El querrequerre es un ave de la familia de los córvidos (cría cuervos y te sacarán los ojos) que vive en las regiones subtropicales. En Venezuela se puede encontrar, aunque no es una especie abundante, principalmente en el Distrito Federal (faldas del Ávila adyacentes al Municipio Chacao, y otras zonas del este de Caracas) y algunas regiones de los Estados Anzoategui, Apure, Bolívar, Carabobo, Miranda, Yaracuy y Zulia. Emite un sonido desagradable y se caracteriza por su agresividad hacia sus congéneres y otras especies de menor tamaño a las cuales suelen atacar en grupos. A diferencia de otras especies, suelen reunirse en pequeños grupos en los cuales el papel dominante lo desempeña aquel cuyo graznido es más estridente, dándose el hecho curioso de que éstos generalmente, al parecer por una deficiencia hormonal, no tienen descendencia. No admiten en su territorio otras especies diferentes, salvo aquellas más pequeñas que se alimentan de los piojos, pulgas y garrapatas que suelen alojarse en ellos y a las cuales espantan después que han realizado su labor de limpieza. Cuando un ave de mayor tamaño entra en su territorio suelen rechazarla mediante la emisión de graznidos y el picoteo furioso a las ramas de los árboles en que se albergan. Para los ornitólogos constituye un hecho muy curioso, aun no explicado, que siendo unas aves cuyo hábitat son las zonas subtropicales, cuando son llevados al norte se adaptan perfectamente a las condiciones imperantes olvidando su agresividad e incluso, cuando son enjaulados, se someten mansamente al cautiverio y hasta su graznido se suaviza, llegando hasta comer de la mano de quienes los exhiben como trofeos de caza menor, ante quienes se muestran sumamente agradecidos, a tal punto que muchos de esos ejemplares cuando son traídos de nuevo a su hábitat languidecen y otros muestran una conducta más agresiva que la que tenían antes de emigrar al norte.
Y hablando de otra cosa, ¿cómo se sentirán los dirigentes de la coordinadora fascista después de la marcha de este sábado?. La misma terminó justo a la hora en que la última que convocó el Presidente Chávez (2:45 P.M) comenzaba a ponerse buena. Las televisoras privadas sólo a ratos mostraban imágenes borrosas de la marcha, sin lograr ocultar la escualidez de la misma. Al finalizar habló un ejemplar caduco, dos pendejos, y el pendejo mayor, cada uno de los cuales articuló un brevísimo discurso, repitiendo las mismas bolserías de siempre y llamando a la desobediencia civil hasta que se vaya Chávez, luego de lo cual, tristemente, cada uno cogió rumbo a su casa, no sin dejar de opinar cuando los entrevistaba Plomovisión que la marcha había sido un éxito total con la participación de más de un millón de personas. Pobres ilusos disociados.
Me los imagino reunidos después de tan resonante fracaso reunidos en un hotel cinco estrellas, lamiéndose las heridas y preguntándose en que se equivocaron otra vez y planificando un nuevo viaje al norte a recibir nuevas directrices junto con los correspondientes latigazos por su incapacidad para llevar a cabo los planes que tan cuidadosamente les diseñan desde allá. Allá ellos, que sigan en su inútil empeño, pués una vez más el pueblo les ha dicho que NO PASARÁN.
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