un momento de tristeza, dolor y consternación que nos obliga a una reflexión acerca de lo que hemos hecho, de lo que no hemos hecho y de lo que hemos de hacer. Nuestro abrazo, nuestro cariño, nuestro compromiso, nuestra fortaleza y nuestra ubicación clara y transparente en el lugar donde estamos ahora. Nadie está dudoso, a nadie le tiemblan las rodillas. El compromiso sigue firme y nuestro corazón al lado de esa Venezuela que anhela transformaciones y que ha venido haciéndolas por la senda democrática, institucional, electoral, pacífica y cívica. Hoy se dio una derrota táctica, pero se obtiene una victoria estratégica. Qué fortaleza muestra nuestra Revolución Bolivariana cuando es capaz de fortalecerse en medio de esta adversidad. Ya nadie puede atribuirle ningún talante antidemocrático, fascista, dictatorial, como se ha venido haciendo. Hugo Chávez y sus seguidores se reafirman hoy como una fuerza democrática que ojalá tuviera correlato en sus adversarios. En aquellos que durante estos años han venido obteniendo derrotas electorales que han sido mezquinamente ignoradas. Manuel Rosales fue víctima de cantidad de improperios hace un año por haber reconocido el triunfo de Hugo Chávez. Desde sus propias filas denostaron de él. Hoy Hugo Chávez ha hecho lo propio y nadie es capaz de levantar la voz para recriminarle su actitud democrática. Frente a la derrota, el pecho afuera, la mirada firme hacia el futuro y la gallardía para reconocer la realidad. La reflexión, la discusión, el debate interno será lo que venga en adelante. Pero en este instante el reconocimiento. Hoy no estamos llorando ningún muerto. Mucha gente apostaba a que hoy hubiese un baño de sangre en el país. No lo hay. Venezuela vive un sistema democrático. Ustedes, señores que han obtenido la victoria, felicitaciones por ella. Ejérzanla, disfrútenla con gallardía y los que hoy se sienten derrotados asuman su derrota también con la misma gallardía y continuemos juntos con nuestros propios criterios, construyendo el país que sus hijos, nuestros hijos, sus nietos, nuestros nietos, nos demandan”.
Pa’lante
“Termino con una reflexión. Quien ha podido seguir mis posturas públicas durante estos años ha podido apreciar nuestro interés siempre en colocar las ideas por delante. De hecho una vez me preguntó un periodista: ‘¿tú eres chavista light?’. Y yo le digo: ‘eso sólo lo podrá decir Chávez, que es el dueño del apellido: quién es y quién no es chavista’. Pero ayer, al ver la gallardía de Chávez, un ser humano con grandes virtudes y grandes defectos, yo reflexionaba: ‘Pues hoy me siento más chavista que nunca’. Por eso la camisa roja. No es tiempo de guardarla, de esconderla. Tenemos orgullo, estamos contentos y un resultado electoral extraordinario. Tenemos un líder político de una altura descomunal. Aquellos que no militamos en el personalismo, en la adulancia, hoy nos quitamos el sombrero y decimos que Hugo Chávez es un demócrata con un extraordinario capital político, con la bandera del socialismo y de la revolución en sus manos. Un líder que no sólo tiene incidencia en Venezuela, sino en América Latina y el mundo entero. Y ese capital político no se acaba por este resultado. Recogemos los vidrios rotos, nos los echamos en la espalda y seguimos luchando por nuestras ideas. A Hugo Chávez nuestro saludo, nuestro reconocimiento y pa’lante, que pa’lante es pa’llá”.
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